Andrea Gómez
Publicada

Drogas, alcohol, buena comida y una fiesta "salvaje e interminable". En una lujosa villa de Ibiza, propiedad de un millonario sueco, se iba a dar lo que parecía la celebración del siglo.

Acudir sonaba atractivo, y eso mismo pensó María Florencia Bollini, una mujer argentina con nacionalidad italiana de 44 años, al recibir la invitación.

Esta llegó por Whasapp, animando a los asistentes a llevar "lo que les apeteciera", acompañada de emoticonos de pastillas, copas, nieve, caballo y dinero. Lo que no sabía Flor –como todo el mundo la llamaba– es que esa fiesta la costaría la vida.

Todo sucedió la madrugada del 13 al 14 de octubre de 2024. La mujer se encontraba en la sauna, pero pasada la medianoche, una llamada a emergencias alertó de que Flor había fallecido.

Las autoridades hallaron a su llegada a la mujer desnuda y con quemaduras por todo el cuerpo, tumbada sobre una mesa tapada con una sábana y rodeada de velas, según informó el diario Las Provincias.

Los asistentes a la fiesta explicaron que Flor realizaba rituales de 'sapo bufo' –una práctica ceremonial que utiliza las secreciones de ciertos sapos que contienen sustancias psicoactivas–.

Y es que Flor no era otra que la mujer a la que la revista Forbes calificó de "Chamana corporativa" y que gozaba de fama mundial por sus terapias a empresarios de éxito con ayahuasca, ketamina o la llamada 'molécula de Dios', uno de los neurotransmisores más potentes del mundo.

Flor durante uno de sus ritos. Redes sociales

Durante 11 años trabajó en una consulta privada, pero gracias a la fama que consiguió como 'reina' de estas sustancias, fundó en 2019 NANA Health, la mayor plataforma de medicina psicodélica dirigida por una mujer y financiada con 1,6 millones de dólares. 

Ahora, con un informe que no reflejó presencia de alcohol en el organismo de la mujer y con niveles de droga lejos de ser letales, el abogado de la familia ha conseguido que un juzgado de Ibiza reabra la causa de su muerte, alegando que "existen indicios más que evidentes" de la comisión de un delito de homicidio –doloso o al menos imprudente–.

Cambió la política por los ritos

Ketamina, ceremonias con veneno de sapo Bufo y ayahuasca. Aunque Flor se definía como 'mujer curandera', poco tenía que ver con la medicina tradicional. Sin embargo, fueron precisamente sus métodos de chamana los que le abrieron las puertas del éxito.

Un éxito que ya había logrado en sus inicios en la política argentina, pero que decidió dejar atrás después de una "crisis existencial". 

María Florencia Bollini tenía 25 años. Acababa de liderar la primera campaña política online de Argentina trabajando en el Parlamento y, utilizando técnicas de marketing, había revitalizado una zona urbana devaluada conivrtiéndola en el barrio más exclusivo y galardonado de Buenos Aires.

La joven porteña, criada por una madre psicoanalista freudiana en Buenos Aires, había conseguido todo lo que se esperaba de ella: una carrera brillante tras graduarse en Comunicación estratégica y un futuro prometedor en la política.

Pero las influencias de su progenitora, interesada por el mundo del bienestar holístico, y un momento donde no conseguía encontrar sentido a su vida, la llevaron a hacer las maletas y marcharse. 

Pasó más de una década por distintos paises de Europa, India, África, América del Sur y Latina, formándose en distintas tradiciones espirituales y estudiando con 'sanadores ancestrales'. Fue entonces, entre ritos y ayahuasca, cuando todo cobró sentido para ella. 

Hizo formaciones sobre ayurveda –medicina tradicional india que enfatiza el equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu–, chamanismo e ifá –un sistema de adivinación yoruba originario del África Occidental–.

Con un título de Sacerdotisa Madre –que la proporcionó la sabiduría y las técnicas para administrar sustancias como el veneno de sapo Bufo–, sumado a una fama que le precedía, y con unos conocimientos de comunicación estratégica, quiso hacer del chamanismo su nuevo imperio

Flor durante un evento de la revista Forbes. Redes sociales

En 2006 se decidió a crear una consulta privada basada en la medicina transformadora, donde llegó a trabajar con empresarios de éxito, ayudándolos a alcanzar su máximo potencial mediante modificaciones personalizadas en su estilo de vida, incluyendo la dosificación progresiva de medicamentos psicoactivos.

Tras 11 años de trabajo en este campo, Flor consiguió que la revista Forbes la nombrara la "Chamana corporativa", dotándola de una fama mundial que la llevó a dar conferencias, entrevistas y ser invitada a rituales de todo el mundo.

Fue precisamente esto lo que la trajo hasta España. Disfrutó en varias ocasiones con un grupo dedicado a la "reconexión de las personas con su cuerpo y la naturaleza" llamado Crystal Mountains, que creó en Ibiza su particular templo. 

Bajo el pretexto de ser una guía espiritual con credenciales ancestrales, se asentó entre California, Miami e Ibiza como la mujer que podía cambiar tu vida en 15 minutos y se erigió como la 'reina' de la llamada 'molécula de Dios'

Una chamana emprendedora

En 2019, con 38 años, Flor fundó NANA Health, la primera plataforma integrativa impulsada por inteligencia artificial para el paisaje psicodélico. Ella era la CEO, la visionaria y la fundadora.

