El zoológico de Barcelona, uno de los más famosos y antiguos del país, encara en los últimos años los problemas propios del paso del tiempo y el consiguiente deterioro de sus instalaciones y la masificación de las especies que alberga. El cambio de mentalidad en las últimas décadas, que aboga por una mayor concienciación y respeto por el medio ambiente y los animales, ha llevado al Ayuntamiento de la ciudad condal a barajar diversas medidas para solucionar las carencias que afronta uno de los espacios más queridos de Barcelona. 

Según publicaron varios medios esta semana, el gobierno municipal de Ada Colau ha dado el visto bueno esta semana a un plan estratégico que, entre otras medidas, acepta una propuesta ciudadana (impulsada por la plataforma animalista Zoo XXI y respaldada por 15.000 firmas) que pretende reducir la mayoría de las especies presentes en el zoo de la ciudad hasta dejarlas en 11, todas ellas autóctonas.

De esta forma, la comisión de ecología del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado destinar a las céntricas instalaciones 65 millones para su modernización, al tiempo que limita las especies que se podrán reproducir en el zoo a once.

La decisión no ha sido bien acogida por los trabajadores del parque. El comité de empresa ya ha denunciado que la medida pone en peligro el trabajo de los 150 empleados directos del parque y los 50 de empresas que están subcontratadas por él.

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