Valencia

“Ya no tengo casa, no está, solo tengo mi pasaporte y algo de dinero”. Kenny Rayment es un vecino inglés que vive desde hace dieciséis años en Benitatxel, el municipio que, junto con la colindante Xàbia, en Alicante, está siendo pasto de las llamas desde la tarde del domingo a consecuencia de un pirómano (a última hora de la tarde el incendio estaba ya "perimetrado"). Este lunes ha perdido la casa en la que vivía después de que el viento hiciera cambiar la dirección de las llamas y estas llegaran hasta la puerta de su casa.

Salió con lo puesto. “Sólo he cogido el pasaporte (que asoma desde el bolsillo de su camisa) y algo de dinero, nada más”, dice. Solo le queda también la camisa y los pantalones cortos que lleva puestos, pero no pierde el buen humor: “Soy pensionista, me buscaré otra casa para alquilar”.

Rayment es uno de los vecinos que viven –o vivía- en la urbanización Cumbres del Sol de Benitatxel. La zona era una de las que no estaba en peligro pero el cambio del viento en la mañana de este lunes la ha convertido en pasto de las llamas. Los vecinos, como el resto de las 14 urbanizaciones afectadas –más de mil personas- han sido desalojados.

Monte quemado cerca de una urbanización en Benitatxell. Juan Carlos Cárdenas Efe

Para los investigadores no hay duda de que los fuegos, hasta cuatro incendios en distintas zonas y con horas de diferencia, han sido provocados por un pirómano. “Un desgraciado” y “un malnacido” en palabras del presidente valenciano, Ximo Puig, que ha hablado de “terrorismo medioambiental” que pone en riesgo el patrimonio y atenta contra las personas.

Una mano del hombre “precisa”, en palabras del director general de Emergencias de  la Generalitat valenciana, José María Ángel, que eligió el día más caluroso del año, en domingo y a las siete de la tarde para hacer arder el monte y sembrar el caos. Ángel explica que la intencionalidad del fuego le llevó a provocar un segundo fuego cuando ya tenían controlado el primero.

Y otro en un enclave natural, en la zona de La Granadella. Y de ahí al caos. Entre los vecinos incluso está circulando el rumor o el bulo de que fue un hombre con una garrafa de gasolina. Otros no quieren participar en este trajín de fotos, rumores y bulos. La Guardia Civil busca al presunto pirómano.

EL ORÍGEN DEL CAOS

El presunto pirómano actuó el domingo sobre las 16.30 horas de la tarde en la localidad de Benitatxel. A esas horas la temperatura alcanzaba los 40 grados. Los bomberos habían dado por controlado el incendio cuando, de forma paralela, sobre las 18.30 horas, se producía otro incendio al norte del primero, en la zona conocida como La Granadella, un Parque Natural. Las llamas se expandieron rápidamente. A las dos horas llegaría el tercer foco, en Xàbia.

José María Ángel ha explicado, en declaraciones a la Cadena Ser Valencia, que el segundo foco se provocó cuando estaba casi extinguido el primero y ello ocasionó “un desastre tremendo medioambiental”. Participan en las tareas de extinción 320 efectivos y 20 medio aéreos. La Unidad Militar de Emergencias (UME) también ha sido movilizada. 

Durante toda la jornada del domingo y este lunes lunes agentes se afanaron con los desalojos. 1.400 vecinos ha tenido que abandonar sus viviendas. Una buena parte de ellos ha pasado la noche en un instituto de Xàbia. En la mañana del lunes todavía permanecían allí 258 personas y otras 72 en un colegio de la localidad. Otros se fueron a casas de familiares o amigos. Otra parte de los evacuados, los vecinos de una urbanización de la zona donde se originó el primer incendio, está regresando este mediodía a sus viviendas.

LOS DESALOJADOS

El IES Antonio Llidó es uno de los albergues temporales para los desalojados. Por este instituto han pasado medio centenar de afectados. Tantos que por la noche se agotaron las ‘camas’ y tuvieron que traer más. Juan José Jaramago, su esposa Montserrat Bartolomé y su hija Aidia son una de las familias que ha pasado allí la noche. Son turistas de Bilbao y el fuego les pilló en su primer día de vacaciones. “El día ya empezó mal”, dice Juan José.

