Torre Pacheco vive días complicados. Desde la agresión a un vecino de 68 años el pasado miércoles, el pueblo ha entrado en una espiral de tensión.
En redes sociales circuló la versión de que los presuntos agresores eran un grupo de jóvenes magrebíes, lo que desató numerosos enfrentamientos entre vecinos, además de disturbios, insultos y mucho miedo en las calles.
Por el momento, nueve personas han sido detenidas en las últimas horas y la Guardia Civil ha reforzado el dispositivo con 75 agentes más. Mientras, el ambiente sigue muy cargado.
Altercados en Torre Pacheco
Abdelalí, dueño de un bar en la zona, lo está viviendo en primera línea. "Nosotros trabajamos como los españoles, tenemos nuestros negocios. Eso que ha pasado, nunca ha pasado. Yo me he quedado flipado, como si fuese una guerra. Yo no sabía lo que estaba pasando", dice con preocupación.
Lleva años viviendo en Torre Pacheco y según explica en Espejo Público, nunca había sentido algo así. Asegura que la convivencia entre vecinos siempre ha sido buena. Por eso, lo que ha pasado estos días le parece surrealista.
"Te cogen por marroquí y te pegan. Si te ven por la calle te insultan", cuenta con voz seria. Dice que al igual que él, muchos sienten miedo. Y es que aunque haya luz del día, la tensión no se ha ido y por la noche todo se complica.
"Estos días estamos muy mal. Gracias a la autoridad, al alcalde, a la Guardia Civil, a los locales, estamos tranquilos, pero hay miedo porque se van a repetir las cosas. Esta noche va a ir a más. Y no queremos eso, queremos que haya paz. Llegar a un acuerdo y se habla", asegura con desazón.
Altercados en Torre Pacheco
Ante esta situación, Abdelalí ha tenido que tomar medidas para proteger su negocio. Estos días, como propietario ha decidido bajar la persiana de su negocio.
"Estamos cerrando para que no nos rompan las ventanas, las persianas y que no venga gente corriendo y se metan dentro. Estamos evitando eso", explica.
Su barrio ha cambiado la dinámica y ya no se habla del calor que hace en la calle, sino del miedo, de las detenciones o de los controles policiales que no abandonan a sus vecinos, quienes solo piden que esto pare ya.
Y es que según explica Abdelalí "tanto la comunidad marroquí como la española queremos la tranquilidad". Él quiere seguir trabajando, abrir su negocio con normalidad y volver a la rutina de siempre. Como todos.
