Sevilla

Las croquetas son uno de los platos estrella de la gastronomía sevillana. En sus bares es posible encontrar múltiples recetas de este manjar, pero sin duda, las más demandadas son las de Casa Ricardo, que durante la Cuaresma cambian de receta para respetar la tradición de no comer carne.

Este establecimiento ubicado en la calle Hernán Cortes, en pleno barrio de San Lorenzo, es reconocido por la mayoría de habitantes de la ciudad como el gran templo de las croquetas.

Su carta tiene otros platos muy reclamados como sus famosos flamenquines en salsa persa, el solomillo al whisky, la pavía de bacalao o la mini hamburguesa de presa ibérica.

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Además, cada día incluye una buena variedad de platos fuera de carta que sus camareros venden al modo tradicional, recitándolos a viva voz. De hecho, hasta llegar la pandemia era el único método para conocer su oferta gastronómica, ya que no disponían de ninguna carta escrita.

Bacalao durante la Cuaresma

Sin embargo, casi todo el mundo llega allí por sus croquetas de jamón. El secreto está en la bechamel. Su textura líquida suele hacer las delicias de todos. Es común que se derrame.

Lo más curioso de Casa Ricardo es que la receta de su plato más famoso cambia siete días al año. Todos los viernes de Cuaresma y el Miércoles de Ceniza las preparan de bacalao. Lo hacen para respetar la tradición de la vigilia de no comer carne. Y la demanda no suele bajar.

Resulta difícil encontrar un hueco entre sus pocas mesas o en la barra del establecimiento. Muchos esperan con paciencia para abrirse el espacio necesario para poder tomarse una cerveza como preámbulo hacia las croquetas.

Un día habitual en Casa Ricardo.

Aún así, es posible hacer reservas para almuerzos y cenas llamando por teléfono en horario de 10:30 a 13:00 de martes a sábado. Los domingos y los lunes están de descanso.

Ambiente cofrade

Su decoración es otra de las particularidades que lo definen. Además de por las croquetas, Casa Ricardo es conocido por ser un templo de la Semana Santa.

Prácticamente no queda ni un hueco libre en la pared de la cantidad de cuadros de temática cofrade que expone. También hay algún que otro espacio para algunos de los famosos que han pasado por allí. Además, en la televisión suelen tener puesto los vídeos de algunas de las procesiones de Sevilla.

Una larga historia

En Sevilla muchos lo conocen como Antigua Casa Ovidio, en referencia a Ovidio Roig Fernández, un exfutbolista del Sevilla que al dejar el fútbol invirtió sus ahorros en comprar este local. Estuvo abierto entre 1951 y 1982.

Por el aumento de la inseguridad en la zona durante aquelos años decidió traspasarlo a Vicente Romero y Hermanos, jóvenes hijos del médico D. José Romero que vivía enfrente.

Fue en 1985 cuando el negocio pasó a manos de Ricardo Núñez Dorado, que le puso el actual nombre. Desde 2010, el bar lo dirige su hijo, Ricardo Núñez Romero, que ha mantenido la esencia clásica del establecimiento sin renunciar a incluir tendencias de la gastronomía actual.