El ESPAÑOL y Clece organizan en Melilla una nueva edición de sus foros de debate. Con el objetivo social de buscar carencias y mejorar de cara al futuro, este foro se enfocó bajo el lema La escuela como vehículo del desarrollo infantil. Se trata de un tema muy recurrente en la ciudad autónoma en la que más de setecientos niños están matriculados en las diferentes escuelas infantiles de cero a tres años con los precios más bajos de toda España, y en la que todavía queda trabajo por hacer, ya que son cerca de trescientas las familias que no consiguen plaza para sus hijos.

Tras el saludo e introducción de José Andrés Elízaga, director de Comunicación y Relaciones Externas en Grupo Clece y de Cristóbal Sánchez Sampalo, gerente de Ceuta, Melilla y campo de Gibraltar del mismo grupo, el consejero de Educación, Juventud y Deportes de Melilla, Antonio Miranda, fue el encargado de abrir el debate. Miranda, maestro de vocación, ha insistido en la importancia de la asistencia de los niños a las escuelas infantiles “como medio de socialización, aprendizaje y conducta”. Desde su punto de vista la familia debe implicarse más en la educación de sus hijos, “hay padres que no saben cómo se llaman sus profesores”.

A colación con la importancia de la atención temprana, el doctor en psicología, César Augusto Solano, ha destacado la importancia de la estimulación de las emociones en edades de cero a tres años para conseguir “adultos afectivamente maduros”. Una teoría que ratificaba una de las madres invitadas a esta mesa, Carmen Parra, que insistía en la gestión de estas emociones y la resolución de conflictos como aprendizajes más importantes que lo meramente educativo. La mesa de debate ha coincidido en que la socialización actualmente es una prioridad de aprendizaje en edades tempranas por encima de lo educativo.

La escula como vehículo de desarrollo infantil

Detección de dificultades en el aprendizaje

Otro de los puntos que se ha debatido en este foro es la importancia de detectar dificultades en el aprendizaje. Para Miguel Ángel Guillén, psicopedagogo especialista en dependencia, servicios sociales y educativos y empleado en Clece, los técnicos de educación infantil están preparados para detectar -casi al 90% a través de la observación- y corregir dichas dificultades. Sin embargo, Carmen Parra echaba en falta como madre, la figura en estas escuelas de un educador social para tratar diferentes realidades sociales de la ciudad.

Para el consejero de Educación, muchas dificultades llegan desde un entorno desestructurado en casa: “El trabajo de la escuela se va al traste cuando llegan a casa”. Mayra Hernández, directora de la escuela infantil San Francisco Ciudad Autónoma de Melilla, ha asegurado que muchas veces es la propia familia la que impide que se corrijan a tiempo las dificultades, “los padres no quieren ver que a sus hijos les pasa algo”. Una conducta justificada, según el profesor Solano, por la tendencia de los padres a “creer que protegen a sus hijos al ocultar sus diferencias”. No obstante, hay excepciones, María Dolores Gallego, una madre que también ha estado invitada a esa mesa redonda ha destacado cómo, gracias a la técnico de la escuela infantil, pudo identificar antes el posible estrabismo que padece su hijo.

Otra de las peculiaridades de Melilla es el idioma, muchos de los niños que acuden a las escuelas no saben hablar español. “Un hándicap”, ha asegurado Silvia Guillén Fortes, técnico en educación infantil en la escuela San Francisco, en las primeras semanas de clase y un estímulo para otros niños según algunos ponentes de la mesa. “El problema del idioma”, ha destacado Mayra, “llega cuando tratas de hablar con sus familiares y no te entienden”.

La unanimidad coincidía en la mesa a la hora de censurar las políticas de control a través de cámaras que se están llevando a cabo en algunas escuelas infantiles, “se está violando la intimidad de todos los niños y nunca se sabe quién está detrás”, ha asegurado Silvia en su papel de madre. En edades tempranas se ha llegado a la conclusión de que el entorno social es “lo más importante”, ya que los buenos hábitos de salud o higiene, ha insistido Silvia, se ve reforzado en sus hogares. Las madres de este foro reconocían que existe cierta reticencia a la hora de inscribir a los niños en escuelas situadas en barrios conflictivos, “sin conocer el trabajo que se realiza dentro”.

El juego como vehículo de estudio

Miguel Ángel Guillén, ha destacado la importancia de la diversión a la hora de aprender, “los niños tienen que aprender a través del juego”. A través de diferentes iniciativas los más pequeños pueden avanzar y conseguir estimulaciones a través del esquema motor, la sensibilidad, las emociones, el lenguaje y la comunicación. El consejero de educación, respaldado por los trabajadores en los diferentes centros de educación social, ha destacado la importancia del tratamiento según la edad de los alumnos. Miranda ha insistido en que comparten clases niños de enero y diciembre y “hay que adaptarse al ritmo de aprendizaje de cada uno”. La directora del centro San Francisco ha asegurado que saber adaptarse a los diferentes ritmos de aprendizaje es “uno de los mayores retos del centro”, ya que necesita de una atención casi individualizada.

Relación padres y profesores

De este foro de debate se han sacado conclusiones sobre el trabajo a realizar en la relación de padres y profesorado. Parra ha asegurado que sería muy interesante realizar jornadas de puertas abiertas o clases trimestrales especializadas sobre higiene, cómo afrontar las rabietas o que acepten el “no”. El consejero de Educación, Juventud y Deportes de Melilla, Antonio Miranda, antes de cerrar el foro y viendo las inquietudes y la falta de información sobre educación temprana, tomaba el compromiso de organizar en la ciudad unas jornadas sobre educación e infancia con expertos de cara al próximo curso académico.