El ADN de Gema Armero Nadal no coincide con los restos de la que se suponía que era su hermana gemela, enterrada en 1982 en una fosa común en el cementerio de Alicante.
Tras la exhumación del cadáver de la bebé en 2012 y la realización de análisis genéticos, la familia confirmó sus sospechas: la gemela fue robada y la cambiaron por otra niña que se encontraba a punto de morir. Actualmente, Gema, de 43 años, sigue buscando a su verdadera hermana.
Gema era el tercer parto de su madre, teniendo dos hermanos mayores que ella y otra hermana por debajo. Su madre, Vicenta, se hizo un seguro privado para poder dar a luz en la sanidad privada, puesto que era un embarazo gemelar por el que tenía muchísima ilusión. El parto fue normal.
Ingresó a las 02:30 de la mañana y, alrededor de las 09:30, le comunicaron que las niñas iban a salir. Se la llevaron a paritorio, donde la durmieron. Una vez despierta, le dijeron que había tenido dos niñas preciosas, que eran idénticas.
Pero el primer acontecimiento extraño comenzó cuando se las llevaron a las incubadoras: "¿Por qué? No lo sabemos, porque estábamos dentro del peso, 2.800 gramos", explica Gema Armero en conversación con EL ESPAÑOL.
Gema junto a su madre Vicenta.
Un adiós lleno de dudas
La situación fue muy complicada de llevar, porque al día siguiente a su madre le dijeron que "una de sus hijas estaba poniéndose mala, pero que no se preocupase porque no era nada, simplemente un soplito en el corazón".
"Ese mismo día, por la tarde, se presentan dos facultativos con un bebé en brazos que, evidentemente, era mi hermana. Le dicen que se despida de ella, que se la llevan a Madrid porque se está poniendo muy malita", continúa Gema.
Vicenta, en estado de shock, le daba un beso a la hija con la esperanza de poder verla pronto sana y salva. Al día siguiente, a las nueve de la mañana le dieron el alta junto a Gema. Le dijeron que se fuese a casa a esperar noticias.
"En cuanto mi madre llega a casa, sobre las diez de la mañana le informan de que busque a su marido para ir a Madrid porque la nena se estaba poniendo muy malita y se iba a morir", asegura la mujer.
Ante tal situación, Vicenta llamó a su marido, que cogió el coche para acudir a la capital. "Le entregaron un capazo con una nena y le dijeron 'tome, llévesela a su casa, que es su hija y va a fallecer'. Mi padre, que no pudo verme a mí tras nacer debido a su trabajo, no dudó al ver a la nena. Él regresó a casa con la bebé en el coche a la que habían hecho un cateterismo y mi madre sí que la veía diferente a mí desde un principio. Ella estaba en los brazos de mi madre cuando comenzó a agonizar y casi fallece", explica Gema.
Tras la casi muerte de la bebé, su madre acudió a la Clínica Vistahermosa, donde les esperaba un pediatra que desde el hall certificó la trágica noticia, la muerte de la supuesta hermana.
"Vicenta, la nena ha fallecido", le dijo el pediatra, a lo que añadió: "Pero no se preocupe, llévesela a casa, que ya nosotros avisamos a la mortuaria para que vaya a su casa a recogerla".
Era una situación impensable, porque lo normal hubiese sido que la hubiesen metido en la clínica, que hubiesen certificado su defunción... La familia en ese momento estaba aturdida y no pudo hacer más que asumir la situación, según el relato de Gema.
Clínica Vistahermosa en Alicante.
Vicenta se fue a su casa con la bebé, donde veló el cuerpo. "Estuvo toda la noche comparándola conmigo, vio que éramos totalmente diferentes, que yo era blanquita y rubita, pequeñita y recién nacida y la otra era morena, era grande, no tenía 48 horas de vida, sino 7 o 10 días. Eso se sabe por la experiencia de que había tenido dos bebés más, pero tampoco te podías imaginar que no era tuya si te la habían dado", dice Gema.
El pequeño cadáver inerte pasó la noche en casa, Vicenta la vistió con un vestidito que preparó para ella a ganchillo y que hizo también para Gema. El sábado, sobre las nueve de la mañana, llegó la mortuaria con una cajita blanca para llevársela.
"Como entonces no enterraban ni los sábados ni los domingos, la metieron en una caja frigorífica y el lunes por la mañana, 10 de mayo, sin previo aviso, llamaron diciendo que la van a enterrar en una fosa común, cuando mi madre disponía de un seguro de decesos", comenta la alicantina.
Se confirman las sospechas
¿El motivo de esa decisión? Para que, supuestamente, no se pudiese abrir la fosa. "Siempre tuvimos esa sospecha de que esa niña era diferente. He crecido con ese tabú en la familia porque lo podías comentar con cualquier persona. A mi madre siempre le decían: '¿Cómo te van a robar a una niña? ¿Tú estás loca?".
