Pagar la hipoteca es un compromiso financiero que marca la economía de la mayoría de los hogares españoles. De hecho, según datos del Banco de España, un 73% de las viviendas principales en propiedad tienen asociada una carga hipotecaria.
En este contexto, algunos especialistas apuestan por métodos alternativos a la amortización anticipada, con el objetivo de reducir la deuda sin sacrificar la liquidez.
"Quítate 15 años de hipoteca de una forma súper fácil. ¿Sabías que en lugar de adelantar dinero, puedes poner a trabajar ese dinero para ti y amortizarla mucho más rápido?", propone Matías Galán, asesor financiero.
Su planteamiento se basa en aprovechar el interés compuesto, una herramienta que, bien empleada, puede hacer crecer los ahorros de forma exponencial. "Hoy te voy a explicar cómo utilizar el interés compuesto a tu favor para quitarte esa deuda en menos tiempo y pagar menos intereses, por supuesto".
Según Galán, anticipar pagos a la hipoteca no siempre resulta la decisión más acertada. "Cuando adelantas ese dinero te estás descapitalizando y es el banco el que va a poner a trabajar ese dinero para su propio beneficio. Además de estar perdiéndote posibles beneficios fiscales", advierte.
Como alternativa, propone optar por la inversión. "¿Cuál sería la alternativa más inteligente? En lugar de adelantar el dinero, invierte en una herramienta que te genere una rentabilidad con interés compuesto". Si esa rentabilidad media supera el interés que se paga por la hipoteca, el balance juega a favor del titular del préstamo.
"Si logras obtener, por ejemplo, entre un 6% y un 8% de rentabilidad media anual, estarás generando más beneficios que los intereses que pagas por tu hipoteca", señala Galán. Esto, según explica, se traduce en una gestión financiera más eficiente a largo plazo.
Para hacerlo más claro, ofrece un ejemplo concreto: "Si destinas 200 euros al mes en una herramienta que te genere un 7% de rentabilidad media anual, al cabo de 10 años habrás aportado 24.000 euros de tu bolsillo, que se habrán transformado en 35.000 euros".
La diferencia es notable. "¿Qué significa esto? Significa que podrás utilizar este dinero para amortizar la hipoteca de golpe pagando menos intereses y sin haber perdido el control de tu dinero". Tal como resume el asesor, "el dinero bien invertido, siempre trabaja mejor que el dinero dormido en el banco".
Pros y contras de amortizar la hipoteca
Adelantar el pago de una hipoteca es una decisión relevante que no tiene una respuesta universal. Una de las principales ventajas es el ahorro en intereses: al reducir el capital pendiente, se rebaja también el coste total del préstamo. Este efecto se intensifica si se hace en los primeros años del crédito y si el tipo de interés, ya sea fijo o variable, es elevado.
Además, quienes compraron su vivienda antes del 1 de enero de 2013 pueden beneficiarse de una deducción fiscal del 15% sobre lo aportado a la hipoteca, con un tope de 9.040 euros anuales. Esta ventaja puede traducirse en un ahorro notable en la declaración de la renta. También hay un factor emocional importante: reducir deuda genera una sensación de estabilidad, especialmente valiosa en tiempos de incertidumbre económica.
Sin embargo, no todo son puntos positivos. Una de las desventajas principales, como alerta Matías Galán, es la pérdida de liquidez. Utilizar los ahorros para amortizar puede limitar la capacidad de respuesta ante gastos imprevistos o posibles inversiones más rentables.
A esto se suman posibles comisiones por amortización anticipada que aplican algunas entidades financieras, lo que puede reducir el interés de esta opción. Es clave, por tanto, revisar a fondo las condiciones del contrato hipotecario.
También hay que considerar el coste de oportunidad: el dinero que se destina a amortizar podría haber generado mejores rendimientos en productos de inversión adecuados al perfil del titular. Para quienes toleran más riesgo, invertir puede ofrecer mejores resultados que cancelar deuda.
En definitiva, optar o no por amortizar dependerá de múltiples factores personales como la situación económica, los objetivos financieros y el nivel de tolerancia al riesgo.
