Andros Lozano Brais Cedeira

Víctor Sánchez murió en acto de servicio. A sus 46 años, este agente de la Unidad de Respuesta Inmediata de la Policía Local de La Línea (Cádiz) falleció en la noche de este miércoles atropellado por un furgón policial que perseguía una motocicleta en la que iban montados dos contrabandistas de tabaco.

Víctor, antes de ser arrollado, les había dado el alto. Éstos hicieron caso omiso a la advertencia de Sánchez y prosiguieron la fuga. Según la hipótesis más probable que se baraja, el vehículo policial que les perseguía atropelló al agente. Eran las 20:45 horas.

Con toda probabilidad, el tabaco que portaba la pareja de contrabandistas procedía de la vecina Gibraltar. Las mafias usan adolescentes y jóvenes de La Línea para cargar el material e introducirlo en España utilizando motos de agua. Luego, distribuyen las cajetillas de Winston, Camel o Marlboro al menudeo. Los cartones van a parar a quioscos y a pequeños establecimientos de ultramarinos de la zona sin licencia para su venta.

Víctor Sánchez tenía 46 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Además de su trabajo en el cuerpo de Policía, estudiaba Derecho en la Universidad de Cádiz. El Ayuntamiento de La Línea decretó tres días de luto oficial y anunció que suspendía todos los actos municipales. 

El Sindicato de Policía Local de La Línea, a través de su portavoz Raúl Urbano, expresó su pésame por el fallecimiento de Víctor Sánchez, que deja viuda y dos hijas de 12 y 5 años.

Urbano destacó que el compañero fallecido era un "excelente profesional, un funcionario público destacado y una persona de mucho respeto". Llevaba 15 años en el cuerpo.

Reclaman más recursos

La inseguridad debido a su trabajo contra la droga hace que muchos policías y guardias civiles de la región vivan atemorizados. Por eso han lanzado una petición en Change.org con el fin de realizar un llamamiento y que el Estado les proporcione más recursos.

“Vivimos constantemente alarmados debido a la escasez de medios de seguridad (policía, ejército, infraestructuras y demás autoridades) y medidas para prevenir y luchar contra este indeseable fenómeno. Tenemos hijos, personas mayores y demás parientes y amigos que directa o indirectamente sufren alguna vez las consecuencias de este alboroto”, explican.

El narco, el gran problema

La muerte del policía Víctor Sánchez es el último episodio de la sinrazón que se ha instalado en en el Campo de Gibraltar durante los últimos meses. En esta zona de la provincia gaditana, convertida en la principal vía de entrada del hachís en Europa, los agentes del orden sufren agresiones casi a diario. Mientras, los narcotraficantes y los contrabandistas del tabaco se las ingenian con métodos cada vez más imaginativos para eludir la presión de la Guardia Civil y la Policía. 

El Ministerio del Interior se gastó recientemene 280.000 euros para cerrarles el paso. Pensó que con aquella inversión había solventado un problema. Pero ni mucho menos. Los narcos se reciclan para continuar con el negocio. Un ejemplo basta para entenderlo.

El vídeo lo muestra a las claras. Plena madrugada a principios de hace dos semanas. Una lancha procedente de Marruecos remonta la desembocadura del río Guadarranque, ubicado en Los Barrios (Cádiz), después de haber estado toda la noche descargando hachís en playas del Campo de Gibraltar como La Atunara o El Rinconcillo. Estamos en uno de los lugares más calientes, si no el que más, del narcotráfico en España.

Cruce barrera

El piloto reduce la marcha cuando la goma, vacía ya de fardos, llega a la altura de la barrera instalada por Interior que le impide continuar. Pero como ha rebajado la presión de la embarcación neumática se introduce entre dos de los pilotes de cemento que instaló el Gobierno a finales del año pasado para evitar que los traficantes operen en la zona. Es un espacio de 2,4 metros. Pese a la estrechez, la lancha consigue cruzar. Lo hace gracias a que varias noches atrás algún miembro de la misma banda ha segado con una sierra de diamantes las barras de acero que cruzan entre los pilotes.

A lo lejos, y para facilitar el trabajo, otro miembro de la misma organización delictiva alumbra la embarcación desde tierra con un potente foco. Después, el piloto acelera hasta llegar al embarcadero construido río arriba, semioculto entre la maleza del monte. La movida toca a su fin. Todo sin el más mínimo pudor: la burla de los traficantes de droga se ha vuelto a producir en el río de las narcolanchas.

280.000 EUROS Y TRES SABOTAJES EN SEIS MESES

El Gobierno pensó que echaba el cierre definitivo al Guadarranque a finales del año pasado, cuando concluyeron las obras de la barrera. Pero el río sigue siendo un coladero para las lanchas del hachís que operan en el Campo de Gibraltar.

Interior se gastó 280.000 euros en la instalación de 25 pilotes de cemento que van de un lado a otro del cauce. Cada uno tiene 80 centímetros de diámetro, 15 metros de altura y llevan cruzadas entre sí gruesas barras metálicas. Las autoridades pensaron que así evitaban que los traficantes pudieran sacar al mar Mediterráneo sus lanchas desde los embarcadores construidos ad hoc en los márgenes del río.