Esta familia lleva años veraneando en la zona pero era el primer año que elegían Xàbia. “La elegimos por la tranquilidad”, dice Monstserrat. Llegaron el domingo y se quejaron a la agencia de la casa que tenían porque no era lo pactado, así que les dieron otra y se pasaron todo el día limpiando. Montserrat y su hija se dieron un respiro. “Estábamos en la piscina y de repente vimos una avioneta que volaba muy bajo, luego el humo y luego llovió ceniza”, dice Aidia. Entre el ruido de las avionetas oyeron que por megafonía  se decía que había que abandonar la zona. “Cogimos el coche, los móviles, la documentación y nada más, lo tenemos todo allí y no sabemos cómo está”, dice el padre.

Un hidroavión actúa en Benitatxell, Alicante. Juan Carlos Cárdenas Efe

La huida fue a las cinco de la tarde del domingo pero fueron dando tumbos de un lado a otro –reinó la desinformación- hasta dar con el albergue del instituto. Ahora no saben qué van a hacer con la semana de vacaciones que les quedaba por delante.

La mayor parte de los afectados son extranjeros. Xàbia es una localidad con fuerte presencia de turismo inglés y francés. François y Valérie son franceses que han venido por dos semanas de vacaciones. Estaban empezando la segunda cuando el fuego les ha echado de casa. Están sentados en el instituto con un par de mochilas.  “Es lo único que hemos podido coger”, dicen. Temen que cuando vuelvan les hayan robado.

Mientras dicen esto se presenta una vecina de Xàbia y les ofrece su casa, así que recogen contentos, dan las gracias muy amablemente, se hacen una foto con Said Bensaid, un voluntario de Cruz Roja con el que estaban hablando, y se marchan.

UNA POBLACIÓN VOLCADA

Xàbia se ha volcado con los afectados. Muchos de los afectados han dormido en casas de desconocidos que les han prestado su hogar, bares y restaurantes han llevado comida a las zonas de realojados y hasta las chicas de la comisión de fiestas (el municipio estaba en fiestas patronales) han cesado toda actividad lúdica para ponerse a hacer bocatas. “Estamos desde ayer trabajando y haciendo bocatas. Hemos dejado vacío el casal por si había que utilizarlo para desalojados”, dicen Ana Mata, Elena Llopis y Loreto García, tres de las ‘festeras’.

Otra mujer que no quiere decir el nombre –“soy anónima”, dice. Es la mujer del jefe de Protección Civil dice otra compañera- cuenta que lleva desde las diez de la noche del domingo trabajando en el instituto. No ha dormido. “He dejado mi casa a doce personas que no conozco, mi hermana también ha dejado la suya, mi padre está haciendo desayunos…”, explica.

Juan, otro vecino, ha acudido a ayudar con las comidas. Tanta ha sido la solidaridad que el Ayuntamiento ha tenido que decir ‘basta’. “Se agradece a todos los vecinos su voluntad de colaborar, pero no se requieren más voluntarios”, decía en su cuenta de twitter.

NUEVOS FOCOS Y NERVIOS

Un nuevo fuego declarado de repente en un descampado colindante a una de las carreteras que llevan a las urbanizaciones afectadas provocó los nervios entre los vecinos que se vieron de repente ‘atrapados’ en esta zona por el corte de la carretera para el paso de los medios de extinción. Emergencias tuvo que desviar medios para evitar la propagación de esta lengua de fuego. Otro incendio forestal se declaró más tarde en la Partida Tossal situada entre Bolulla y Callosa d'En Sarrià, también en Alicante. Con este, ya son tres los fuegos que permanecían activos este domingo en la Comunitat Valenciana, junto con otro en Moixent (Valencia) y el Benitatxell (Alicante).

En Xàbia y Benitatxel las llamas han arrasado unas 300 hectáreas y afectado a decenas de casas.

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