La soprano Leonor Bonilla. Sevilla
Leonor Bonilla, estrella del Festival de Ópera de Sevilla: "Crear una tradición con la lírica lleva tiempo"
La artista hispalense interpretará la obra Il califfo di Bagdad en el que será el primer festival lírico de la capital andaluza.
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El primer Festival de Ópera de Sevilla está a punto de comenzar. La ciudad cuenta los días para acoger al que será el evento lírico más importante del año y que arrancará el próximo 25 de septiembre.
Esta vez, el teatro de la Maestranza no será el único escenario. Este compartirá protagonismo con otros enclaves como los Reales Alcázares o la Real Fábrica de Artillería.
Leonor Bonilla es una de las intérpretes que participará en la cita organizada por el Ayuntamiento de Sevilla. Natural de Sevilla, la soprano confiesa que "es un verdadero honor formar parte del festival" que tendrá lugar en su ciudad. La soprano interpretará Il califfo di Bagdad.
La hispalense ha sido galardonada con algunos de los premios más prestigiosos de la lírica como el certamen Nuevas Voces Ciudad de Sevilla o los concursos Alfredo Kraus y Tenor Viñas. También los premios Ópera Actual 2019 y Ópera XXI 2020.
Leonor Bonilla afirma que "crear una tradición en Sevilla con la lírica y que los oyentes se sientan atraídos por ella lleva tiempo". "Abrirse a todo tipo de públicos es uno de los grandes retos de la ópera", afirma.
Como sevillana ¿qué significa para usted participar en el primer Festival de Ópera de la ciudad?
A todos nos hace mucha ilusión. Me parece una iniciativa muy bonita y necesaria para la ciudad. Es importante que en Andalucía, más allá de la temporada lírica del teatro de la Maestranza, se abran otros espacios culturales como el Alcázar o la Fábrica de Artillería.
La iniciativa del Ayuntamiento es muy importante. Para mí, por ser de aquí, es un verdadero honor participar en la primera edición. Esperamos que el trabajo sea del agrado de todo aquel que venga a disfrutar.
¿Cómo vive estas semanas previas al estreno?
Ya ha empezado la cuenta atrás y estamos afinando los detalles de la partitura. Es una obra bastante nueva, no en creación, porque se compuso en el siglo XIX, pero se ha representado muy pocas veces.
¿Es un reto para usted interpretar una obra que apenas se ha escuchado en los teatros?
Que sea una letra desconocida es una dificultad añadida. El maestro Alessandro D’Agostini, que es quien dirigirá la ópera, nos envía muchos apuntes corrigiendo errores que ve en la partitura. Hay que ir engranando y puliendo todo el material.
¿Cuánto tiempo requiere preparar una obra de este tipo, menos conocida?
Según con cuanto tiempo te avisen. Si le quieres echar más horas, siempre va a faltar tiempo. Todo estudio es poco. Puedes estar preparando una partitura toda la vida que siempre encontrarás nuevas dificultades y nuevos errores.
Para preparar una obra por primera vez, mínimo hay que invertir dos meses. De hecho esta es una obra bastante larga y con un estilo muy específico.
¿Qué le puede aportar este festival al panorama musical sevillano y andaluz?
Le da una forma distinta de aproximarse a un género como es la ópera. Diferentes espacios y propuestas escénicas un poco más modernas, con diferentes puntos de vista.
Pone a Sevilla y Andalucía en un punto de referencia para festivales en los que recuperan obras como Il califfo di Bagdad, que no es de repertorio, sino bastante desconocida.
Esto atrae diferentes públicos. Personas interesadas en óperas que se escuchan muy poco. Es algo muy positivo para la ciudad en todos los aspectos.
Sevilla tiene una tradición musical enorme, pero ¿qué cree que le falta para ser un referente mundial en la lírica?
Creo que vamos por buen camino con iniciativas como esta. Pero es algo cultural y de educación. Crear una tradición y que los oyentes se sientan atraídos por este tipo de música lleva tiempo. Se debe fomentar desde pequeños en las escuelas y en el entorno familiar.
En Andalucía y en Sevilla, lo que tenemos más a mano es el flamenco, la guitarra, el baile… sentir la ópera como uno de nuestros géneros supone un trabajo de muchos años. Pero en Sevilla la gente se abre, yo creo que es cuestión de tiempo.
¿Cree que llega tarde el festival?
No. Las cosas llegan cuando tienen que llegar, cuando la gente está preparada para ello. Vamos a pensar que llega en el momento perfecto.
¿De cuál de las obras que ha representado se siente especialmente orgullosa?
Soy muy mala para elegir solo una. En todas, o en la mayoría, se disfruta especialmente con algo. Una obra que ha sido muy significativa para mí es Lucia di Lammermoor. Fue el primer papel protagonista con el que debuté en el teatro de la Maestranza. Además era el primer gran rol de una obra seria.
El papel de Lucia es mítico en el repertorio. Tiene una escena de locura que es muy exigente y que conlleva mucha dificultad y habilidad técnica.
¿Qué opina de que la ópera deje de considerarse elitista?
Todo lo que sea acercarse al gran público en el buen sentido de la palabra es positivo. A veces la gente confunde élite con algo exclusivo o extremadamente cuidado, y no tiene por qué ir de la mano.
Puede ser algo muy técnico o bello y llegar al gran público sin que esté asociado con la élite o un tipo de público concreto. Hay tantos tipos de ópera como de públicos.
Es uno de los grandes retos del género lírico. Poder abrirse, llegar a todo tipo de públicos y todas las edades. Últimamente está muy encaminada a eso, con nuevas propuestas y la ayuda de redes sociales.
Creo que en los últimos años se ha dado un gran salto en cuanto a concebir la ópera no como un género elitista, sino algo de todos.
¿Cómo es el público sevillano?
Cada vez que te subes a un escenario percibes al público tal y como es la personalidad del país o la ciudad. En Sevilla somos gente cálida y expresiva. El público aquí es caluroso, agradecido y tiene una seña de identidad que no debería perderse.
Si a los asistentes les ha gustado la obra, se aplaude en 3x4, a ritmo sevillano. Siempre ocurre de manera espontánea y es muy emocionante.