Un día llegas a casa, coges el móvil, abres la aplicación de tu cuenta bancaria, ves que tienes dos cargos que no has realizado y te recorre un escalofrío por todo el cuerpo. Efectivamente, podría tratarse de una estafa digital, que cada vez son más sofisticadas, haciéndote perder todos tus ahorros.
No obstante, una nueva sentencia del Tribunal Supremo ha dejado claro que los bancos tienen la obligación de reponer de inmediato todo el dinero a los clientes que sufran un timo de estas características. Hasta ahora, el cliente tenía las de perder, pero ahora las tornas han cambiado.
En concreto, el Supremo confirmó el pasado 9 de abril una resolución de la Audiencia Provincial de Zaragoza que obligó a un banco español a devolver el dinero robado a una de sus clientas. El fraude consistió en un SIM swapping, en el que los ciberdelincuentes duplicaron su SIM y llegaron a hacer hasta 15 operaciones acarreando una pérdida de más de 80.000 euros.
¿Cuánto tardan en devolverte el dinero?
Entonces, el Alto Tribunal ha fijado un precedente para que sean las entidades bancarias quienes asuman las consecuencias de que los ciberdelincuentes violen su sistema de seguridad. De este modo, el cliente va a tener la certeza de que a partir de ahora, si es víctima de una ciberestafa, podrá recuperar su dinero. Además, el banco tiene la obligación de devolver el dinero, como tarde, un día hábil más tarde.
La única excepción para que las firmas bancarias no tengan que realizar la devolución del eventual robo es que pueda demostrar que el usuario actuó con negligencia grave, como por ejemplo escribiendo la contraseña bancaria en un papel en la cartera.
Las estafas digitales más comunes incluyen el phishing, que llega por correo electrónico o enlaces falsos para robar contraseñas o datos bancarios, y sus variantes: el smishing (por SMS) y el vishing (por llamada telefónica).
También destacan las estafas en redes sociales, donde perfiles falsos o sorteos engañosos intentan obtener información o dinero, y las estafas de compraventa online, en las que se ofrecen productos inexistentes o que nunca se entregan.
Estafas más habituales
Otras formas habituales son las estafas de inversión, especialmente en criptomonedas, que prometen grandes beneficios pero solo buscan desaparecer con el dinero, y la suplantación de identidad, con la que los estafadores usan tus datos personales para cometer otros fraudes.
Asimismo, proliferan las llamadas estafas románticas, donde alguien finge una relación sentimental para luego pedir ayuda económica por una supuesta emergencia.