Pero la verdad siempre termina saliendo a la luz. Ese momento llegaría a la familia Armero Nadal prácticamente 30 años después.
Fue en 2012 cuando salieron los primeros casos de bebés robados en televisión. "Yo ya dije: 'Esto es verdad, lo que yo he crecido pensando. Mi hermana está en algún lugar'. Denuncié en Fiscalía ese mismo año, expuse el caso, cómo fue y cómo se hicieron las cosas y reuníamos todos los requisitos de ser un bebé robado", recuerda Gema.
Fue entonces cuando exhumaron el cadáver de su "hermana" y se dieron cuenta de que aquella bebé que murió era la que estaba ahí. Su vestido único, el catéter, el crucifijo, el tubo de oxígeno: todo estaba igual. Con las pruebas de ADN se contrastó que ella no era su verdadera hermana y que tampoco era hija de los padres de Gema.
En la imagen los restos óseos de la "hermana", el proceso de exhumación, el catéter y el vestido que hizo Vicenta.
Al certificar el delito se confirmó el tabú que llevaba años planeando sobre la familia, por lo que dejaron de ser elucubraciones mentales. "Mi hermana está desaparecida, es una usurpación de la identidad y una detención ilegal, o sea, mi hermana está en algún lugar y todavía no la he encontrado, estoy en proceso de búsqueda, lo único que la justicia me dice que no tiene medios, se ha quedado todo en el aire".
Actualmente Gema pertenece a la Asociación de Víctimas Niños Robados Alicante (AVA). Son muchas las asociaciones en España que luchan por esta causa olvidada, como S.O.S. Bebés Robados Madrid, presidida por Mari Cruz Rodrigo que explica a este medio que cuentan con subvenciones de los ayuntamientos, pero que los únicos que han hecho algo por ellos han sido los periodistas.
La ley impasible
Las asociaciones solicitaron una ley de bebés robados, en la que se haga a los afectados un banco de ADN especializado, unos jueces especializados en la búsqueda y unos abogados. "La ley en España no nos quiere porque en esta trama hay muchos detrás, mucha gente que podría caer", añade la alicantina.
"El doctor Vela falleció, fue el único al que se llevó a juicio mediáticamente. Sin embargo, mis médicos viven. Yo tengo 43 años. No estamos hablando de nada del franquismo, yo nací en plena democracia" matiza.
El problema reside en que muchos casos están archivados porque "se agarran a que si no hay cuerpo no hay delito. Y evidentemente no lo hay porque enterraban las cajas vacías, con miembros de adulto, con sábanas que simulaban el peso de un bebé. Nuestro caso es diferente", argumenta Gema.
A Vicenta le cambiaron el bebé y le dieron otro en su lugar.
Gema Armero de pequeña.
Gema lleva luchando desde 2012 por esta causa. Lo hace por ella, pero también por todas las personas que han vivido situaciones parecidas. "Encontraré a mi hermana, y lo haré por mi cuenta", afirma con convicción.
Cuando le preguntan qué le diría si al fin llegara a encontrarla, Gema no duda: "Mi madre no te entregó, como dicen. No era una prostituta. A muchos hijos les hacen creer que sus padres los dejaron en un orfanato, que no los querían, pero luego descubren que están registrados como hijos biológicos".
Gema denuncia lo que para ella es una gran injusticia: "Si una persona se entera de que fue adoptada y que sus padres cometieron un delito al pagar por ella y registrarla como hijo biológico, eso debería figurar correctamente en el registro civil".
"Los padres biológicos tienen derecho a aparecer, y los hechos deben constar como ocurrieron. Pero muchos de esos padres adoptivos, que han cometido varias irregularidades, no se atreven a confesar la verdad. A veces incluso inventan historias para generar rencor y así evitar que sus hijos busquen a sus verdaderos padres", asegura.
Engaño, dolor y esperanza
También existen casos en los que algunos padres fueron engañados. En su momento pagaban determinadas sumas porque se les decía que eran para cubrir gastos clínicos. Movidos por el profundo deseo de tener un hijo, muchos se dejaban convencer sin saber que en realidad estaban siendo estafados, mientras el intermediario se quedaba con el dinero.
Respecto a la clínica, Gema explica: "Al principio no tenían ninguna documentación de mi madre. Luego, a través de un proceso judicial, logré conseguirlo todo: la cartilla, los registros de la habitación donde estuvo mi madre, todo. Pero en aquel entonces la clínica pertenecía a un equipo de ginecólogos y, en 1990, fue vendida a una aseguradora. Ellos aseguran que desconocen por completo lo que se hizo antes de esa fecha”.
