Diego Ordóñez es uno de esos jóvenes emprendedores en España que se niegan a conformarse con lo que les ha tocado vivir.
Y es que mientras muchos de su generación optan por la seguridad de un empleo estable o se dejan arrastrar por la rutina, él ha elegido el camino del esfuerzo sin excusas.
Su mensaje es claro y directo: "Hoy en día la gente en este país habla mucho y ejecuta muy poco". Y, pese a su edad, este joven sabe que no lo afirma desde una mítica teoría.
Cada vez más jóvenes prefieren emprender.
En su último episodio de MADE Podcast, Diego Ordóñez recuerda sus primeros pasos cuando solo tenía un cliente y no le quedaba otra que salir a la calle para buscar más.
"Me pegaba horas y horas y horas en la calle… he podido visitar tranquilamente 70, 80, 100 negocios en una semana y todos me decían 'No me interesa, no me interesa, no me interesa", explica con inquietud, dejando claro que lo que no iba a hacer era abandonar.
Y es que, ahora, puede decir orgulloso que esa persistencia es la que se ha convertido en la base sobre la que ha levantado sus proyectos.
En conversación con su compañero, Ángel García, ambos coinciden en que el mayor error que observan en muchos es la actitud.
"El ser victimista no deja de ser el no hacerte cargo de tu responsabilidad… entonces nunca vas a conseguir un punto de vida mejor porque no pones el trabajo para ello", confiesa García.
Una decisión que no todo el mundo sabe tomar.
En su opinión, demasiadas personas buscan culpables externos —el sistema, la política, la economía— sin asumir su parte de responsabilidad. Y, mientras tanto, los años pasan y el cambio nunca llega.
Su entorno a veces lo señala de obsesivo. "Estás obsesionado… no hablas de otro tema, no ves otra cosa, estás haciendo siempre lo mismo…", le dicen.
Pero para él esa obsesión es precisamente la clave: "La única forma humana de conseguir un gran resultado en un lapso de tiempo corto es que tu energía, tu vida, gire en torno a eso".
Convencido de que las palabras valen poco sin acción, lo resume en una frase: "Yo ejecuto venga lo que venga". Una coherencia que, según asegura, convierte a cualquiera en alguien confiable y digno de referencia.
Su visión de la vida es a largo plazo. Y es que mientras muchos de sus conocidos gastan sus ahorros en coches o motos recién llegados al mercado, él lo ve como un disfrute inmediato que pasa factura más adelante.
"La vida no son dos días, la vida es muy larga. Yo me he propuesto prejubilarme a los 40 porque siento que puedo conseguirlo, pero eso implica un nivel de sacrificio entre los 20 y los 30 que nadie está dispuesto a dar", explica con contundencia.
Consejo de experto
Y es que Diego Ordóñez representa a una nueva generación de emprendedores que entienden que los resultados solo llegan con disciplina, sacrificio y acción constante.
Así, su trayectoria demuestra que no se trata de esperar a que las circunstancias cambien, sino de asumir la responsabilidad personal para construir el futuro que se desea.
