En 2023 se consumieron en el país casi 81 millones de botellas de cava, según datos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava.
Las uvas son el eje del negocio en el sector del cava, por ello, desde Codorníu, una de las bodegas más importantes del país, tienen claro que asegurar la buena viabilidad de las rentas de los viticultores y la calidad de la uva es primordial.
Desde hace varios años, el cambio climático está afectando a los cultivos del Penedés, con sequías y condiciones complicadas para cultivar. Por eso, Codorníu ha anunciado que este año comprará al menos un 50% más de uva que el año pasado y pagará un 45% extra sobre el precio base pactado en los contratos plurianuales, una medida de apoyo excepcional que ya supuso un hito en 2023 y 2024. ¿Por qué? Porque quieren seguir apostando por los viticultores locales y reforzar su compromiso con la tierra y las personas que la trabajan. Un ‘plus climático’ sobre el precio marcado con el que buscan paliar los efectos adversos que arrastran los viticultores de la zona. “Queremos asegurar que mantenemos los ingresos por hectárea de nuestros viticultores, para garantizar la buena viabilidad de sus rentas”, asegura el CEO de Raventós Codorníu, Sergio Fuster.
Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu.
Apoyo real a más de 300 familias
La bodega tiene acuerdos estables con más de 300 familias de viticultores que han trabajado con ellos durante generaciones. Desde 2019, Codorníu les ofrece contratos a largo plazo para que tengan estabilidad y así dignificar el oficio de viticultor. Con el tiempo, este modelo de colaboración se ha convertido en un ejemplo a seguir en el mundo del vino.
Un compromiso que va más allá del negocio
Para Codorníu cuidar de los viticultores significa también cuidar del cava, del campo y de un patrimonio que hay que preservar. Fuster asegura que tienen “la responsabilidad de liderar un nuevo modelo” que esté comprometido con la tierra, sea justo con las personas que la trabajan y sea “valiente ante los desafíos climáticos”. “No hay futuro del cava sin los viticultores”, añade el directivo.
El consejero delegado de Codorníu lo tiene claro: el futuro del cava pasa por proteger a quienes lo hacen posible desde la raíz. “Si seguimos apoyando a los viticultores, y el consumidor continúa eligiendo el cava, juntos podremos asegurar el futuro de cientos de familias, conservar miles de hectáreas de viñedos y proteger un territorio con un valor histórico que merece ser preservado”.
Viñedo de Codorníu
Cinco años construyendo un sector más justo y con futuro
Para la firma es vital estar en constante comunicación con los trabajadores, por ello, desde hace más de cinco años mantiene mesas de diálogo con las organizaciones que representan a los viticultores. Juntos comparten un mismo objetivo: conseguir que el sector del vino sea más justo, más fuerte ante los retos actuales y con una visión clara de futuro.
El propósito de la bodega es ‘Dar valor a la tierra’ y todas sus acciones van dirigidas en esta dirección. Con medidas como el aumento del precio de la uva, Codorníu quiere seguir liderando el camino hacia un sector más justo, e invita al resto de bodegas a comprometerse también con precios que reflejen la realidad del campo. Para la compañía, esta estrategia es clave para dignificar el trabajo de los viticultores, asegurar que haya relevo generacional y reforzar el prestigio del cava en los mercados internacionales.
En 2020, Codorníu comenzó su transición ecológica, un proceso que culminó en la vendimia de 2023 cuando se convirtió en una marca 100% ecológica. Este 2025, el grupo Raventós Codorníu ha logrado la certificación de empresa B Corp, un modelo de empresa sostenible que cumple altos estándares de compromiso social y ambiental, transparencia y responsabilidad legal.
Con todas estas acciones, Codorníu está liderando un cambio hacia un modelo más justo, ecológico y sostenible. Sus iniciativas demuestran que es posible hacer un cava de calidad cuidando a las personas y a la tierra.
