La vida de una mujer víctima de violencia de género cambió en febrero de 2018, cuando comenzó a trabajar como operaria de limpieza. E.C.M., de 33 años, se ha convertido en una de las 169 mujeres con una situación similar contratadas por la empresa Clece, filial de ACS, en el último año. Esta cifra supera las 139 contrataciones a las que se comprometió la empresa en la gala de los Premios Compromiso 2017. Un gesto simbólico ya que 139 fue el número de candidaturas de entidades sociales presentadas a los premios.

“Desde que he comenzado a trabajar, siento que soy dueña de mi vida, me siento independiente. Poco a poco vuelvo a la ‘normalidad’, dice esta mujer que considera fundamental el trabajo para recuperar la autoestima y la seguridad en una misma, una vez que se han superado algunas etapas previas y la mujer está preparada para trabajar.

Cuenta E.C.M que, hace un par de años, oyó hablar de Candelita, una asociación sin ánimo de lucro que ayuda a mujeres víctimas de violencia de género a encontrar trabajo. En Candelita la incorporaron al proyecto Mirada en violeta. 

“Me ayudaron mucho en los peores momentos, cuando me sentía muy perdida y no tenía ganas de nada. Conocí a otras mujeres en mi misma situación y me sentí muy acompañada. Un día, en el aula de búsqueda de empleo, mi técnica me hablo de Clece y de la posibilidad de enviar mi candidatura. Y así lo hice”, cuenta esta mujer, que deja clara la labor de intermediación que realizan asociaciones como Candelita y que confirma Belén Hernández, técnico de intermediación y selección de Clece desde hace cuatro años. Nos cuenta que las mujeres víctimas de violencia de género que acuden a una entrevista de trabajo o a un proceso de selección, suelen llegar con un bajo nivel de autoestima.

“La falta de confianza en sí mismas les impide desarrollar habilidades y capacidades profesionales para encontrar trabajo. Luego está la disponibilidad horaria por cargas familiares no compartidas. Es complicado conseguir conciliación para un trabajo. Nosotros buscamos adaptar el trabajo y adaptar los horarios para que puedan conciliar”, dice Hernández.

Para que se sientan arropadas y no discriminadas, algo que considera importante Hernández, trabajan en el plano de la autoestima y de la escucha activa. Con esto y por medio de orientación y horarios de trabajo flexibles, pretenden que las mujeres víctimas de violencia de género puedan no sólo conseguir un trabajo, sino además mantenerlo. “Sentimos como un éxito que salgan de los centros de acogida y consigan una independencia económica perdida al huir de su maltratador”, concluye Hernández.

E.C.M destaca la figura de las mediadoras en Clece dedicada a dar respuesta a distintas situaciones que interfieren con su nuevo proyecto de trabajo. “Hace unos meses mi ex pareja salió de la cárcel, trabajaba en una zona que podía ser de riesgo y me invadió el miedo. Hablé con mi técnica de Candelita y el mediador de Clece me cambió de centro sin problemas y estuvo pendiente de mí, algo no muy habitual en el mundo empresarial”, asegura esta mujer.

"Una empresa de personas para personas"

También Íñigo Camilleri, responsable de Selección y Desarrollo en la empresa, destaca este componente humano. “Somos una empresa de personas para personas. Nos hemos volcado con la inserción laboral de grupos vulnerables, y más en concreto con mujeres víctimas de violencia de género, un colectivo con un problema que nos ha de involucrar a todos como sociedad”, afirma. 

Destaca también la respuesta positiva de las mujeres a las que les abren la puerta. “Esta es sin duda una de las claves del éxito del Proyecto 139. Para ellas una oportunidad laboral lo es todo. Por eso la aprovechan al máximo y su actitud y buena predisposición suelen ser excelentes, conscientes de la importancia de un trabajo que les permita independizarse económicamente, teniendo en muchos casos hijos a su cargo. Se convierte en el punto de partida para lograr una nueva vida”, dice Camilleri.

 “Apenas se habla del después, de la soledad, de todas las consecuencias. Cuando ‘todo pasa’, tienes que volver a empezar. Tienes que encontrar un trabajo para sacar adelante a tus hijos. En la mayor parte de las ocasiones estás sola, a veces con la familia muy lejos, como en mi caso y sin posibilidad de contar con alguien para recoger a tus hijos del cole o estar en casa cuando se ponen enfermos”, alerta E.C.M. en un guiño al compromiso de Clece con las mujeres víctimas de violencia de género. La flexibilidad que ofrece su Proyecto 139 permite a E.C.M tener la oportunidad de seguir en la senda de recuperar su vida y su autoestima por medio de un puesto de trabajo.