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El cambio de hora tiene lugar dos veces al año, el último fin de semana de octubre y el último de marzo. A partir de ahora los días serán más largos. Un cambio aparentemente inofensivo e incluso positivo, pero que puede afectar a las rutinas diarias del ciudadano y a sus facturas.

Todos los países de la Unión Europea (UE) cambian simultáneamente la hora. Hay conversaciones en el seno de la UE para adoptar un horario fijo durante todo el año, pero de momento las conversaciones están incipientes. Por ello, los ciudadanos deben seguir cambiando sus relojes de hora dos veces al año sin excepción.

En esta ocasión, con el inicio del horario estival, todos dormimos una hora menos. Un inconveniente sin importancia. Sin embargo, es importante adaptar las rutinas diarias y en especial las que afectan a la factura de la luz y a los electrodomésticos.

¿Cómo afecta a los tramos horarios?

En España, muchas personas tienen contratada la tarifa eléctrica con discriminación horaria. El PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) es una de las más utilizadas. También existen otras como la tarifa fija en mercado libre y la tarifa plana para pagar siempre lo mismo.

Aunque se haya producido el cambio de hora, los tramos de la tarifa con discriminación horaria no cambian. Es decir que los tramos punta, llano y valle tienen lugar a las mismas horas que antes del adelanto del reloj.

Tramo Horario (de lunes a viernes) Precio aproximado
Valle 🕛 00:00 - 08:00 💰 Más barato
Llano 🕗 08:00 - 10:00 💰 Medio
🕐 14:00 - 18:00 💰 Medio
🕗 22:00 - 00:00 💰 Medio
Punta 🕙 10:00 - 14:00 🔥 Más caro
🕕 18:00 - 22:00 🔥 Más caro

Fuente: Red Eléctrica

De este modo, los tramos y sus precios se mantienen exactamente igual. Pero la clave en este contexto es el probable cambio de rutina de los ciudadanos. A partir de ahora, va a anochecer y amanecer más tarde. Esto puede suponer, por ejemplo, que la gente que tenía la rutina de encender los electrodomésticos por la mañana temprano con la salida del sol -en el tramo valle-, ahora tenga que adaptarse.

Imagina que un ciudadano tiene la costumbre de poner el lavavajillas, la lavadora y cocinar en las primeras horas del día. Esta persona se despierta con el amanecer, que en el horario de invierno tiene lugar alrededor de las 06:45 de la mañana. No obstante, con el horario de verano, el sol sale a las 07:45.

Teniendo en cuenta que el horario valle y más barato concluye a las 8 de la mañana, si está persona sigue levantándose a la hora del amanecer y realizando las tareas en las primeras horas de su día, sufrirá un cambio en su factura. Empezaría a realizar un consumo de luz en el tramo llano medio en vez del valle, lo que implicaría un aumento del precio.

Lo mismo puede ocurrir por la tarde con los tramos llanos (precio medio) y punta (más caro). Si una persona está acostumbrada a poner la lavadora antes de que anochezca y, cuando empieza el nuevo horario, se sigue dejando llevar por este patrón, puede entrar en la tarifa de precio más elevada.

Importante consultar la hora

El motivo sería que antes ponía la lavadora antes de las 18:00. Ahora se retrasa y, en este caso, entra en la tarifa punta que va desde las 18:00 hasta las diez de la noche.

La ventaja de las tarifas con discriminación horaria es que el fin de semana en su totalidad se considera tramo valle. Entonces, para que las nuevas rutinas con el cambio de hora no afecten al precio de la factura de electricidad, la opción más segura es realizar las tareas que requieren de un consumo más alto el sábado, domingo o festivos.