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Muchas son las dudas que se plantean sobre la economía española. Una de ellas es la inflación, que vuelve a subir. Otra, el endeudamiento público. Y la pregunta que se hace el ciudadano de a pie es cómo va a afectar a su bolsillo.

Según el último informe del Banco de España, la tasa de endeudamiento de las familias españolas se mantiene en el 68% de su renta bruta disponible. Es decir, quince puntos menos que el promedio del área euro.

Se trata de un ratio que no se daba desde el año 2000, antes de que empezara la burbuja financiera. Pero, ¿este dato es bueno o malo?

“En principio parece un dato positivo. Los que nos dedicamos al asesoramiento empresarial sabemos de los peligros de la deuda insostenible, cuando se une a una coyuntura económica negativa”, afirma José Antonio Latre, consejero y senior advisor.

Pero, y tal y como advierte en la red social LinkedIn, “como casi todo en economía, es una moneda de doble cara”. Te contamos los motivos de mano del experto.

Expropiar los ahorros

Las razones que han llevado a este punto son varias, tal y como las enumera Latre. Por ejemplo, la inflación. ”Le gusta tanto a los gobiernos porque recaudan más y reducen su deuda pública sin hacer nada”, apunta.

Por otro lado, una renta bruta disponible que lleva un par de años creciendo por encima de la inflación. “Permite a los hogares ahorrar y amortizar su deuda. La consecuencia es una tasa de ahorro en máximos históricos”, señala.

¿Contrapartida? “Si se ahorra, no se consume y no se invierte, lo que redunda en un menor crecimiento económico y en un estancamiento de la productividad”, matiza.

Por eso, por ejemplo, los jóvenes no pueden hipotecarse, debido a los salarios bajos y a las subidas “absurdas” del precio de la vivienda. “Este es un ‘ahorro por necesidad’ que no es sano en absoluto”, remarca José Antonio Latre.

Y continúa haciéndose la siguiente pregunta: “En un entorno donde el sector privado ahorra cada vez más y el sector público gasta y se endeuda sin freno, ¿qué puede ocurrir? ¡Bingo!, que nos expropien nuestros ahorros a través de una combinación de impuestos y otras medidas más dolorosas”.

De ahí que concluya subrayando que no hay que lanzar las campañas al vuelo por un excelente ratio de endeudamiento de los hogares. “Probablemente está reflejando una desconfianza hacia la situación política y económica que no anima a los hogares ni a consumir ni a invertir”.