Una de las atracciones de Isla Mágica.

Una de las atracciones de Isla Mágica. Isla Mágica Sevilla

Semana Santa

Una aventura sin incienso: disfruta de Sevilla el Sábado Santo sin salir de la ciudad y usando transporte público

Lo que antes fue un pabellón de grandes exposiciones, hoy es el espacio de diversión más famoso de toda Sevilla.

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La Semana Santa en Sevilla transforma la ciudad. Cada rincón del casco histórico se llena de pasos, música de cornetas y nazarenos que recorren sus calles en procesión. Pero no todo el mundo busca ese ambiente durante estos días de fervor religioso y tradiciones centenarias.

Para quienes desean vivir un plan alternativo, el Sábado Santo ofrece una oportunidad ideal para cambiar los cirios por montañas rusas, los pasos por espectáculos de piratas y las bullas por aventuras en familia: Isla Mágica se presenta como una de las mejores opciones de ocio sin cruzarse con un solo capirote.

Ubicado en el recinto de la Expo 92, a escasos minutos del centro pero alejado del trasiego cofrade, el parque temático abrió sus puertas a principios de abril con una nueva temporada cargada de espectáculos renovados, zonas tematizadas y atracciones para todos los públicos.

Lo que antes fue un pabellón de grandes exposiciones, hoy es un espacio de diversión en el que la Sevilla barroca de los pasos  se transforma en un universo de fantasía inspirado en la conquista de América, los corsarios y los exploradores del siglo XVI.

El Sábado Santo, Isla Mágica funciona en su horario habitual de primavera: desde las 11:00 hasta las 22:00 horas. La previsión meteorológica para ese día es de temperaturas suaves y ausencia de lluvias, lo que hace aún más atractivo el plan para pasar una jornada entera al aire libre con amigos, en pareja o en familia.

Además, es una fecha que suele contar con menos afluencia que los días centrales de Semana Santa, lo que permite disfrutar de las atracciones sin largas esperas.

Espacio de aventuras

La oferta del parque es amplia y variada. Desde las montañas rusas más populares como El Jaguar o El Desafío, hasta las atracciones acuáticas como Anaconda o Los Rápidos del Orinoco, perfectas para quienes quieran refrescarse y dejar atrás la sobriedad de los trajes de chaqueta y mantilla.

Para los más pequeños, zonas como La Fuente de la Juventud o los espectáculos de títeres y magia son una alternativa segura y divertida.

Uno de los atractivos más valorados por los visitantes es la experiencia inmersiva que ofrece Isla Mágica a través de sus escenarios tematizados, que reproducen con fidelidad ambientes coloniales, selvas tropicales o fortalezas caribeñas.

Además, el parque cuenta con una oferta gastronómica que va desde restaurantes con platos típicos andaluces hasta opciones más internacionales y menús especiales para niños.

Este año, además, el parque ha incorporado mejoras en su sistema de entradas, permitiendo la compra anticipada online con descuentos especiales. Una ventaja que, en días festivos como el Sábado Santo, puede ser decisiva para evitar colas en taquilla y garantizar el acceso en momentos de alta demanda.

La posibilidad de completar la jornada con una visita al Agua Mágica, el parque acuático anexo que suele abrir a partir de mayo, convierte a Isla Mágica en un destino de ocio integral que combina emociones, relax y diversión sin necesidad de salir de la ciudad. Pero incluso sin Agua Mágica, la oferta actual es más que suficiente para convertir este Sábado Santo en una experiencia diferente y revitalizante.

Quienes acuden al parque en estas fechas suelen coincidir en una idea: es el plan perfecto para quienes no sienten apego por las procesiones, pero tampoco quieren quedarse en casa sin hacer nada. La posibilidad de vivir una jornada activa, al aire libre, llena de estímulos visuales, adrenalina y buen ambiente, convierte a Isla Mágica en una escapada urbana en toda regla.

Así, mientras en las calles de Sevilla resuenan tambores y marchas, en Isla Mágica el ritmo lo marcan las atracciones y los gritos de emoción. Una alternativa ideal para quienes buscan una Semana Santa diferente, con otras emociones, pero igual de inolvidable.