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El de la pastelería es un sector del que pocas veces se habla. Sin embargo, Maties Pomar, dueño y maestro pastelero en Pastelerías Pomar, explicó en una entrevista con el creador de contenido Adrián G. Martín los entresijos de esta profesión.

Desde dificultades para encontrar personal cualificado que quiera trabajar en el oficio, debido a los bajos sueldos y la naturaleza sacrificada del trabajo, hasta el problema de los grandes competidores, contra los que Pomar asegura: "Estás perdido".

Así, el sector de la pastelería cuenta con establecimientos con cientos de años de historia; como es el caso de Pastelerías Pomar, con 120 años; pero se enfrenta al gran problema que acucia a tantos otros: ¿quién tomará el relevo?

"Empiezas con un salario de 1.300 euros"

El maestro pastelero no dudó en señalar que, en efecto, esta falta de personal es uno de los grandes problemas del sector: "Hay una falta de relevo generacional en las familias y, aparte de esto, la gente joven quiere ser otra cosa".

Añadió que una de las características de este empleo es que "es un trabajo de fines de semana, de festivos y de levantarse pronto a trabajar cuando los demás disfrutan". Por esto, aclaró, mucha gente joven no busca establecerse en este sector.

Respecto al cambio generacional, acotó: "Tengo la suerte de que nosotros somos una familia numerosa y en mi caso no es un problema porque nos pasa al contrario. Toda la familia quiere trabajar con nosotros".

Sin embargo, enfatizó que no es el caso de todas las familias y que por esto "cada vez hay menos pastelerías artesanales", diferenciando así los negocios familiares de los de nivel industrial.

Pastelerías Pomar.

En esta misma línea, expuso que "el mayor problema que hay es que es complicado encontrar personal que quiera trabajar en este oficio". Esto se debe, además de a lo ya mencionado, a que "es un gremio que no tiene una cotización muy alta".

"Los sueldos no son muy elevados, el convenio es bajo y ahora se está trabajando en hacer uno nuevo", manifestó.

Acto seguido, proporcionó un rango salarial para un trabajador de una pastelería: "Hay muchas categorías que mueven el salario mínimo, pero una persona empieza con 1.000 o 1.300 euros y, a partir de ahí, cuando llegas a un nivel alto, superas los 2.000 euros".

Con esto, reflexionó que, "claro, hay otro tipo de trabajos que están mejor remunerados y no son tan sacrificados".

Una de las chefs de la pastelería haciendo un turrón.

Ahora bien, añadió que "si un día encuentras a alguien que sea tan válido como tú, no tardará en tener su propio negocio". Así, continuó relatando una situación relativamente común que ocurre en este sector: "Pasa cada una o dos décadas".

"Al ser una empresa centenaria, ocurre que alguien que ha trabajado o ha aprendido con nosotros acaba montando su propio negocio; es algo que nos pasa habitualmente", contó el maestro pastelero.

Finalmente, expresó que "para poder triunfar tienes que trabajar con productos de calidad y hacer las cosas bien, porque para competir con las grandes industrias estás perdido", haciendo énfasis en el elemento diferenciador de estas pastelerías artesanales.