El vientre de una mujer embarazada.

El vientre de una mujer embarazada.

Provincia de Sevilla

Sevilla duplica en una década los nacimientos de madres mayores de 45 mientras ve caer los partos en menores de 25

En mayo de 2025 ya han llegado al mundo 51 bebés de mujeres de entre 45 y 49 años, casi la mitad de la cifra total del año anterior en la misma horquilla.

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Sevilla
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En 2024, 108 niños nacieron en la provincia de Sevilla de madres con edades comprendidas entre los 45 y los 49 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los últimos datos, correspondientes a mayo de 2025, muestran que en solo cinco meses ya han llegado al mundo 51 bebés de mujeres en esa horquilla, casi la mitad de la cifra total del año anterior.

La comparación con 2013 dibuja un cambio claro: hace algo más de una década, fueron 67 los nacimientos de madres mayores de 45. En este tiempo, el número prácticamente se ha duplicado.

Entre esas madres se encuentra Carmen Roldán, vecina de Sevilla, que tuvo a su hija con 46 años. Su maternidad se retrasó debido a problemas de fertilidad. "La maternidad no era algo que me obsesionara", explica.

Durante años, se dedicó a afianzar su carrera profesional, a viajar y a crear un hogar con su ahora marido, todo ello sin fijarse un plazo para tener hijos.

Cuando decidió intentarlo junto a su pareja, ambos superaban la treintena. "Nuestra sorpresa fue que, por más que lo intentábamos, no podíamos concebir", recuerda.

Inició entonces un proceso médico que describe como "un tormento". Se sometió a tres intentos de fecundación in vitro, pero ninguno prosperó: o no se lograba el embarazo o se producía un aborto natural a las pocas semanas.

Tiempo después, sin tratamientos de por medio y tras haber renunciado a la idea, Carmen descubrió que estaba embarazada.

El seguimiento se desarrolló con normalidad y la Seguridad Social no le prescribió pruebas adicionales por su edad, al no considerar su caso como embarazo de alto riesgo. Ella sí decidió hacerse más ecografías, pero por lo privado y para su propia tranquilidad.

El parto, sin embargo, fue más complicado: "Perdí la cuenta de cuántas personas había en la habitación entre médicos, enfermeros y matronas". Finalmente, y tras varias horas, su hija nació mediante fórceps.

Descenso en la maternidad joven

En el extremo opuesto, la maternidad entre los 15 y los 24 años ha experimentado un descenso. En 2013 nacieron 464 bebés de madres de entre 15 y 19 años, frente a los 312 registrados en 2024.

En el grupo de edad de 20 a 24 años, la caída también es significativa: de 1.632 nacimientos en 2013 a 1.116 en 2024.

Noelia Navarros, de 24 años, es madre de dos hijos. El primero llegó cuando tenía 18 y sin haberlo planeado, sin embargo explica que "nunca" se planteó el aborto. "Me daba mucho miedo".

El segundo embarazo sí fue buscado, pero también lo vivió "con mucho miedo" por las renuncias que conllevaba. "Soy joven y tengo muchos proyectos a los que, al ser madre, tengo que renunciar un poco".

Actualmente vive con sus padres y está a punto de mudarse con su pareja, padre de su segundo hijo. Su intención es trabajar en el ámbito de su formación, un grado superior en Anatomía Patológica, y seguir estudiando.

Sobre sus partos, recuerda que "los dos fueron muy largos y dolorosos", ambos resueltos con cesáreas de urgencia. La recuperación le impidió cargar al bebé en los primeros días, algo que le resultó especialmente difícil.

Entre los 20 y los 24 años

María Bonilla tuvo a su primer hijo a los 21 años, y fue consciente de su embarazo poco después de que finalizara el confinamiento por la pandemia.

"Fue una sorpresa bastante fuerte porque tenía que incorporarme al trabajo, no lo esperaba y me chocó bastante", relata. No fue un embarazo buscado y tomaba métodos anticonceptivos. El segundo hijo sí fue "más buscado".

Actualmente trabaja, pero no en la profesión que le gustaría ejercer. "Mi sueño es ser matrona, me fascina todo lo relacionado con ello, pero compatibilizar la crianza con las guardias y los turnos de un hospital es algo que veo muy complicado".

Señala que tiene amigas doctoras que apenas ven a sus hijos y, por ello, ha optado por un empleo que le permita conciliar mejor la vida familiar. "Sacrifico mi carrera profesional por poder cuidar a mis hijos", concluye.