
Algunos de los sevillanos que han participado en 'Cuaresma a pie de calle'. Sevilla
Desde San Jerónimo al Cerro: los cambios que proponen los sevillanos ante la masificación de la Semana Santa
'Cuaresma a pie de calle', la serie de El ESPAÑOL de Sevilla ha revelado algunas de las preocupaciones de los cofrades sobre la evolución de la fiesta.
Más información: José María, ferretero de Marqués de Pickman: "Al ritmo que va la Semana Santa, solo habrá cofradías por sus barrios"
Pino Montano, la Gran Plaza, El Arenal, Marqués de Pickman, San Pablo, El Plantinar, El Tardón, Triana, Los Remedios, San Jerónimo, Rochelambert, la Macarena, la Cruz Roja, El Cerro, León XIII y Nervión.
Son las zonas que ha recorrido 'Cuaresma a pie de calle', la serie de El ESPAÑOL de Sevilla que ha pulsado las opiniones de los sevillanos sobre la Semana Santa, una fiesta en constante cambio desde su origen y que ahora se enfrenta a diversos retos.
Uno de ellos es la masificación, especialmente desde dentro, por el número de personas que integran los cortejos de nazarenos. Limitarlos o no es un debate abierto que incluso se ha propuesto para próximos años el Consejo de Cofradías.
En este ámbito, los sevillanos se muestran divididos. Los hay como María Ángeles, costurera de La Macarena, que cree que habría que hacerlo "por el bien de las hermandades y por el de la gente que va a verlas".
Rocío, empresaria del mismo barrio cree que es un asunto difícil y que hay que buscar otras fórmulas. "Para la gente a los que nos gusta ver los pasos en la calle, muchas veces es muy complicado aguantar tantos nazarenos, pero creo que es algo que no se puede limitar. Se tendrán que organizar las cosas de otra forma", expresaba.
¿Demasiados nazarenos?
Antonio, un empresario sevillano ya jubilado cree que "hay hermandades muy cansinas" con tanto nazareno. La mayoría coinciden en señalar la dificultad de ver los pasos con cortejos tan numerosos.
José Manuel Tello, floristero de Nervión cree que algunas hermandades "son manifestaciones" y añade una nueva cuestión al debate. "La vida de una cofradía no es solamente salir a la calle. Hay gente que no se ve en las hermandades y solo la ves de nazareno", decía.
En cambio, otros son rotundos en su negativa. Es el caso de Jorge, desde el mercado de Pino Montano. "¿Cómo le dices a un niño que no puede salir? ¿O a un abuelo con su nieto?", se preguntaba.
Este pollero abría un debate en torno a la apertura de la fiesta. Es otro de los asuntos que preocupan a los sevillanos. A su juicio, cree que habría que "quitar sillas y palcos de la Carrera Oficial para que más gente pueda ver los pasos".
Fórmulas para más hermandades
Otros como José María, ferretero de Marqués de Pickman, plantea nuevos escenarios dado el crecimiento de los cortejos. "Al ritmo que va la Semana Santa, solo habrá cofradías por sus barrios", argumentaba.
Muchos de los sevillanos reabren el debate sobre la posibilidad de que quepan más hermandades en la Semana Santa. Desde los barrios de Sevilla cada vez más cofradías aspiran a entrar en la Carrera Oficial. Antonio, frutero de Pino Montano, considera que se podría incluir el Sábado de Pasión en la nómina.
Otros como Andrés, tendero de San Gonzalo, cree que "cabrían todas las hermandades del mundo si no tuvieran que pasar por la Carrera Oficial". Por su parte, Antonio Raigada cree que este extremo solo sería posible si se estableciera "un máximo de nazarenos" para cada cofradía.
También los hay preocupados por el exceso de extraordinarias. Martín, dependiente de la Gran Plaza, cree que por ello se ha perdido "el runrún por la Semana Santa". Adrían, pescadero del mercado del Arenal considera que esto "se está yendo de las manos". "Antes la Semana Santa era una vez al año", precisaba.
Divididos por las sillitas
Otro de los temas más comentados es el de las sillitas que obstaculizan el paso. Hay división de opiniones al respecto. Aysha, panadera de la Gran Plaza enfoca el problema. "Muchas veces la gente que se las lleva no se mueve y se cree que es su sitio", dice.
La mayoría de ellos reconocen el problema que se genera para la movilidad. Sin embargo, muchos son tolerantes con esta tendencia. Ana María, carnicera del Arenal, cree que solo habría que limitarlas a los más jóvenes. "Ellos pueden aguantar horas de pie", indica.
Otros como Fernando Morales, frutero del barrio apunta que "la calle es de todos", por tanto, hay que dar vía libre a que cada uno se lleve lo que quiera.
Tomás, churrero de Rochelambert es contudente al respecto: "Las sillas de la Carrera Oficial las quitaba todas, pero las que se lleva la gente a la calle no. Si alguien tiene que esperar cuatro horas para ver un paso, al menos que esté sentado".
Tolerancia con los chillidos
La mayoría de los sevillanos que han participado en 'Cuaresma a pie de calle' se muestran tolerantes con las escenas de quienes les chillan a los pasos, "siempre que lo hagan con respeto". Rocío, una camarera del Plantinar cree que ese gesto sale de dentro y "no le ve nada malo".
José Manuel Tello considera al respecto que "es una idiosincrasia de cada barrio". "A mi me gusta más la Semana Santa de los silencios, pero no puedo imponer como la vive cada uno. Siempre que no sea una ordinariez, hay que respetar", explicaba.
Aunque gran parte de los consultados no censuran esta costumbre, Mari Carmen, una tendera de la Gran Plaza, cree que "a veces en Semana Santa, se ven cosas que dan vergüenza ajena".
A pesar de todas las nuevas tendencias, muchos confiesan que la Semana Santa ha cambiado poco de su niñez. Es una mirada donde lo esencial se mantiene fijo en el tiempo más allá de la evolución de sus detalles, que pasan a un plano secundario.
Lo que ha evidenciado 'Cuaresma a pie de calle' es que cada sevillano tiene una Semana Santa en la cabeza. Sea como, con o sin sillita, esperando o buscando los pasos, todos ellos se lanzarán a la calle desde este Domingo de Ramos.