La experta en psicología sostiene que aceptar la pérdida es la mejor herramienta.

La experta en psicología sostiene que aceptar la pérdida es la mejor herramienta.

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Isabel Montes, psicóloga, sobre el tiempo que dura un duelo: "No aguantamos ese nivel de emociones tanto tiempo"

Quienes preguntan por este proceso suelen buscar algo que vaya más allá de un dato: "necesitan herramientas para sobrellevarlo".

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El duelo es un proceso universal y complejo que afecta a cada persona de manera distinta. En general, el duelo puede transitarse por muchos motivos, desde la pérdida física o emocional de una persona e incluso ser despedido de un trabajo.

Aunque no existe una fórmula exacta que determine cuánto dura, la psicóloga sanitaria sevillana Isabel Montes, también coach deportiva y profesional en el Hospital Viamed, ofrece algunas claves para comprender mejor sus fases y aprender a transitarlo.

Montes explica que una "respuesta técnica" sitúa la duración del duelo entre seis meses y dos años, dependiendo de la persona, del tipo de pérdida y de las circunstancias.

Sin embargo, recalca que quienes preguntan por este proceso suelen buscar algo que vaya más allá de un dato: "necesitan herramientas para sobrellevarlo y, en la medida de lo posible, acortar el proceso".

La especialista advierte que cuando una persona se resiste a aceptar la pérdida, todo se vuelve "más difícil, lento y doloroso".

Esa resistencia genera la sensación de que el duelo se prolonga en exceso, porque, como señala, "no aguantamos ese nivel de emociones tanto tiempo".

Aceptar no significa olvidar, sino permitir que las emociones fluyan sin bloquearlas. En palabras de Montes, la alternativa es "abandonarse a lo que está ocurriendo, aunque no lo entendamos demasiado", confiando en que el sentido de la experiencia se revelará más adelante.

Soltar, confiar y avanzar

Durante el duelo es habitual buscar explicaciones o motivos, pero la psicóloga insiste en que lo más sano es priorizarse y protegerse emocionalmente.

Esto implica centrarse en aquello que le hace bien a uno mismo, en los cuidados propios y en reconocer que, en muchos casos, lo que tanto cuesta soltar "ya no está", y aferrarse solo prolonga el sufrimiento.

Para Montes, el camino hacia la recuperación se resume en tres verbos claros: soltar, confiar y avanzar. Solo a través de la aceptación y del autocuidado es posible transformar el dolor en un aprendizaje vital.