Sevilla

En Sevilla hay muchas tapas que no se olvidan. Algunas de ellas llevan sirviéndose muchos años, pero siempre dejan huella, como sucede con las albóndigas. Hay establecimientos que consiguen llevar a sus clientes el sabor casero de siempre.

Uno de los bares que mejor las prepara en Sevilla es el Kiko. María Jesús Pérez Bancalero, más conocida como Chari, la dueña y cocinera de este pequeño local, se ha ganado el reconocimiento de la ciudad tras muchos años detrás de los fogones. Recibió la Medalla de Sevilla en 2023.

Además, tuvo el honor de recibir a los presentadores de los premios Goya 2023, Antonio de la Torre y Clara Lago. Fue en el spot promocional de la gala celebrada en Sevilla. Se interpretó a sí misma tras la barra, aunque el anuncio no fue rodado en su bar.

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El Bar Kiko lleva abierto desde 1986 y siempre ha conservado la esencial tradicional de sus recetas. “Siempre son las mismas”, según cuenta la propia Chari, que atendió a EL ESPAÑOL precisamente mientras preparaba sus ricas albóndigas.

Los secretos de la receta

La cocinera no tuvo problemas en desvelarnos los secretos de esta receta, para la que suele usar dos kilos de carne picada cada día.

El primer paso consiste en preparar el aliño. Para ello hay que unir ajo, cebolla, perejil, un poco de vino y un poco de huevo. Todo ello molido se echa en una cacerola con carne picada. En ese momento, se le echa nuez moscada, pimienta, sal, más huevo y un poco de curry.

Chari posa junto a un nazareno de San Esteban el Martes Santo. Bar Kiko Sevilla

A continuación debe removerse bien. Cuando esté todo mezclado y sea una masa uniforme, se echa el pan rallado. Ya estaría todo listo para hacer las bolas. Al terminarlas, es el momento de freírlas tras pasarlas por harina.

El último paso es guisarlas. Chari hace el sofrito con una hoja de laurel, ajo y cebolla. También le añade colorante y un toque de Avecrem.

Como dice la propietaria del bar, “se saca una olla grande todos los días”. Para hacerlas, normalmente suele dejarlas fritas por la tarde. Por la mañana las guisa. La tapa se sirve en una pequeña cazuela con patatas fritas.

Un negocio familiar

El bar está ubicado en el corazón de la Alfalfa, en la calle Herbolarios. Está abierto desde hace 38 años. Chari está siempre en la cocina, mientras que sus hijos sirven las tapas y platos. Tiene una gran hilera de mesas en la estrecha calle y un pequeño comedor en el interior. Ambos están muy demandados. No es fácil encontrar un hueco.

Entre semana recibe una gran cantidad de trabajadores de la zona. Es una oportunidad única para comer comida casera en la calle. También llama la atención de todo tipo de sevillanos, especialmente los fines de semana. Todos los que lo prueban, repiten asiduamente. Por supuesto, como todos los bares del centro, cada vez acoge a más turistas.

Imagen exterior del Bar Kiko

Su carta es de lo más variada y ofrece muchas posibilidades para comer sano, con guisos de toda la vida, como el potaje de garbanzos, las espinacas con garbanzos o el pisto casero. Todo a precios muy económicos.

También ofrece algunas tapas clásicas que otros bares de Sevilla han dejado de servir, como los higaditos de pollo, la sangre con tomate o los huevos a la bechamel. También son muy demandadas las lagrimitas de faisán y siempre tiene platos del día.