No era solo una empresa. Era una declaración de principios. NANA –que significa "abuela" en múltiples culturas y es también el nombre de una poderosa sacerdotisa africana– representaba todo lo que Flor quería cambiar en un mundo de medicina psicodélica dominado por hombres.

La plataforma había recaudado 1,6 millones de dólares de financiación. Entre sus inversores destacaba Farid Chaouki, cofundador del espacio de salud mental online TalkSpace.

El modelo de negocio era revolucionario: protocolos personalizados basados en evaluaciones de salud mental, emocional y física. Los pacientes eran emparejados con "Nanas" –guías capacitadas– que lideraban terapia telemédica incorporando ketamina (legal con prescripción médica en Estados Unidos), cannabis y CBD, junto con educación para preparación e integración de la experiencia psicodélica.

"No se trata solo de dar medicina. Se trata de sostener a alguien mientras se deshace y se vuelve a construir", explicó Flor en una entrevista en 2020.

Flor aparentaba llevar una vida de emprendedora normal. Dirigía las actividades de transformación personal con extremo cuidado y empatía.

Lo hacía a través de su metodología de "dosificación progresiva", una técnica que revolucionó la administración de psicodélicos en contraposición al enfoque masculino tradicional de dosis más altas.

La organización había adoptado un enfoque sofisticado de bienestar: evaluaciones biométricas para conocer el estado de cada cliente y anillos inteligentes que monitoreaban constantes vitales durante las ceremonias.

La "molécula de Dios"

El 4 de abril de 2020, Flor participó en el podcast Cracks, donde explicó su trabajo con el veneno de sapo Bufo. "Esto no es recreacional. Es medicina ancestral", comenzó diciendo.

"El 5-MeO-DMT es el neurotransmictor psicoactivo más potente conocido por la humanidad. En 15 minutos puedes experimentar lo que la gente pasa años buscando en terapia", explicó.

A lo largo de su carrera, Flor había servido medicina a más de 1.000 personas. Entre ellos, empresarios que habían vendido sus startups por millones y sentían un vacío existencial, madres que buscaban reconectar con su esencia, ejecutivos quemados por el estrés corporativo o artistas bloqueados creativamente.

Flor Bollini. Redes sociales

Su metodología era única. Mientras los chamanes masculinos tradicionales favorecían las dosis altas –lo que ella llamaba "muerte del ego" instantánea–, Flor había desarrollado un protocolo de dosificación incremental y progresiva.

"Si fuerzas la puerta, el ego se resiste. Pero si la abres suavemente, se rinde", explicó en una conferencia en Miami. "Mi enfoque es maternal, no patriarcal. Es compasión, no confrontación".

Sus ceremonias duraban días. Incluían preparación mental, ajustes nutricionales, meditación, trabajo corporal y, finalmente, la medicina. Después venía lo más importante: la integración, ese proceso de tejer la experiencia mística con la vida cotidiana.

Alrededor de 2018, participó en el World Bufo Alvarius Congress en Ciudad de México, el primer encuentro global de practicantes, científicos y antropólogos dedicados a esta medicina. Allí, Flor fue reconocida como una de las voces más importantes del movimiento.

"El 5-MeO-DMT no te da respuestas. Te devuelve a ti mismo", dijo en aquella ocasión ante cientos de personas. 

La fiesta que acabó en tragedia

El 13 de octubre de 2024, Flor fue invitada a una fiesta en una mansión de un millonario sueco en Ibiza. La invitación llegó por WhatsApp. El mensaje era sugerente: una "kitchen party" que se convertiría en una "fiesta de pijamas salvaje". Incluía emoticonos de pastillas, copas, nieve, caballo y dinero.

"Trae lo que te apetezca", decía el mensaje. La mansión contaba con una sauna de leña junto a la piscina, descrita como un espacio para "desconectar de lo que pase y empezar de nuevo". Pero lo que no sabía Flor es que esta fiesta pondría fin a su legado.

Pasada la medianoche del 14 de octubre, el dueño de la casa y cuatro invitados más llamaron a los servicios de emergencia.

Cuando llegaron la Policía y los sanitarios, el cadáver de Flor ya había sido movido de su ubicación original en la sauna hasta una mesa de la terraza junto a la piscina, donde fue colocado y cubierto con una manta, rodeado de velas.

Flor fue hallada desnuda y con quemaduras por todo el cuerpo. Los asistentes explicaron a las autoridades que Flor realizaba rituales de sapo bufo y que padecía problemas cardíacos. Sin embargo, el informe toxicológico no detectó la presencia de esta sustancia en su organismo.

Este mismo también reflejó una ínfima cantidad de alcohol en sangre y los niveles detectados de MDMA, ketamina, norketamina, anfetamina y metanfetamina (composición del tusi) no son en ningún caso letales.

Pero a pesar de ello, el informe preliminar de la autopsia indicó que la mujer murió de forma accidental. Ahora, más de un año después, un abogado valenciano ha conseguido que un juzgado de Ibiza reabra la causa, alegando que "existen indicios más que evidentes" de la comisión de un delito de homicidio –doloso o al menos imprudente–.

Por todo ello, ha solicitado a la jueza instructora de Ibiza que cite como investigados a las cinco personas que estaban en la casa cuando llegaron los agentes y a un matrimonio por supuestamente quedarse las pertenencias de la fallecida, así como al dueño de la propiedad.

El anillo inteligente que portaba la víctima se ha convertido en una pieza clave de la investigación. Este tipo de dispositivos registran datos biométricos –frecuencia cardíaca, temperatura corporal, saturación de oxígeno– que podrían reconstruir los últimos momentos de vida de Flor.