Parada del tranvibús frente al centro comercial de Nervión.
Los vecinos de Sevilla Este hablan sobre el tranvibús entre la frustración y el alivio con la promesa del Metro de fondo
Entre ser "una solución muy cómoda" a ser motivo de "atascos y cabreos por llegar tarde al trabajo": así se dividen las opiniones en la ciudad.
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En la parada del tradicional Tussam y novedoso tranvibús (TB1) que se ubica frente al centro comercial de Nervión aguardan, pacientes, los pasajeros. Vuelven a casa después de un día de trabajo y hablan, entre críticas y halagos, sobre el nuevo medio de transporte eléctrico. Eso sí, sin olvidar que les deben el Metro.
Entre ellos se encuentra María Luisa, vecina de Sevilla Este. "¿A favor o en contra del tranvibús?", es preguntada. "En contra de que se tire el dinero tontamente", afirma con rotundidad.
El pasado lunes comenzó a circular por los más de 8 kilómetros que separan Torreblanca y Sevilla Este de Nervión el novedoso tranvibús, y esta sevillana es una de las usuarias que, después de haberle dado una oportunidad, no ha terminado convencida.
El proyecto, que solo ha visto la luz en su primera fase, tiene la intención de llegar a la Plaza del Duque, en el mismo corazón de la ciudad, aunque para eso habrá que esperar hasta septiembre de 2026.
En la opinión de María Luisa, la solución al transporte en la barriada se solucionaría "poniendo más líneas" de los autobuses que ya están. Es decir, las líneas 22, 27, 28, B4 y LE.
Además, apostilla que "esto no sabe ni Dios por dónde pasa todavía", haciendo referencia tanto al trayecto como a la señalización de las paradas, que, asegura, "no se ven". Señala al póster que hace de estacionamiento en la calle Luis de Morales.
Vecina de Sevilla Este desde hace 20 años, sostiene que, entre otros puntos en los que se han creado "verdaderos atascos" por el tranvibús, en concreto, "la zona del Hotel Vértice es una ratonera".
"Cuando la gente empiece a hacer las compras para Navidad, yo les recomendaría que echaran más de 50 euros de gasolina solo para poder salir del barrio", insiste. Coge el 28 en cuanto llega.
El tranvibús llegando a la parada de Luis de Morales.
En la misma línea se enmarcan los comentarios de Rosa, quien afirma que, "al final", todos llegan tarde, "tanto los que usan el transporte público como los coches particulares".
"Si pretendían fluidez han conseguido lo contrario: atascos y cabreos por llegar tarde al trabajo, a la universidad o al médico", comenta, aunque reconoce que lo peor es "el regreso a casa".
Francisco, también vecino de la barriada hispalense, comparte opinión. "Es una obra que ha durado bastante y tampoco ha solucionado mucho", sostiene. De hecho, insiste, "si se coge la línea LE es lo mismo".
"Lo único que ha hecho es colapsar Sevilla Este", apunta. "Lo he cogido para ir a trabajar por si tardaba menos y nada, la única solución, en realidad, es el Metro", concluye poniendo sobre la palestra una de las reclamaciones más longevas del barrio. Sin embargo, él si coge el Tranvibús.
La promesa del Metro
Entre las críticas, la línea 2, llamada a unir Sevilla Este y Torreblanca con Triana, se encuentra en marcha.
De hecho, en marzo de este año la consejera de Fomento, Rocío Díaz, anunció el desbloqueo de las obras, y es que se firmó "el contrato del estudio de alternativas".
En noviembre de 2024, la Junta adjudicó el contrato a la UTE compuesta por Navier Ingeniería y Meta Engineering, con un presupuesto de 652.190 euros (IVA incluido) y un plazo previsto de 20 meses.
Pese a ello, el acuerdo no se formalizó en casi tres meses. No fue hasta marzo cuando se cerró definitivamente, lo que permitiría a las empresas adjudicatarias iniciar los trabajos.
El tranvibús, "muy conveniente"
Una visión mucho más grata del tranvibús tiene Rosa, vecina del Polígono San Pablo. Su trayecto, por tanto, es muy corto, ya que apenas recorre tres puntos desde que lo coge en la parada que le corresponde hasta que se baja en Nervión.
Para ella es "una solución muy cómoda, ya que la Avenida de Kansas City la coge volando" y llega a su destino en "cuestión de minutos".
Por su parte, Clara, vecina de Sevilla Este, reconoce que lo está cogiendo "bastante". "Yo soy de moverme en el 27, pero desde el lunes estoy cogiendo el tranvibús porque tardo hasta aquí —Nervión— 20 minutos".
Sopesando la situación, la sevillana reconoce que el problema "es de quienes tienen coches y deben que desplazarse en ellos". No es su caso, ella se mueve en transporte público, por lo que esta iniciativa le ha resultado "muy conveniente".
Entre risas, esta sevillana reconoce que, en un principio, iba a unirse a una manifestación contra el tranvibús prevista para este viernes 3 de octubre, pero que lo ha cogido "tantas veces que ya no tiene motivos".
Hace referencia a una concentración convocada por los vecinos de la barriada a las puertas del Palacio de Congresos a las 20:00 horas.
El evento se emplaza ante "el fracaso del tranvibús", según reza la llamada vecinal. No obstante, las opiniones se encuentran divididas entre quienes deben hacer uso de su propio vehículo y quienes demandan el transporte público. Eso sí, todos esperan la llegada del Metro.