Las bodas son momento de celebración y, muchas veces, se convierten en uno de los momentos más importantes en la vida de ambos. Aunque lo que muchas personas no saben es que Hacienda puede llamar por sorpresa a su puerta. Sin previo aviso, los inspectores se pueden presentar en casa de los novios para pedir cuentas y facturas del vestido, el banquete, las flores, el fotógrafo e incluso del coro presente en el enlace. Los mismos buscan información detallada sobre aquellos servicios que se pagaron en efectivo, para comprobar que los negocios que se lucran con las bodas, están realizando sus actividades de forma adecuada. 

Es común que la mayoría de las parejas no tengan estos papeles en regla. Muchos de ellos no guardan las facturas de todos los servicios contratados, además se han podido extraviar u olvidar. Así, comienza un largo y complicado camino hasta poder recopilar todos los documentos para entregárselos a los inspectores. "De repente, llamaron a la puerta. Era una mujer, muy amable, exigiéndome las facturas de mi boda, que fue en el año 2016. Esa misma semana, Hacienda también fue a casa de unos amigos que se habían casado dos meses después", explica una novia a El Comercio. Ella no consiguió reunir todos los requisitos: "Ya no guardaba nada. Conseguí algunas facturas, como la del restaurante, pero otras ni me las han mandado ni me las mandarán. No han sido muy duros: me han dicho que si consigo más información se la reenvíe", cuenta la mujer. 

Aun así, ateniéndose a la Ley, todos los novios deben haber tributado por sus regalos de boda, según lo estipulado en cada comunidad autónoma para el impuesto de donaciones. Además, no existe un mínimo con el que se esté exento de cumplir este principio. En la práctica, nadie lo hace. 

Por tanto, aunque cada vez es más común que los novios adjunten un número de cuenta donde los invitados pueden ingresar sus regalos en metálico, no existirá gran alarma si estas cantidades no son muy altas. "Sí puede llamar la atención de la Agencia que de repente se hagan grandes ingresos en una cuenta que provoquen un importante incremento de patrimonio no justificado", advierte el presidente de los técnicos de Hacienda a El Comercio. Hay que tener en cuenta que Hacienda tiene acceso a la información bancaria de las transferencias que superen los 3.000 euros. O de los movimientos de los billetes de 500 euros. Por tanto, toda precaución es poca.