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Se llamaba Juan Carlos y era ciudadano "de toda la vida" de Lorenzana, una pequeña villa de apenas 800 habitantes perteneciente al municipio de Cuadros (León). Su vecina aún no se explica cómo ha podido hacer esto pues, recuerda en conversación con EL ESPAÑOL, era un hombre "completamente normal".

Sin embargo, una reciente trayectoria marcada por la soledad y la depresión ha hecho que este hombre, jubilado de 63 años, haya acabado quitándose la vida de una forma macabra: cortándose el pene y los testículos con una podadora eléctrica en su propia finca, ubicada en la llamada Plaza del Estanco.

Y es que, tal y como han confirmado a este diario fuentes cercanas a la investigación tras vislumbrar una "espectacular escena" que en un principio apuntaba a una muerte violenta, pues los genitales del fallecido fueron encontrados entre un charco de sangre y a 20 metros del pozo en el que fue encontrado el cuerpo, finalmente se acabó determinando que se trataba de una conducta autolítica.

El aviso a las autoridades llegó el pasado domingo 2 de noviembre, cuando una llamada entró en la sala de operaciones del 112 de Castilla y León a las 12:21 horas, después de que transcurrieran "unos cuantos días" desde la última vez que se le vio, "allá por las vísperas del Día de Todos los Santos", pero nada parecía apuntar a lo que las autoridades acabaron confirmando cuando hallaron el cuerpo del hombre sin vida.

Perdió a su madre

Con una vida dedicada al campo, conocido "setero y pescador", sus vecinos le definen como un hombre "preocupado siempre por el bien del pueblo".

"Cuidaba de las tierras como si fuesen suyas y, a nada que veía humo en épocas de incendio, o algo raro en el momento, era el primero que avisaba por las calles. Era muy querido", recuerda tristemente una hostelera del pueblo.

"Venía aquí a echarse la partida con cuatro o cinco más del pueblo, y así pasaba las tardes, con sus chatos y sus cartas. Y si no estaba aquí seguro estaba en el río pescando. Le encantaba la pesca", cuenta.

Y precisamente ese aire de normalidad que desprendía el hombre es lo que tiene en shock a los locales, que no han conocido la noticia hasta este martes 4 de noviembre, momento en el que saltaba a la prensa.

Sin embargo, detrás de esa fachada, algunos, aunque sin conocer el verdadero calvario que asolaba la mente de este hombre, sí eran conocedores de la "mala racha" que Juan Carlos estaba pasando.

"Su padre falleció hace un tiempo, pero no hace mucho fue cuando perdió a su madre y quedó viviendo solo", cuenta una mujer allegada al fallecido.

Esta soledad le llevó a "una depresión" que, combinada con problemas de salud que le causaban "algunos dolores", habría sido el cóctel molotov que llevó a este hombre, ahora jubilado, a quitarse la vida.

"Cuesta creerlo porque nunca había dado señales de que sufriera algún trastorno mental o algo que le hubiera podido llevar a cometer esta locura, porque acabar así, de esta manera... no nos lo explicamos", señala la mujer.

Ahora, en Lorenzana reina el luto y el silencio en recuerdo a un estimado vecino que no habría querido nunca marcharse de su querida villa.