Inversiones hay muchas: y una de ellas, aunque no es muy conocida, es el vino. ¿Qué debe saber quien quiera dar el paso y depositar su dinero en él?
Javier Molina, analista de Mercados de eToro, ha hecho un análisis de este producto como inversión, destacando una serie de puntos que deben ser tenidos en cuenta.
“Para el inversor novel representa una primera lección práctica sobre la economía de la escasez”, afirma Molina.
Mientras que para el profesional, “es una herramienta eficiente de gestión de riesgo. Y para ambos, la oportunidad de brindar cuando el mercado deje de hacerlo”.
Eso sí, el analista de eToro advierte de que “este activo no está exento de riesgos. La liquidez no es instantánea y hay que plantearse una ventana mínima de cinco a siete años para vender sin prisas”.
¿Qué vinos son una buena inversión?
El experto pone el foco en un índice, el Liv-ex 1000, al que califica como “el termómetro global más amplio y fiable del mercado”.
Por ejemplo, en 2008, mientras el SP500 se desplomaba casi un 40%, el Liv-ex apenas registró un leve recorte.
Durante el estallido de la pandemia cedió algo menos del 4% antes de recuperar terreno. Mientras tanto, los índices de renta variable vivían auténticos bandazos.
“Lo interesante de este índice”, señala Javier Molina, “es su baja correlación con los grandes selectivos bursátiles o con el Bloomberg Global Aggregate de bonos", sostiene.
Y especifica: “La razón está en que el precio de una botella excepcional se rige por la crítica enológica o la reputación de la bodega dejando fuera factores que poco tienen que ver con el PIB, los tipos o los beneficios empresariales”.
¿Cuáles serían los ‘caballos ganadores’? El analista empieza por los ‘Grands Crus bordeleses’. ¿La razón? Porque “combinan alta liquidez secundaria con una curva de maduración predecible”.
Seguiría con los Borgoña, de producción limitada, “y aquellos vinos donde la escasez estructural sostiene los precios a largo plazo a costa de una entrada más exigente”.
A continuación, los ‘súper toscanos’, “que cotizan a múltiplos aún inferiores a los de sus pares franceses’ y los del ‘nuevo mundo’, que cerrarían su selección.
Por último, lanza la siguiente advertencia: “La custodia profesional y la verificación de autenticidad son imprescindibles, pues el fraude existe”.
Y es que, un corcho reemplazado, por ejemplo, “puede arruinar la inversión más brillante”. A ello hay que sumar la falta de un regulador central.
Por este motivo, aconseja trabajar “siempre con plataformas consolidadas, auditadas y con coberturas de seguro adecuadas”.
