Encontrar un empleo se está convirtiendo en un desafío para muchos jóvenes hoy en día. La falta de demanda y la falta de oportunidades laborales dificultan el acceso a un puesto de trabajo para gran parte de los españoles, provocando de esta manera su salida al extranjero.
Este fue el caso de Cristina Correyero. La creadora de contenido se mudó en 2013 a Reino Unido por los mismos motivos que los jóvenes de hoy día están emigrando al extranjero: falta de empleo. "En aquel entonces no tenía experiencia laboral, no tenía ningún tipo de cualificación", comienza a relatar la española.
Sin embargo, esta falta de experiencia no le supuso ningún problema para encontrar empleo. Comenzó en el sector de la hostelería y posteriormente en el de la educación tras sacarse la carrera. "Y allí te digo que de la noche a la mañana me sale trabajo, no tengo ni que suplicar". Esta es una gran diferencia que ha notado tras la vuelta a su país de origen.
"Aquí, ¡madre del amor hermoso! Yo no sé la cantidad de currículum que he echado ya desde que me vine en enero", explica Cristina. Recalca que "no le ha salido absolutamente nada".
Para ejemplificar la diferencia que existe entre ambos países, cuenta que el día que decidió enviar un currículum para trabajar en un campamento de verano en Inglaterra: "Lo eché por la mañana a las siete de la mañana y a las nueve ya tenía una entrevista concertada y a las dos de la tarde me dijeron: 'Cógete un vuelo, que te necesitamos la semana que viene'".
La profesora de inglés se pregunta por qué esto no pasa en España, e incluso reconoce que ha tomado la decisión equivocada al volver a su tierra natal. "Está siendo bastante frustrante". Asimismo, es muy crítica respecto a las subvenciones que ofrece el Gobierno, enfocadas hacia los jóvenes, y por tanto dejando a un lado a aquellos que superan las franjas de edad impuestas por el mismo.
"Ahora, en septiembre, empieza una nueva subvención que da el maravilloso gobierno para los menores de treinta años. Pero es que si no cumples los requisitos, te quedas así a dos velas. Yo, que tengo treinta y siete años, que estoy deseando trabajar, no me sale una mierda", finaliza la profesora.
