Isabel Coixet recoge su Goya.

Isabel Coixet recoge su Goya. EFE

Cine Premios Goya 2018

Isabel Coixet puede con un gigante vasco en los Goya

'La librería' de Isabel Coixet se va con tres premios y tumba en el último momento a 'Handia', que a pesar de todo se va con diez cabezones. Por primera vez dos mujeres ganaron los premios de dirección.

4 febrero, 2018 01:36

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Isabel Coixet puede con todo. Con el machismo, con los prejuicios, con las burlas y hasta con el independentismo que este año la ha hecho sufrir. Es una de las pioneras del cine español, de esas mujeres que se partieron la cara para demostrar que aquí las directoras podían hacer grandes películas. Lo demostró con Mi vida sin mí, con La vida secreta de las palabras y ahora con La librería, que se llevó tres premios Goya , los tres más importantes: película, dirección y guion adaptado. Lo hizo por encima de un gigante vasco que comenzó arrasando con todo, porque Handia, el filme de Jon Garaño y Aitor Arregi puso el miedo en el equipo de La librería cuando fue acumulando hasta diez cabezones (todos los técnicos).

Por una vez en 32 ediciones el idioma que más se escuchó fue el euskera, aunque Handia no pudo hace historia y convertirse en el primer filme hablado en vasco que ganara el Goya al Mejor filme. La academia prefirió el inglés de Coixet. La cuadrilla de Goenaga, Garaño y Arregi se han situado como tercera en el ránking de títulos con más Goya de la historia, pero falló en el momento final.

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El idioma que menos se escuchó fue el catalán de Verano 1993. El descubrimiento del año, Carla Simón, se tuvo que conformar con tres galardones, dirección novel, actriz revelación (Bruna Cusí) y Actor secundario (David Verdaguer). La película más premiada por todo el mundo tampoco hizo historia. La veteranía de Coixet pesó más que la honradez de una novata que ha rodado en catalán un filme mágico. Carla Simón tiene todas las papeletas para regresar, como la tendrán Garaño y Arregi con La trinchera infinita, su nuevo filme que ya se encuentra a punto de comenzar el rodaje.

Cuando Verano 1993 perdió el premio de Mejor guion la cosa quedó limitada a dos jugadores en la partida de los Goya más emocionante de los últimos años, pero en el año del feminismo los Goya tuvieron nombre de mujer. Por segunda vez en la historia dos directoras ganan los dos premios de realización, y Coixet se convierte en la única mujer que ha logrado dos premios a la Mejor dirección y dos a la Mejor película.

El miedo de La librería en los primeros compases de la gala (en la que fue perdiendo una tras otra sus opciones) se notó cuando Coixet subió a recoger el primero de la noche, el de guion adaptado. “Si no me daban nada mi madre sube aquí y monta un pollo”, dijo antes de dedicarle a su premio “a la gente que va al cine, va a las librerías, y a las mujeres que compran entradas y hacen que todos estemos aquí”. Se volvió a acordar de su madre cuando le dio las gracias por dejarla hacer lo que quiso y le decía a su padre: “deja a la niña que lea, que de algo le servirá”. En su segunda intervención ya se decantó por el discurso feminista y pidió igualdad salarial, que no tarde años, “no pueden ser siete minutos”.

Pero el momento más feminista lo protagonizaron Paula Ortiz, Leticia Dolera y Carla Simón. Las dos primeras entregaron el premio a la catalana, que aunque dijo a este periódico que no se emocionaba al recoger premios, esta vez lo hizo. Subió al escenario tras las palabras mágicas de Ortiz, “yo denuncio a toda la gente que ignora a la otra mitad”, y la continuación de Dolera: “Somos la otra mitad, la mitad del mundo, y la mitad de la imaginación”. Carla Simón dedicó su premio a todas las personas con VIH, “no entiendo que todavía haya un estigma”, y sacó a relucir su abanico rojo para pedir “más mujeres haciendo cine”.

Carla Simón, al recoger el Goya de dirección novel

Carla Simón, al recoger el Goya de dirección novel

El símbolo de esta gala, ese #MásMujeres que aspiraba a convertirse en el #MeToo de los Goya, se quedó a medio gas. Los miles de abanicos rojos llegaron tarde, y casi toda la alfombra roja estuvo desnuda del lema feminista. Sólo al final se pudo ver. Carla Simón fue una de las primeras en llevarlo, y luego los políticos se animaron. Rivera pasó de él, pero Cifuentes, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón posaron con él en la foto de los vicepresidentes con las autoridades políticas.

