La inflación, los salarios estancados y los precios del alquiler disparados en España están empujando a muchos ciudadanos a buscar formas de evitar que su dinero se devalúe.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda se incrementó un 11,3% solo en el último trimestre de 2024, lo que refuerza la idea de que invertir en inmuebles sigue siendo una vía segura para preservar el patrimonio y planificar la jubilación.
En este contexto, el inversor inmobiliario Jaime Gil lo tiene claro: si tuviera 100.000 euros, no los destinaría a pagar la hipoteca. "Lo que no haría jamás si tuviese 100.000 euros sería cancelar la hipoteca de mi casa. Cogería estos 100.000 euros e iría al banco a averiguar cuánto me puedo apalancar y cuánto más me pueden dar".
Su apuesta se centra en sacar el máximo partido al apalancamiento financiero, es decir, aumentar el capital disponible mediante financiación externa. "Seguramente me darían otros 100.000 y tendría 200.000 euros para invertir en Real Estate (bienes raíces), seguramente podría comprar dos inmuebles de unos 100.000 euros", explica Gil.
"Hay muchas ubicaciones, como puede ser en Valencia norte, Castellón sur, Toledo, Murcia, Alicante interior… Hay muchas ubicaciones donde poder comprar por 100.000 euros", asegura.
Para el inversor, el factor geográfico es determinante a la hora de asegurar una buena rentabilidad. Las zonas con precios más bajos permiten una inversión más eficiente, donde el equilibrio entre coste y beneficio reduce el riesgo y aumenta el potencial de ganancia.
Todo esto cobra aún más sentido en el actual escenario económico, marcado por los altos tipos de interés y las crecientes barreras para acceder a la vivienda. En este contexto, el modelo de inversión que apuesta por adquirir varios inmuebles con financiación externa está ganando cada vez más fuerza en España.
Cómo funciona el apalancamiento financiero
El apalancamiento financiero es una estrategia que permite invertir más dinero del que realmente se tiene, utilizando financiación externa, como préstamos o créditos. Es una fórmula habitual tanto en empresas como en particulares que buscan ampliar su capacidad de inversión sin tener que contar con todo el capital propio desde el inicio.
La gran ventaja es evidente: al disponer de más fondos, se pueden hacer operaciones más grandes y, con ello, aspirar a mayores beneficios. Pero este "efecto multiplicador" también tiene su cara B: si la inversión no sale bien, las pérdidas también se amplifican y hay que seguir devolviendo el dinero prestado con sus respectivos intereses.
El apalancamiento se puede llevar a cabo mediante diferentes vías, desde hipotecas hasta productos financieros más complejos. Cuanto mayor es la cantidad prestada, mayor es también el riesgo asumido. Por eso, esta herramienta puede ser muy útil si se usa con criterio y en operaciones bien calculadas, pero también peligrosa si no se gestiona adecuadamente.
Ventajas y riesgos del apalancamiento financiero
Una de las grandes fortalezas del apalancamiento es que permite acceder a inmuebles de mayor valor que los que podría comprar un inversor con su dinero propio. Esto abre la posibilidad de adquirir activos más interesantes y, si estos se revalorizan con el tiempo, los beneficios obtenidos respecto a la inversión inicial pueden ser mucho más altos.
Además, financiarse mediante deuda facilita diversificar: en lugar de poner todo el capital en una sola operación, se puede repartir entre varios inmuebles. Esto reduce el riesgo total y aumenta las opciones de éxito en diferentes frentes.
Sin embargo, no todo son ventajas. Uno de los principales riesgos es no poder asumir los pagos del préstamo si la rentabilidad esperada no se cumple, por ejemplo, si el alquiler no cubre los gastos. Este escenario puede volverse más complicado aún en momentos de inestabilidad económica.
También hay que tener en cuenta la evolución de los tipos de interés: si suben, el préstamo se encarece y la rentabilidad del proyecto se reduce. Por eso, aunque el apalancamiento ofrece oportunidades atractivas, conviene usarlo con prudencia y buena planificación.
