Pablo Casado tenía muchas cosas que decirle a Pedro Sánchez después de escuchar que un 'relator' iba a ocuparse de las relaciones con Cataluña: "Traidor, mentiroso compulsivo, adalid de la ruptura...". Pero el término felón es el que mejor ha calado entre la audiencia: sibilante pero potente, con regusto a puñaladas traperas y venganzas viperinas dignas de Juego de Tronos.

El felón, según la RAE, es quien comete la felonía. ¿Y de qué estamos hablando? De la violación de la fidelidad debida por parte de un vasallo a su señor. Es decir, de una traición, pero específicamente dirigida hacia un mentor, unos ideales o una bandera. No todo felón, se podrá argumentar, actúa con maldad; pero si el presidente del Gobierno quiere hacerse un hueco en esta historia, tendrá que batir a la selección española de la felonía.

Iñigo Errejón

Dicen que no hay peor enemigo que un amigo traicionado. Y que "hay enemigos, enemigos mortales y luego compañeros de partido" en las inmortales palabras de Konrad Adenauer. La crisis fratricida que desgarra a Podemos es una perfecta confluencia de ambas cosas.  Iñigo Errejón, camarada inseparable de sentadas y tertulias, fiel escudero de Pablo Iglesias, probó su asalto al poder en Vistalegre 2 y cayó derrotado.

El líder le impuso el destierro del gallinero de la bancada de Podemos en el Congreso y le exigió obediencia a Ramón Espinar si quería regresar rehabilitado como candidato madrileño. Él complotó con Manuela Carmena y logra, por el momento, doblegar la cólera de su antiguo amigo. Una felonía perfectamente ejecutada y digna de los manuales de Historia.

Luis Enrique 

Hay felones que salen victoriosos de triquiñuelas ínfimas y se escabullen a continuación entre las sombras. Pero hay que ser un auténtico príncipe de los felones para cometer la afrenta deportiva última que este país puede concebir y pisar peldaños cada vez más altos, con la frente altanera y el verbo mordiente.

Luis Enrique Martínez García cambió el blanco del Real Madrid con el que ganó una Liga, una Supercopa y una Copa del Rey por el blaugrana del Barça, donde duplicaría palmarés añadiendo una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. La selección española se ha echado en sus brazos para salir de su etapa más turbulenta. Y le dijo una vez a la prensa: "Me iría a comer con cada uno de vosotros si pagáis, pero que sea un restaurante caro". Ahí queda eso.

Lluis Homar

En la presentación de La mala educación (2009), el actor Lluís Homar posó con su director, Pedro Almodóvar, dándose un beso en los labios. Era una manifestación clara del agradecimiento por haber contado con él como protagonista de su film, que estuvo nominado a la Palma de Oro de Cannes y a varios premios más, a pesar de las malas críticas que recibió.

Era la segunda vez que el manchego contaba con el actor catalán y fue la última. Trabajar en ese rodaje, aunque la foto no hacía presagiarlo, resultó ser un infierno para Homar, que protagonizó su particular felonía al escribir sus memorias, Ahora empieza todo (Now Books) en 2017, donde describió con pelos y señales cómo era rodar con el director más laureado de España. "Me tenía que dopar para quitarme la ansiedad", relató sobre su relación.

Irene Lozano

Si de alguien ha podido recibir lecciones de felonía Pedro Sánchez es de Irene Lozano, probablemente mientras trabajaban en su libro a cuatro manos. La periodista militó en UPyD, y desde la plataforma de Rosa Díez disparó sin piedad contra el partido socialista y el bipartidismo: "En el caso del PPSOE, da igual el cristal con que se mira: todo es mentira", tuiteaba. "Oigo al PPSOE hablar de cómo eliminar la corrupción, y nunca dicen: "pues vamos a echar a nuestros corruptos". Puag!"