Desde que se instaló la barrera antinarcos, las bandas de traficantes de hachís han saboteado la instalación en tres ocasiones, como informó El Confidencial. La última vez, hace dos semanas. “Esa noche salieron y entraron nueve embarcaciones. Se ríen de la sociedad en su cara”, explica Francisco Mena, presidente de Alternativas, una plataforma que engloba a 12 asociaciones contra la droga en el Campo de Gibraltar.

El vídeo que publica EL ESPAÑOL se grabó a principios de la semana pasada, después de que los narcotraficantes segaran las barras que cruzan horizontalmente dos de los pilotes. Cuenta Mena que usaron una sierra de diamantes que apenas levanta ruido. “Permaneció abierta sobre ocho o nueve días, hasta que unos operarios repararon los daños”.

15 EMBARCADEROS DENUNCIADOS

Mena cuenta que, en la actualidad, en el Guadarranque hay en torno a 15 narcoembarcaderos. Algunos se han construido sobre piscinas de una urbanización colindante en la que hay chalets con salida al río. Varias de esas casas tienen compuertas que las bandas de traficantes abren cuando sube la marea. Es una forma sencilla de ponerlas en el agua y salir al mar a gran velocidad, evitando tener que transportar la goma a playas cercanas.

“Todos esos embarcaderos están denunciados, pero la Junta de Andalucía [quien tiene las competencias de Medio Ambiente] sólo impone multas administrativas de varios miles de euros. No puede hacer más. No llevan droga encima, el trabajo ya lo han hecho antes. Simplemente alteran el paisaje”, explica Mena. “Luego, pagan y siguen usando las instalaciones. Ahora hay menos actividad por la barrera, pero ellos siempre van por delante y se las apañan para seguir usando el río como refugio”.

En el río Guadarranque han operado (y probablemente siguen haciéndolo) las dos grandes bandas de intermediarios del hachís de España. Una de ellas la lidera Abdellah El Haj, al que apodan Messi. La otra, los Castañitas, dos hermanos de La Línea de la Concepción que controlan, según fuentes policiales, el 70% del chocolate que entra en Europa a través de las costas andaluzas.

Francisco Mena apunta algunas de las medidas para reducir el narcotráfico en el Campo de Gibraltar, donde la violencia hacia los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional ha crecido en los últimos meses con agresiones a sus miembros o quema de vehículos.

Una lancha a toda velocidad cruza el río Guadarranque, uno de los puntos más calientes del narcotráfico en España. Cedida Guardia Civil

Mena apunta que debería prohibirse la venta de lanchas de esa potencia, eslora y capacidad de transporte. “No es una embarcación normal. Sólo las adquieren las bandas que las usan para traficar con tabaco, hachís o inmigrantes”.

También añade que las gomas incautadas no deberían salir a subasta: “Son las mismas organizaciones, a través de su gente limpia [sin antecedentes judiciales por tráfico de drogas], las que se vuelven a hacer con ellas”.

Con respecto a la problemática concreta del Guadarranque, Mena apuesta por instalar cámaras y sensores conectados con el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), que controla toda la costa sur de España “Ya que no hay efectivos suficientes, que al menos se mantenga vigilada la zona”. De los 372.901 kilos de droga incautada en España en 2016, el 40% procedía de la provincia gaditana.

PODEMOS LO LLEVA AL CONGRESO

Podemos pretende llevar al Congreso de los Diputados la situación del tráfico de drogas en la provincia de Cádiz y, más en concreto, en el Campo de Gibraltar. Lo hará a través de su parlamentario Juan Antonio Delgado Ramos, ex guardia civil con destino en poblaciones como Barbate, Conil y La Línea, todas ellas dañadas por la mano del narco.

Delgado Ramos presentó este lunes una solicitud para que Francisco Mena comparezca en la comisión de Interior del Congreso como presidente de la plataforma Por tu seguridad, por la de todos. En ella se engloban 21 colectivos, desde asociaciones contras las drogas hasta sindicatos policiales, de guardia civil y movimientos vecinales.

Narcoembarcaderos del río Guadarranque edificados sobre chalets de una urbanización colindante.

“Es esencial que parlamentarios vascos, catalanes, madrileños o valencianos escuchen a la gente que conoce lo que sucede en Cádiz. Aquí mis vecinos no caen en las redes de la droga porque sí. Existe un caldo de cultivo para que las bandas operen con tanta intensidad. La pobreza es la primera de ellas [se trata de la provincia que registra más paro de toda España, un 33,87%]”, indica el diputado gaditano.

A juicio de Juan Antonio Delgado Ramos, PP y PSOE han “dado la espalda” a Cádiz durante las últimas tres décadas. “Han estado en el Gobierno nacional y no han hecho prácticamente nada por esta provincia”, señala a EL ESPAÑOL.

Entre las medidas que enumera el diputado de Podemos se encuentran la implantación de un plan de empleo y, “por ejemplo, la electrificación de la red ferroviaria hasta el puerto de Algeciras, uno de los más importantes de Europa”. “Todo pasa por darle alternativas a los gaditanos”, subraya. “No sabemos si servirá para que termine el tráfico de drogas en el Guadarranque, pero seguro que influye”.