Pese a tener que pagar la licencia del taxi, es una profesión con la que se genera un buen salario.
Luis (59 años), taxista: "Mi sueldo me da para vivir de sobra, no como cuando trabajaba para otros"
Pese a "la mala concepción" que existe sobre la profesión de taxista, el sevillano asegura que su calidad de vida mejoró casi de forma "instantánea".
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La profesión de taxista ha sufrido altibajos desde hace varios años en la ciudad de Sevilla, en especial desde la entrada en juego de los VTC como Uber o Cabify. Sin embargo, el gremio sigue resistiendo en la ciudad y continúa siendo la preferencia de desplazamiento para muchos sevillanos.
Luis, taxista desde hace 15 años, lo tiene claro: "Mi sueldo me da para vivir de sobra, no como cuando trabajaba para otros".
En su experiencia, y pese a ser consciente de "la mala concepción" que se puede tener sobre los taxistas, la vida le mejoró "muchísimo" cuando comenzó a ser su propio jefe.
"Cuando fui a firmar los papeles de traspaso del taxi, le dije al notario: ¿entonces ya puedo empezar a trabajar?", recuerda. Y así fue. "Tenía el taxi en la misma puerta, me monté y comencé a generar dinero casi en el instante".
Reconoce que el problema es poder comprar la licencia, pero que, al final, es "una letra como cualquier otra y se termina pagando".
Su calidad de vida mejoró "casi de forma instantánea". "En dos meses o así ya ganaba 1.500 euros más que antes", sostiene.
En este sentido, insiste en que es un oficio en el que puede ganar lo que quiera, ya que depende todo de él. "Yo, por ejemplo, me niego a trabajar por las noches. Se gana más, sí, pero también hay más problemas, por eso decidí hace años que, en cuanto empieza a anochecer, me voy para casa".
Además, subraya la comodidad de poder disponer de su tiempo y no tener que estar dando explicaciones. "Si mi madre me llama porque se ha puesto mala, no tengo que avisar a nadie y explicarle qué le ha pasado a mi familiar, sino que en lugar de coger a otro cliente me voy de camino a mi casa y se acabó".
Taxis vs VTC
No obstante, el gremio del taxi ha vivido momentos de mucha tensión en Sevilla, en especial desde que Uber y Cabify hicieron acto de presencia.
Cuando los VTC llegaron a la ciudad, muchos usuarios decidieron optar por ellos y dejar un poco de lado el tradicional taxi, y es que llegaron a acumular muchas reclamaciones por "monopolizar el servicio".
Otra de las quejas más comunes hacia los taxistas eran los fraudes y los abusos con las tarifas. Este fue uno de los motivos principales de que los sevillanos comenzaran a hacer uso de las aplicaciones con precios cerrados para sus viajes.
No obstante, y a pesar de unos meses de mucha tensión que llevó a confrontaciones físicas y verbales entre taxistas y conductores de VTC, la situación volvió a estabilizarse con el paso del tiempo y Sevilla se convirtió en una ciudad en la que hay espacio para ambos servicios.