Y en 2015, cayó la bomba: meses después de fracasar en su asalto contra Díez y abandonar la formación magenta, Sánchez anunciaba que fichaba a Lozano "como independiente" y le concedía el cuarto puesto por Madrid en las listas socialistas al Congreso, lo que le garantizaba un escaño. El clamor entre sus filas obligó al secretario general del PSOE a dar marcha atrás, pero solo temporalmente: al llegar la presidencia del Gobierno, le entregó la dirección de la oficina de la 'Marca España'. 

Dulce Delapiedra

La vida de Dulce Delapiedra parece sacada de una telenovela y, como en toda obra de este género, la traición fue uno de los ingredientes principales de la historia. La mujer tuvo una infancia y juventud desgraciada, con un padre ausente y teniéndose que ocupar de sus cuatro hermanos pequeños. Para consolarse, escribía cartas a su ídolo, el cantante Agustín Pantoja, a la sazón hermano de la conocidísima tonadillera Isabel Pantoja.

Cuando tenía 18 años, tuvo la oportunidad de conocer a ambos en un concierto en su ciudad natal e Isabel le ofreció ser la niñera de su hijo Kiko y, más tarde, de su segunda hija, Chabelita. La felonía vino 25 años después cuando, después de su despido de Cantora -por posicionarse al lado de la niña en lugar del de su madre- habló lo más grande sobre su trabajo para la cantante. Entre otras cosas, afirmó que la entonces pareja de Isabel, Julián Muñoz, le había acosado durante años.

Alberto Herreros

Hablamos de un coloso caído, un gigante en lo humano (dos metros de pies a cabeza) y lo deportivo, considerado parte del top 3 de los jugadores de la ACB en los años noventa y un puntal de la selección española: internacional en 172 ocasiones. La felonía que cometió fue tan descomunal como el resto. Consistió en pasarse al eterno rival, por una cifra desorbitada para la época y el baloncesto español.

De liderar durante años al Estudiantes, el alero aprovechó un cambio de normativa para fichar por el Real Madrid. La hinchada del estu nunca se lo perdonó y en cada partido era recibido con pancartas sarcásticas y sonadas pitadas. Pero Herreros triunfó vestido de blanco y hoy ejerce de director técnico. "No me importan esas cosas"- valoraba hace unos años sobre su carrera. "No cambiaría la NBA por mis años en el Real Madrid".

Toño Sanchís

El bombazo saltó en 2015 y, en un principio, no se supo el nombre del felón. La princesa del pueblo, Belén Esteban, afirmaba en Sálvame que alguien de su entorno la había traicionado. Pronto, su compañera en el programa del corazón Mila Ximénez destapaba la caja de los truenos: el traidor era Toño Sanchís: representante, amigo y “casi hermano” de la la de San Blas.

En un conflicto que ha llegado incluso a los tribunales, se demostró que Sanchís había engañado a Esteban, por quedarse con porcentajes más altos de los estipulados, recibir dinero por eventos a los que ella iba gratis y cobrar una cifra elevada para luego pagarle a ella una cifra inferior. A día de hoy, su exrepresentante tiene subastada su casa para poder pagar a la presentadora, sin haber conseguido todavía comprador.

Jorge Verstrynge

Nadie en la historia moderna de España ha acumulado tantos títulos medievales para definir su insólita carrera política como Jorge Verstrynge. Primero fue "delfín" -como los príncipes de Francia- de Manuel Fraga Iribarne en Alianza Popular. Pero la relación entre ambos se truncó en 1986, y fue el propio Fraga quien le espetó: "¡Es usted un felón!"

A partir de ahí, agárrense que vienen curvas: fundó un partido de centro, se integró en el PSOE en 1993, se marchó y fungió de asesor del Partido Comunista e Izquierda Unida para las elecciones generales de 2000. Con la llegada de la crisis se sumó a los indignados, y en 2014 se sumó a Pablo Iglesias. "Soy la mejor prueba de que Podemos no es sectario. ¡Con lo facha que fui!"- clamaba hace unos años. De vocación, felón.

[Más Información:  Pero, ¿qué es un relator?: la palabra que todo el mundo está buscando]

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