El cantante Raphael.

El cantante Raphael. EP Sevilla

Sevilla

Raphael es aquel, el que le ganó al Ave Fénix en la última de Las Noches de La Maestranza 2025

Estuvo casi dos horas haciendo lo que más le gusta: cantar, cantar y cantar. Sin trampa ni cartón. Ni parones y apenas sin beber agua pese al calor.

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Estrella Fernández
Sevilla
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Tras Joaquín Sabina, Ana Belén, Antonio Orozco, Camilo y Vanesa Martín, Raphael ha colocado el broche de oro a Las Noches de La Maestranza de Sevilla.

Salió al escenario con su especial chaqueta de la gira –a cada gira, cambia el diseño de la chaqueta- quizá más emocionado de lo habitual. Recordemos que Sevilla fue el último escenario que pisó, allá por diciembre de 2024, solo tres días antes de su hospitalización.

Aquel brillante concierto no hizo presagiar el disgusto nacional y mundial que dio a sus seguidores y sociedad en general. Pero eso ya es pasado y Raphael lo sabe. Como siempre hace, ha vuelto a darlo todo.

Tras recuperarse de la enfermedad, con 82 años, 32 grados de temperatura en el ambiente y una aparente conjuntivitis en su ojo derecho, demostró que lleva más de sesenta años de éxitos en la música por ser un apasionado y un grandísimo trabajador. Ninguno de esos factores lo detuvo.

Entre los asistentes se escuchó "dicen que el que lo ve, se engancha", "este hombre lo da todo", "es un máquina, una pasada", "es un grande de España" o, "es que no para".

Raphael, que no habla nada durante el concierto, solo dijo al final: "Qué maravilla estar de nuevo en Sevilla… Hoy y por siempre".

Noche tórrida

Aparte de la tórrida noche debido al clima, Raphael estuvo muy bien arropado por su público que tras cada canción se levantaba a aplaudir.

Las primeras filas, como de costumbre, estaban ocupadas por sus fan más fieles e incluso con personas llegadas de otros países solo para verlo, como el caso de 'Amigos de Raphael' procedentes de México.

También arropado por sus músicos, dos de ellos dos chicas encargadas del violín y violonchelo, que también puntualmente le hacían los coros, como diferencia de su gira anterior.

Es el artista intergeneracional por excelencia. Entre los asistentes al concierto pudo verse a personas de la generación Z, Millenial, X, y Boomers. O, en otras palabras, personas nacidas entre 1940 y los 2000.

Su quinta canción fue la canción que todos están esperando siempre. La que es precedida por esos cuatro toques de percusión para poder corearla en directo y sentir que ahora, sí que sí, se está en un concierto de Raphael.

Sin apenas descanso

Aquella que originariamente escribió Adamo, pero que gracias al virtuosismo de Rafael de León y los arreglos de Manuel Alejandro, la versión cantada por Raphael supera en éxito a la original: 'Mi gran noche'.

Con una voz limpia y potente transcurrió el concierto sin dar tregua al público que antes de terminar de aplaudir una canción, él ya comienza con otra. Y más que canciones, son himnos.

El binomio Raphael-Manuel Alejandro ha dejado verdaderas joyas de la historia de la canción en español. Tras sus homenajes a Francia con su admirada Édith Piaf, Argentina y México, sacó la artillería pesada, o más pesada, mejor dicho, de su inmenso repertorio.

Entonces, fue cuando el público apenas se pudo sentar mientras interpretaba 'Estar enamorado', 'Ámame', todo un espectáculo, 'En carne viva' y 'Qué sabe nadie', la canción en la que vemos al gran histrión que es.

Luego llegó 'Yo soy aquel', con potentísimos arreglos musicales para actualizarla, 'Escándalo' y 'Como yo te amo'. Todos himnos.

En noviembre le entregarán el Grammy a la persona del año y a su trayectoria. Un solo año a Raphael se le queda corto, necesitaría un Grammy a la persona del milenio.

Raphael ha vuelto a demostrar que es el Ave Fénix de la canción. Cuando parece que la salud lo obliga a retirarse, él vuelve ganándole por goleada al Ave Fénix que resurge de sus cenizas. De los resurgimientos de Raphael ya hemos perdido la cuenta.