Al volver a hablar sobre lo que le diría a su hermana, Gema se emociona: "A ti te robaron y eligieron tu destino, cuando el tuyo verdadero era estar con una familia normal, trabajadora. Tienes dos hermanos mayores; yo soy la tercera, tu hermana gemela, y jamás me he olvidado de ti. También tienes una hermana pequeña, y todos te hemos echado de menos".
Gema y Vicenta en una manifestación en Madrid por los bebés robados.
Para Vicenta, todo esto la ha marcado profundamente como madre. A diario se pregunta dónde estará su hija, cómo habrá sido su vida y si habrá tenido suerte. "No todos los adoptados han tenido una buena vida". comenta Armero.
"Tengo amigos adoptados cuyos padres los han querido de verdad, pero también están los que me llaman para desahogarse, los que sufrieron porque sus padres los adoptaron por apariencia, por estatus social. En aquella época, si no tenías un hijo, no parecía que tuvieras una familia completa".
PREGUNTA.– ¿Hoy en día qué sentimientos predominan? ¿Tiene más rabia o esperanza?
RESPUESTA.– Tengo muchos sentimientos encontrados. Tengo 43 años y, si Dios quiere, aún me queda mucha vida por delante. Siento rabia y dolor por lo que hicieron, por cómo salieron impunes, por no haber tenido la oportunidad de crecer junto a mi gemela.
Amo profundamente a mis hermanos, pero siempre me pregunto cómo habría sido compartir esa conexión única con ella. Ahora que soy madre de tres niñas, entiendo aún más el sufrimiento de mi madre.
Decían que mi madre estaba loca, y hoy siento una satisfacción enorme al poder demostrar que no lo estaba, que la engañaron. También tengo esperanza, porque estoy convencida de que voy a encontrar a mi hermana.
Desde pequeña tuve esa corazonada: con sólo doce años iba al cementerio a investigar, a preguntar si mi hermana podría estar allí. Pensaba en abrir una fosa común para enterrarla junto a mi tía, que falleció pocos días después que ella.
No es lo mismo poner flores cada domingo en un trozo de tierra sin saber dónde está realmente tu hermana. A los treinta años, por fin, logré hacerlo.
Si hay dudas, investiga
Gema siempre tuvo la determinación de investigar. En cada intento de obtener respuestas, cuando se presentaba a buscar documentación, siempre recibía la misma respuesta: "Se lo llevó la riada del 82".
Con los años, su lucha se volvió más firme y su denuncia, más directa. En palabras de la propia Gema, "han actuado mal y siguen actuando mal a día de hoy, porque les cierran las puertas a las personas. El Registro Civil, los juzgados, los hospitales clínicos y los archivos generales son unos sinvergüenzas y siguen en la trama. Ellos, en el momento que vas a pedir una cosa y les dices que eres adoptado, te dicen que no tienen nada".
Para aquellas personas que dudan sobre si podrían ser bebés robados, Gema lanza un mensaje claro y esperanzador: "Que busquen por su propia cuenta, que luchen, porque realmente los papeles están, que no se crean lo que les dicen y que tienen el derecho, y creo que la obligación, de buscar a sus familiares biológicos, independientemente de que luego no quieran saber lo que hay detrás".
"La mayoría de veces no son prostitutas ni son abandonos; serán personas a las que les decían: 'No te preocupes, que ya tendrás más bebés', o personas amenazadas, que cuando te ponías más valiente te decían: 'O te marchas a tu casa o te denuncio a la Guardia Civil'".
Gema celebrando su cumpleaños.
Es muy importante indagar cuando existen dudas o sospechas, aunque sea en secreto, porque, como expresa la alicantina, "seguro que hay detrás una madre que no quiere morirse sin conocer a su hijo".
Además, añade: "Aparte de la satisfacción de conectar con su otro yo y de que mis hijas sepan que he luchado mucho, por ley de vida mi madre se tiene que ir antes, y me gustaría que, por favor, falleciera diciéndole a su hija que ella no la entregó, que se la robaron. Ya que mi padre se murió con esa pena y con ese dolor de engaño, que mi madre no se vaya con esa misma pena".
"Es muy cruel ver cómo de calentito pasabas a frío, tener a otro bebé en brazos, dándole de mamar, sabiendo que la que está muerta es supuestamente tu hermana".
Y, como explica Gema, esta situación es verdaderamente atroz, porque, por otro lado, hay un bebé que no pudo ser velado por su familia. Alguien no pudo pasar ese duelo, aunque Gema sí lo ha hecho: "Yo sí le he llorado y he llevado durante 30 años flores, y mi madre también, pero a partir de ahí está en una caja sin darle sepultura".
