Imagen de un perro que vive en la calle.

Imagen de un perro que vive en la calle.

Provincia de Sevilla

Las protectoras sevillanas, un frente de emergencia animal en verano: "Abandonan hasta pájaros en las jaulas”

El patrón se repite: familias que se van de vacaciones y deciden que no van a llevarse al animal, ni pagar una guardería, ni buscar alternativa.

Más información: Sevilla tiene ya más perros que niños y hay ‘censados’ más de 3.000 hurones en la provincia

Sevilla
Publicada
Actualizada

Las cifras no están registradas oficialmente, pero quienes están en primera línea no dudan: durante el verano, el abandono de animales domésticos en Sevilla se dispara. "Se duplican", asegura Raquel Robledo, una de las voluntarias que dedica su vida al rescate de perros y gatos en la provincia. También a pájaros enjaulados, unos animales que no se libran de los abandonos estivales.

Lo ve cada día, en cada alerta que recibe, en cada llamada que le pone entre la espada y la pared: "O vienes a por él, o lo dejo tirado. O lo mato. Nos lo dicen así de claro".

Ella y otras tantas personas que hacen voluntariado en asociaciones protectoras enfrentan en estos meses una realidad tan cruda como silenciada: el abandono masivo de animales, el colapso de los recursos y la presión constante, a veces incluso amenazante, para hacerse cargo de situaciones límite.

Pilar Domínguez, socia de la jovencísima Asociación Colonias Felinas de Castilleja de la Cuesta, lo constata desde otro frente. Su colectivo, con apenas una decena de socios y muy pocos medios, alimenta a más de cien gatos callejeros.

Asegura que, cuando llegan las vacaciones, muchas personas "deciden que ya no quieren al gatito y lo dejan donde hay colonias, creyendo que ahí va a sobrevivir porque alguien le da de comer". Pero los gatos de colonia son silvestres y no aceptan a los domésticos.

"Los agreden, no los dejan comer, muchos acaban muriendo". A eso se suman las camadas no deseadas: animales sin esterilizar, cachorros recién nacidos abandonados a su suerte, incluso adultos enfermos que sus dueños ya no quieren cuidar, algo "más cruel aún" en palabras de Domínguez.

El abandono no entiende de especies. Además de perros y gatos, los meses estivales dejan también pájaros con sus jaulas abandonados junto a contenedores, o conejos que alguien ha soltado sin más. "Abandonan de todo", cuenta Raquel Robledo.

El patrón se repite: familias que se van de vacaciones y deciden que no van a llevarse al animal, ni pagar una guardería, ni buscar alternativa. "Hay localidades de Sevilla donde recibimos decenas de avisos semanales", insiste la sevillana.

Las amenazas, además, son parte del día a día. "Si no los recoges tú, los mato", cuenta Robledo. A veces los animales llegan sin haber mamado, con apenas días de vida, y hay que buscar a toda prisa casas lactantes, recursos, leche especial.

Rescate y alimentación

El procedimiento de rescate, aunque parezca sistemático, depende casi siempre de la improvisación, los pocos recursos y la voluntad de colaboración. "Primero vemos si el animal es sociable. Si no lo es, hay que llevarlo a una residencia especializada, con etólogos que trabajen con él para que pueda ser adoptado", explica Raquel Robledo.

Si es dócil, se intenta encontrar una casa de acogida, "pero hay muy pocas". "Mientras tanto, hay que pagar veterinario, comida, residencia... Estamos completamente solas. No tenemos subvenciones", desarrolla Raquel.

En el caso de Pilar y su asociación, el presupuesto mensual ronda los cien euros, que aportan los propios socios. "Pedimos donaciones en redes, pero al ser una asociación tan reciente —comenzaron en enero de 2025— nos llega muy poco", lamenta.

De vez en cuando reciben algo de ayuda, como las recogidas puntuales de alimento que les permite el centro comercial Airesur a través de Mercadona. Pero sigue sin ponerse en marcha el programa CER (Captura, Esterilización y Retorno), una obligación legal para la gestión ética de colonias felinas que el Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta aún no ha activado.

Control de colonias

La falta de políticas públicas efectivas es un problema estructural. La ley obliga a los municipios a controlar las colonias felinas mediante esterilización, pero muchas administraciones no lo cumplen.

Las consecuencias se traducen en un mayor número de camadas, más abandonos y más presión sobre las asociaciones, que se ven sobrepasadas y, además, expuestas.

"Nosotras nos encargamos de rescatar, curar, desparasitar, vacunar... Y buscamos familias responsables. No damos perros para que hagan de alarmas en el campo. Buscamos hogares", subraya Raquel.

Ambas coinciden en que, afortunadamente, todavía hay personas que ayudan. Que adoptan, que donan, que se implican. Pero la balanza está muy desequilibrada. En verano, el abandono se multiplica y las redes de voluntarios tiemblan bajo el peso de una tarea que parece interminable.