Juan Pedro García 'Calerito' torea en redondo en Sevilla.

Juan Pedro García 'Calerito' torea en redondo en Sevilla. Empresa Pagés-Arjona

Patrocinado por

Sevilla

La raza y suerte de 'Calerito', la casta de 'Tramposo' de Fuenteymbro y la oreja de Lama para volver

Samuel Navalón toreó muy bien con el capote, pero alargó demasiado sus dos faenas.

Publicada

Arrancó el ciclo taurino de la feria de abril con la Maestranza guardando un minuto de silencio por la muerte de Alfonso Ordóñez, banderillero de dinastía, hijo del Niño de la Palma, hermano del gran António Ordóñez, también de Cayetano y tío abuelo de Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez.

Hace unos días se hizo público que sería sustituido en el palco como asesor por el también banderillero retirado Rafael Torres, que este mismo lunes inaugurará una plaza con su nombre en la capital hispalense.

En el cartel tres nombres que necesitaban el triunfo para entrar en sistema y una corrida de Fuenteymbro de tirar la moneda, sobre todo por el buen y exigente cuarto, que le tocó en suerte al sevillano Lama de Góngora. Le cortó una oreja, que le supo a gloria y a oxígeno para volver a Sevilla el próximo año. Pero, seguramente, de nuevo a la preferia.

El otro sevillano, de Aznalcóllar, Juan Pedro García 'Calerito' tiró de pundonor y raza (que hay que tenerla) para afrontar una tarde que acabó en la enfermería, aunque podría haber sido mucho peor. Y Samuel Navalón, un torero de muy buen concepto con el capote, pero que tiene que medir más las faenas, sobre todo cuando ve que el público empieza a bostezar aunque se esté jugando la vida.

Tras una década de alternativa, Lama necesitaba pegar un golpe en la mesa en su plaza, aquella que la vio salir por la Puerta del Príncipe en las novilladas de promoción siendo un niño. Tras no trascender nada en su primero, se fue a portagayola a esperar a su último cartucho, de nombre 'Tramposo', que no hizo honor a su nombre, pues franco desde el inicio.

Saludaron en banderillas, tras un buen tercio, Juan José Domínguez y Fernando Sánchez, y tras una tanda apretada en el tercio se lo llevó a los medios. Allí el bravo animal empezó a derrochar clase y codicia, tanta que en la siguiente tanda llegó a desbordarlo.

Enmendó la situación bajándole y corriéndole la mano en una faena con altibajos en la que hubo muletazos de bello trazo y profundidad ante un toro que nunca dejó de exigirle mando. Lo mató de estocada efectiva y la fue concedida una oreja.

A 'Calerito' le echó un capote y de los buenos la Virgen de la Caridad del Baratillo. El cuarto lo levantó tres metros, cayendo de una manera muy fea, aunque afortunadamente el pitón no caló. Cuando iba camino de la enfermería la cuadrilla se paró en seco y el torero se puso de pie y siguió como pudo con la lidia con un gran sentido del temple, que se tiene o no se tiene.

Antes había realizado un vibrante comienzo con 'el cartucho de pescao' y templando al natural las primeras embestidas, cosa nada fácil. Después de la voltereta fue capaz de alcanzar momentos de profundidad, bajándole la mano en una vibrante tanda de redondos con la derecha. Cuando se disponía a darle otra, el animal se vino a menos aunque sacó genio para cazarlo de nuevo a la altura de la rodilla dejándolo muy mermado.

Como pudo, cogió la espada y tras un primer pinchazo la enterró hasta la gamuza. Hubo petición, pero el presidente no sacó el pañuelo y dio una vuelta al ruedo que, aunque cojo, también le supo a gloria. De hecho, tuvo que ser posteriormente trasladado al hospital por el traumatismo.

Antes con su segundo pudo lucirse a la verónica con buenos lances intercalados. En la muleta el toro prometió al principio con una alegre arrancada a media altura. El de Aznalcóllar lo templó por el derecho dibujando profundos derecheros y un cambio de mano precioso que arrancó la música. La promesa se diluyó por el izquierdo porque el animal echó la persiana. Cuando cambió de pitón ya 'Ratero' no podía con el rabo…

Samuel Navalón se fue a la puerta de chiqueros para esperar a sus dos toros. El valenciano tiene mucho oficio y gusto con el capote, pero le restó alargar las faenas con poco contenido por la escasa clase de sus dos oponentes. Totalmente comprensible que está en Sevilla y tiene que aprovechar al máximo la oportunidad, pero cuando puede ser, no puede ser... y además es imposible, como dijo el Guerra.