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Aunque cada vez se habla más de igualdad, el campo parece que sigue siendo un terreno de hombres.

Según datos del Ministerio de Agricultura, las mujeres apenas representan el 26 % de la población activa agraria y, para colmo, cobran menos que los hombres por hacer el mismo trabajo.

Y es que la diferencia salarial sigue presente. Ellas cobran una media de seis euros menos al día que los hombres, aunque se encargan de desempeñar las mismas funciones.

Miriam adora su trabajo. Instagram

A pesar de ello, hay muchas que aún están decididas a cambiar esta realidad desde dentro, como Miriam, una joven agricultora que rompe estereotipos cada día con su trabajo.

Miriam comparte su día a día en el campo a través de su cuenta de Instagram, donde muestra con orgullo todo lo que hace. Y es que ella lo tiene claro: "La meta es ser la granjera no la mujer del granjero".

No quiere estar a la sombra de nadie. Quiere liderar, decidir y demostrar que el campo también puede ser cosa de mujeres.

En España, solo tres de cada diez personas que trabajan en el campo son mujeres. Y, aunque muchas participan activamente en las explotaciones familiares, no todas están dadas de alta ni aparecen oficialmente como trabajadoras. Una situación con la que se ve como su aportación, aunque real, a menudo queda fuera de las estadísticas.

Miriam defiende que debe haber más mujeres. Instagram

En comunidades como Aragón, solo el 23 % de las fincas tienen una mujer al frente. A nivel nacional, el avance es lento, y las desigualdades siguen siendo evidentes: menos tierras, menos ayudas y menor presencia en los puestos de decisión.

El porcentaje de mujeres al frente de explotaciones agrarias ha pasado del 3 % al 28,9 % entre 2016 y 2023, según datos del Ministerio.

Uno de los principales obstáculos que enfrentan es el tamaño y tipo de explotación. De media, las fincas gestionadas por mujeres son más pequeñas (alrededor de 17,9 hectáreas frente a 29,5 en el caso de los hombres), lo que limita su rentabilidad y su acceso a ayudas económicas, como la PAC.

Además, solo el 37,5 % de quienes reciben ayudas directas de la Política Agraria Común son mujeres. Y entre las jóvenes agricultoras, el porcentaje es todavía menor. Diferencias que influyen en el acceso a formación, tecnología y a puestos de toma de decisiones dentro del sector.

La joven deja clara su opinión en el sector. Instagram

Sin embargo, Miriam lo tiene claro. Esta joven agricultora considera que su trabajo es igual de válido y necesario que el de cualquier otro profesional del campo, y anima a otras mujeres a seguir ese camino: "no lo olviden, luchen por sus sueños".

Además, reclama algo que considera urgente: "más mujeres rurales, más agricultoras, más ganaderas". Y es que para ella, la presencia femenina es algo fundamental para el futuro del sector.

Pues Miriam representa a esa nueva generación de mujeres que no quieren seguir los roles de siempre. Quiere ser protagonista de su historia y su frase lo resume mejor que nunca: "La meta es ser la granjera no la mujer del granjero".