Los gritos por la igualdad llegaron más desde la alfombra que desde los discursos de los premiados. Daniela Vega, la actriz transexual de Una mujer fantástica pidió “rebeldía, resistencia y amor”, mientras que Nathalie Poza, uno de los premios más cantados de la noche -Mejor actriz por No sé decir adiós- les recomendaba a las niñas que quisieran ser actrices que “cogieran sus heridas y las conviertan en arte”. Otro de los más previsibles fue el de Javier Gutiérrez, Mejor actor por El autor, la película de Manuel Martín Cuenca que también se hizo con el de Actriz de reparto para Adelfa Calvo. 

Marisa Paredes, con su Goya honorífico.

Marisa Paredes, con su Goya honorífico.

La gala consiguió lo que parecía imposible, que echáramos de menos (mucho) a Dani Rovira. Los chanantes Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes estuvieron torpes, sin garra ni mordiente. Ni rastro de la mala leche que tuvieron los premios Feroz. Ni una sola broma incorrecta o algo incómoda. Alfombra roja para los políticos que disfrutaron de una gala llena de gags malos y monólogos sin ritmo. Ni Paquita Salas levantó lo que ya estaba hundido, aunque dejó algunos de los mejores momentos: “el objetivo de esta profesión es hacer dinero y hacer pasapalabras”.

Tampoco la Terremoto de Alcorcón y su monólogo feminista convencieron. Sí lo hizo el breve discurso de Marisa Paredes, que en su brevísimo tiempo dejó clara que volvería a hacer su discurso más difícil, el que dio hace 15 años con el No a la guerra; o el de Nora Navas cantando las 40 al Gobierno por sus falsas promesas de bajar el IVA. Fueron ellas, las mujeres, las que dieron vida a la gala, porque como dijeron los Javis en la alfombra roja, necesitamos “más coño”.

Todos los premiados

MEJOR PELÍCULA: 'La librería', de Isabel Coixet.

MEJOR DIRECCIÓN: Isabel Coixet, por 'La librería'.

MEJOR DIRECCIÓN NOVEL: Carla Simón, por 'Verano 1993'.

MEJOR GUION ORIGINAL: Aitor Arregi, Andoni de Carlos, Jon Garaño y José Mari Goenaga, por 'Handia'.

MEJOR GUION ADAPTADO: Isabel Coixet, por 'La librería'.

MEJOR MÚSICA ORIGINAL: Pascal Gaigne, por 'Handia'.

MEJOR CANCIÓN ORIGINAL: 'Leiva' con 'La llamada', por 'La llamada'.

MEJOR ACTOR PROTAGONISTA: Javier Gutiérrez, por 'El autor'.

MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA: Nathalie Poza, por 'No sé decir adiós'.

MEJOR ACTOR DE REPARTO: David Verdaguer, por 'Verano 1993'.

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Adelfa Calvo, por 'El autor'.

MEJOR ACTOR REVELACIÓN: Eneko Sagardoy ('Handia').

MEJOR ACTRIZ REVELACIÓN: Bruna Cusí, por 'Verano 1993'.

MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN: Ander Sistiaga, por 'Handia'.

MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Javier Agirre Erauso, por 'Handia'.

MEJOR MONTAJE: Laurent Dufreche y Raúl López, por 'Handia'.

MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA: Mikel Serrano, por 'Handia'.

MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO: Saioa Lara, por 'Handia'.

MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: Ainhoa Eskisabel, Olga Cruz y Gorka Aguirre, por 'Handia'.

MEJOR SONIDO: Aitor Berenguer, Gabriel Gutiérrez y Nicolas de Poulpiquet, por 'Verónica'.

MEJORES EFECTOS ESPECIALES: Jon Serrano y David Heras, por 'Handia'.

MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN: 'Tadeo Jones 2. El secreto del Rey Midas'.

MEJOR PELÍCULA DOCUMENTAL: 'Muchos hijos, un mono y un castillo', de Gustavo Salmerón.

MEJOR PELÍCULA IBEROAMERICANA: 'Una mujer fantástica', de Sebastián Lelio (Chile).

MEJOR PELÍCULA EUROPEA: 'The Square', de Ruben Östlund.

MEJOR CORTOMETRAJE DE FICCIÓN: 'Madre', de Rodrigo Sorogoyen.

MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL: 'Los desheredados', de Laura Ferrés.

MEJOR CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN: 'Woody & Woody', de Jaume Carrió.

GOYA DE HONOR: Marisa Paredes.