Oriol, el joven de 19 años que ha sido apalizado por cinco personas en Terrassa tras una emboscada, padece síndrome de Asperger: un trastorno del espectro autista que afecta a la interacción social y a la comunicación. Lo han desvelado a EL ESPAÑOL fuentes próximas al entorno del agredido, que se encuentra ingresado en el hospital Mútua Terrassa con la mandíbula rota, varias piezas dentales destrozadas y policontusiones en todo el cuerpo.

Además, estas mismas fuentes han asegurado que los dos agresores varones (Oriol fue apaleado por tres chicas y dos chicos) son expertos en artes marciales e iban armados con mosquetones y otros objetos metálicos. “Entre los puñetazos, las patadas en la cabeza y los golpes de mosquetón, lo podían haber matado. Además, después de la paliza lo dejaron tirado en una zona en la que no hay vecinos. Se ha salvado de milagro” afirman. 

El hecho de que Oriol padezca síndrome de Asperger podría constituir un agravante para sus agresores. Por el momento, una asociación catalana de ayuda a personas con este tipo de trastorno ha anunciado que va a actuar como acusación particular.

VENGANZA POR UN COMENTARIO DE INSTAGRAM

El suceso vino como consecuencia de una discusión que mantuvo el agredido con una conocida suya de 18 años en la red social Instagram. El trastorno que padece el joven provoca que en ocasiones actúe de forma cortante, poco empática o incluso ofensiva. En esta ocasión, como respuesta a una provocación, contestó con un insulto contra la familia de la chica en cuestión. Ella decidió urdir una venganza desproporcionada y le tendió una emboscada con la colaboración de cuatro amigos.

A Oriol le citó una amiga de la chica ofendida en un descampado de Terrassa, con la promesa de mantener una velada romántica. Otra de las características de las personas que padecen Asperger es la credulidad e ingenuidad, por lo que Oriol poco podía imaginar que se trataba de una emboscada para pegarle una paliza.

Oriol se presentó en el lugar acordado: la Ronda de Ponent, esquina con la calle Pablo Iglesias. Se trata de una zona por la que pasa un río seco. En una de las dos riberas hay un descampado sin iluminación ni viviendas. Lo que se encontró al llegar fue a la chica que la había citado junto a su amiga ofendida por el comentario en Instagram y una tercera joven de 18 años. No estaban solas. Habían convencido a dos amigos suyos, de 23 años, practicantes de artes marciales y con antecedentes penales por delitos relacionados con agresiones, para que viniesen a agredir a Oriol.

LE PEGARON CON UN MOSQUETÓN

Los cinco empezaron a golpear a la víctima, que enseguida cayó al suelo. Los dos agresores varones, además de contar con un físico imponente, portaban varios objetos metálicos (mosquetones de escalada) con los que golpearon a un Oriol totalmente indefenso. Además de golpearle con las armas, la emprendieron a patadas en la cabeza con la víctima, lo que provocó la fractura múltiple de la mandíbula y que se le saltasen varias piezas dentales.

Por si fuese poco con la paliza física, los agresores decidieron humillarle tirándole las llaves a la riera. Intentaron hacer lo propio con su teléfono móvil, pero Oriol se aferró a él y finalmente consiguió conservarlo. Un vecino que reside en un piso al otro lado de la riera avisó a los Mossos d'Esquadra vio la agresión y avisó a los Mossos. Cuando los agentes llegaron, los agresores ya se habían marchado y habían dejado a Oriol inconsciente en el suelo. Fue trasladado de inmediato al hospital, donde aún permanece ingresado.

Los Mossos sospechaban que los agresores se encontraban dentro del entorno de la víctima, por lo que procedieron a investigar en sus redes sociales. Ahí detectaron una disputa que Oriol había mantenido con una amiga del instituto. Tirando del hilo consiguieron identificar a los cinco agresores. El sábado 25 detuvieron a las tres chicas y al día siguiente arrestaron a los 2 varones. Ellas han sido puestas en libertad con cargos. Para ellos, el juez ha decretado el ingreso en prisión. Están acusados de un delito grave de lesiones y un robo con violencia e intimidación.

DIFICULTAD PARA LA INTERACCIÓN SOCIAL

¿Qué es exactamente el síndrome de Asperger? En 1944, el pediatra alemán Hans Asperger dio, sin saberlo, nombre a una dolencia que padecen entre tres y siete de cada 1.000 niños nacidos vivos. Fue en este año cuando el médico leyó su tesis, en la que describía a cuatro niños con edades comprendidas entre seis y once años que presentaban como característica común una marcada discapacidad por dificultades en la interacción social a pesar de su aparente adecuación cognitiva y verbal.

Tuvieron que pasar más de 30 años para que sus hallazgos se sacaran del baúl de los recuerdos y se bautizara como síndrome de Asperger a una patología que se engloba dentro de los llamados trastornos del espectro autista (TAU). La responsable de esto es la psiquiatra británica Lorna Wing (1928-2014), madre de una niña asperger y responsable de que se rompieran muchos mitos en torno a la definición que prevalecía en esa época sobre el autismo, que afirmaba que los afectados por la enfermedad tenían retraso mental, un concepto ampliamente superado en la actualidad.

Gracias a su trabajo se supo también que los pacientes de TAU no tenían por qué no hablar -los asperger pueden hacerlo- ni hacer una vida normal, trabajando e incluso formando sus propias familias. Según la definición de la Confederación Asperger España, los afectados por esta patología presentan un pensamiento lógico, concreto e hiperrealista. Su discapacidad no es evidente, sólo se manifiesta al nivel de comportamientos sociales disfuncionales, proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos.

Una adecuada identificación y atención temprana, un buen ambiente familiar, una adecuada respuesta educativa y una alta capacidad intelectual y de aprendizaje, son factores que predicen un mejor ajuste social, personal y emocional en la vida adulta, sostienen los expertos.

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