Los chiringuitos se convierten cada verano en protagonistas indiscutibles de las playas españolas. Son pequeños locales a pie de la arena donde se puede comer o cenar con vistas al mar, tomar una copa, alquilar una hamaca e incluso disfrutar de sesiones de DJ. Este es el modelo de negocio en el que se ha centrado uno de los últimos programas del Equipo de Investigación de La Sexta.
Sin embargo, el programa ha sacado a la luz una faceta mucho menos idílica: la explotación laboral que, según varios testimonios, sufren muchos trabajadores de estos establecimientos durante la temporada alta y concretamente un caso que ha terminado con el propietario del chiringuito en prisión, acusado no solo de explotación laboral, sino también de suministrar ilegalmente anabolizantes a sus trabajadores.
Levon Matevosian fue uno de ellos. "Yo era hamaquero en la isla de Tabarca cuando yo todavía tenía 17 años. Eso era un régimen militar: nuestra dieta, nuestros horarios, el esfuerzo físico también que hay que desempeñar para estar 12 horas bajo el sol y en pleno verano". Su testimonio refleja una jornada laboral extenuante y unas condiciones físicas límite.
"El rozamiento con las zapatillas y la arena de la playa me provocaron quemaduras en los pies. Era bastante doloroso. Trabajé 90 días como hamaquero y descansé uno porque hubo mal tiempo". Levon relata así su experiencia, haciendo hincapié en la dureza del trabajo y la escasa consideración por parte de los responsables del chiringuito.
"Mi rutina habitual comenzaba a las 6:00 de la mañana y terminaba a las 20:00. Ahí terminaba oficialmente mi jornada laboral, pero luego llegaba a casa, que era una casa en la que nos permitían vivir a los trabajadores. A las 23:00 había un toque de queda y nos cerraban la puerta con llave y si no estábamos allí a la hora no nos permitían entrar". Las restricciones se extendían más allá del horario laboral, imponiendo normas más propias de un régimen militar.
El punto más grave del testimonio de Levon apunta directamente al delito que ha llevado al dueño del chiringuito a prisión: "Llegué a tomar pastillas anabolizantes e inyecciones y nos las suministraba el dueño. Las traía en un maletín negro", asegura.
Lamentablemente, la historia de Levon recogida en el programa no es un caso aislado. Otros trabajadores y camareros relatan haber vivido condiciones similares. Entre ellos, destaca el testimonio de una camarera que denuncia un grave deterioro de su salud física y psicológica tras consumir anabolizantes que, según asegura, le suministraban en otro chiringuito asegurándole que eran simples vitaminas.
Las denuncias por explotación laboral en sectores turísticos aumentan cada verano, según datos de inspección laboral. Una situación que lleva cada año a reforzar los controles sobre las condiciones de trabajo sobre todo en este tipo de establecimientos.
Cuáles son los límites legales en España
En España, los trabajadores de temporada están amparados por el Estatuto de los Trabajadores, que establece que tienen los mismos derechos que cualquier otro empleado, independientemente de la duración de su contrato. Esto incluye una jornada laboral máxima de 40 horas semanales, descansos diarios y semanales y el derecho a vacaciones retribuidas.
El artículo 34 del Estatuto especifica que entre el final de una jornada y el inicio de la siguiente deben transcurrir al menos 12 horas. Además, todo trabajador tiene derecho a un descanso semanal de al menos 1,5 días, normalmente agrupado en un día y medio consecutivo.
Por otra parte, los contratos temporales deben formalizarse por escrito y especificar claramente la duración, la actividad a realizar y las condiciones laborales. Si la empresa responsable incumple estas normas, puede enfrentarse a sanciones económicas, inspecciones y procesos judiciales.
La Inspección de Trabajo y Seguridad Social es el organismo público encargado en España de vigilar el cumplimiento de estas condiciones. En caso de sospecha de irregularidades, cualquier trabajador puede presentar una denuncia, incluso de forma anónima.
