La Asociación Española de Pediatría (AEP) alerta de la necesidad de vigilar en todo momento a los menores mientras estén en el agua o jugando cerca de ella ya que, en el caso de los bebés, apenas dos centímetros de profundidad son suficientes para sufrir un ahogamiento.

"En el fondo de un cubo, una bañera, piscina portátil, etcétera, menos de dos minutos son suficiente para que un bebé pueda ahogarse", según advierte esta sociedad científica, que ha publicado en su web 'EnFamilia' dos especiales informativos sobre seguridad en piscinas para evitar los ahogamientos infantiles.

En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los ahogamientos suponen el 13 por ciento de las principales causas de mortalidad infantil por lesiones en niños de entre 0 y 14 años y es la segunda causa de mortalidad accidental después de los siniestros de tráfico.

Los ahogamientos en menores de 5 años se producen sobre todo en las piscinas particulares o de comunidades privadas, y el peligro radica en que son más independientes que un bebé, es decir, se mueven con agilidad y pueden escapar de la supervisión del adulto. Además, no reconocen las situaciones de peligro ni suelen tener destreza dentro del agua en caso de caer en ella.



Las clases de natación, claves también para la prevención 

Para evitar estas situaciones, la AEP recuerda que las clases de natación y el aprendizaje de habilidades de supervivencia en el agua pueden disminuir las tasas de ahogamientos en los niños. De hecho, existen estudios que afirman que iniciar las clases entre los 1 y 4 años disminuye la tasa de ahogamientos.

Sin embargo, los expertos indican que el impartir clases de natación a los niños pequeños o a aquellos que no hayan adquirido suficientes habilidades no evita los ahogamientos, ni proporciona una protección completa, por lo cual es necesario mantener una supervisión continua.

Por otro lado, los niños que no sepan nadar, sean pequeños o tengan alguna discapacidad, deben llevar un chaleco salvavidas siempre que se bañen o estén cerca del agua. Además, advierte la AEP, los flotadores hinchables y manguitos pueden generar una sensación de falsa seguridad y no se consideran dispositivos seguros.