
Esta abuela sevillana revela cómo hacer este dulce.
Ni leche ni canela: el secreto de mi abuela Paqui para que las torrijas queden de diez en Semana Santa
Esta sevillana trae el truco imprescindible para que este dulce típico queden de rechupete en Cuaresma.
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Si preguntamos cuál es el dulce más popular de la Cuaresma, la respuesta es evidente. Y es que en Sevilla, las torrijas son un auténtico manjar de vigilia que no puede faltar en estas fechas.
Los escaparates de las pastelerías de la ciudad se llenan de bandejas repletas de ellas, convirtiéndose en un símbolo inconfundible. Sin embargo, cuando llega el momento de prepararlas en casa, no todos saben exactamente cómo recrear esta receta tan tradicional.
Es por ello que no lo he dudado y he preguntado a mi abuela Paqui para que nos confiese su mejor secreto, ya que si algo le gusta en la vida "es compartir y por eso hoy os traigo la receta con la que endulzo a mi familia en todas las Cuaresmas".
Ingredientes esenciales
- Una barra de pan (del día anterior)
- 1 litro de leche
- Cáscara de limón y de naranja
- Canela en polvo
- Vainilla
- Anís seco
- Aceite de oliva
- Azúcar o miel
El primer paso para lograr unas buenas torrijas sevillanas es conseguir "una barra de pan del día anterior" y cortarla en "rebanás de dos dedos de ancho". Luego, se colocan en una fuente honda y larga.
Mientras tanto, en una olla a fuego lento, se calienta un litro de leche junto con una cáscara de naranja, otra de limón y una cucharadita de canela en polvo, ajustando la cantidad al gusto. Además, "para darle más sabor, yo añado mis pequeños truquitos: una cucharada de vainilla y una copita de anís seco". Finalmente, se incorpora el azúcar al gusto.

Torrijas tradicionales.
Es importante remover constantemente la mezcla sin que llegue a hervir. Cuando todos los ingredientes estén bien disueltos, se retira del fuego antes de que comience a ebullir, se deja enfriar un poco y, con un cazo, se vierte un cucharón de leche sobre cada torrija. Se deja que absorba bien el líquido y, si es necesario, se repite el proceso por el otro lado.
Una vez frías, se calienta suficiente aceite de oliva en un perol para que cubra completamente las torrijas al freírlas.
Mientras el aceite alcanza la temperatura adecuada, se baten dos huevos en un plato. Una vez listo, "pero no demasiado caliente, para evitar que se quemen", se pasan las torrijas por el huevo batido y se fríen, "dándoles vuelta y vuelta" hasta que queden doradas. Luego, se retiran y se colocan en un plato.
Para darles el toque final, puedes elegir entre dos opciones. Si prefieres la versión clásica con azúcar, mézclala con canela y reboza las torrijas en esta mezcla. Si en cambio te gustan más jugosas, puedes bañarlas con miel disuelta en agua, "haciéndolas más jugositas".

Torrijas bañadas en miel.
Aunque parece muy elaborada, esta receta solo te quitará "una horita" de tu día, pero es importante recordar que "hay que hacerla tranquila, y con mucho cariño".
Sin embargo, "para los más prisillas", la abuela Paqui trae una versión mucho más sencilla.
Si tienes prisa y quieres algo rápido, empapa el pan en leche fría con un par de cucharadas de café soluble disuelto. Luego, fríe las torrijas en aceite y, al sacarlas, espolvorea azúcar morena por encima y ya estarán listas para comer.
Disfrútalas con café, infusión o leche por la mañana. "También puedes acompañarlas con helado o un yogur de frutas" para darles un toque extra de sabor.