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Jesús recibió en su Restaurante Vinissimo a una clienta indeseable: 'Alice'. "Ha sido un auténtico caos". "En la terraza ha dejado tres dedos de fango", tal y como resume indignado Jesús Moreno, gerente de esta conocida vinoteca de San Javier: una localidad donde la dana descargó 177 litros por metro cuadrado.

"No he podido dormir en toda la noche", según resume este hostelero a EL ESPAÑOL, ya que no dejaba de pensar en los daños que la dana estaba causando en su negocio y además se pasó la madrugada del sábado, achicando agua porque reside en la calle Neptuno de San Javier. "Viví una situación de terror".

Jesús no exagera con sus palabras porque San Javier forma parte de la zona cero de la dana, junto a Los Alcázares. Estos dos municipios del Mar Menor han recibido agua como para llenar medio centenar de piscinas olímpicas y sus respectivos ayuntamientos han solicitado ya la declaración de zona catastrófica.

La AEMET emitió un boletín de actualización de fenómenos meteorológicos, a las 17.50 horas de este viernes, con este contenido: "En el Campo de Cartagena y Mazarrón, el nivel de alerta rojo decae a las 19 horas de hoy, viernes 10 de octubre. Desde las 19 horas hasta las 8 horas de mañana sábado, se queda en naranja". Pero lo peor de la dana estaba por venir.

De hecho, este hostelero valoró abrir su negocio por la noche, ya que los viernes hace buena caja, pero como es "aficionado a la meteorología", se puso a consultar partes y datos de pluviometría y detectó algo que no le gustó: "A la altura de Sucina, vi que las ramblas arrastraban mucha agua hacia San Javier". Y acertó, los cauces de la Rambla de Cobatillas y la Rambla de Pozo Aledo iban hasta los topes y durante la noche inundaron la localidad, provocando 242 intervenciones de Policía Local, bomberos, Guardia Civil y Protección Civil. 

El agua bajando endiablada por la calle Neptuno de San Javier.

"Iba a abrir este viernes por la noche porque dejó de llover a eso de las siete de la tarde, pero menos mal que decidí no hacerlo por prudencia, de lo contrario, los empleados y clientes nos habríamos quedado atrapados", tal y como reflexiona Jesús Moreno, con una década de experiencia en la hostelería. "Lo de la AEMET fue un disparate".

- ¿Por qué dice eso?

- Después de quitar la alerta roja, a las tres horas vino todo lo gordo, por toda la tormenta que había caído en la cabecera de las ramblas que van a parar hasta San Javier. Fue un error rebajar la alerta. He sido perjudicado en mi negocio y en mi casa.

El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha criticado la bajada de nivel de la alerta, de roja a naranja, y tanto la Agencia Estatal de Meteorología como la Confederación Hidrográfica del Segura se han defendido, argumentando que una célula tormentosa llegó del Mediterráneo, sin poder ser detectada a tiempo, y que se enviaron cuatro alertas del desbordamiento en ramblas. Pero lo cierto es que la Rambla de la Maraña transportaba 17.000 litros por segundo y la Rambla del Albujón, 32.000 litros, los cuales inundaron Los Alcázares.

En San Javier, la situación se saldó de la misma forma por las ramblas de Cobatillas y Pozo Aledo. Jesús, como mínimo, tiene 4.500 euros de daños en su restaurante, y en su casa, más de 500 euros. "Yo resido en la calle Neptuno y a causa de la crecida, bajaba un cauce de más de un metro de altura a eso de las tres de la madrugada. Estaba sufriendo porque la fuerza del agua podía echar abajo el muro, irrumpiendo en mi casa. Por la calle, veía cómo bajaban troncos, vallas, árboles de limoneros... Una imagen vale más que mil palabras".

- ¿Cómo gestionó la riada?

- En la última dana, puse compuertas, una estructura de panel sándwich que se fija en la puerta de la casa, y eso hizo de barrera para contrarrestar la embestida de la riada. Pero a veces, por encima de la compuerta pasaban olas de dos palmos y me pasé la noche achicando agua: poniendo mantas y toallas por debajo de la puerta.

Gracias a esta medida de contención, a la compuerta que puse en mi casa y en el restaurante, los mayores daños los he sufrido en el jardín de la vivienda y en la terraza de mi negocio.

La terraza del Restaurante Vinissimo de San Javier, este sábado, cubierta de lodo por la dana.

Este hostelero tomó nota de lo sucedido en la dana del 13 de septiembre del 2019, cuando tuvo que tirarlo todo, su restaurante permaneció cerrado un mes y sufrió unos 100.000 euros en pérdidas. "Gracias a las medidas preventivas que he puesto en casa y en el negocio, los daños han sido menores. Ya que la intensidad y altura del agua han sido las mismas".

Prueba de ello es que el Restaurante Vinissimo ha amanecido convertido en un lodazal y la fuerza de la riada arrancó un cartel de su local, conocido en la zona del Mar Menor por ofrecer la carta más completa de vinos de todas las denominaciones, con botellas que oscilan de 17 a 300 euros, para maridar cada copa con jamón ibérico, quesos que se derriten en el paladar, jugosas carnes o croquetas caseras que han sido premiadas en certámenes.

"Nos remangamos, achicamos agua, fregamos y recolocamos cada detalle", según enumera Jesús a este diario, sobre el zafarrancho de limpieza que ha durado nueve horas. La plantilla de siete empleados ha trabajado a destajo, junto a un retén de diez voluntarios. "No estuvimos solos. Gracias de corazón a Iván Marcos, y a su mujer, Martín García, David, Jesús, Antonio, Yoli, Boli, Cynthia, Irene, Harry y Dor, y a los vecinos que se sumaron. El local está impecable por su trabajo".

Tanto es así que este sábado por la noche abrirá el restaurante en la avenida de La Unión en San Javier. "La dana es un contratiempo, pero no puedo dejar que el género que tengo se me eche a perder porque tengo que seguir pagando nóminas de la plantilla, impuestos y facturas de proveedores", según argumenta este hostelero, de 50 años.

El retén de empleados y voluntarios que ha limpiado el Restaurante Vinissimo, este sábado, en San Javier. Cedida

A unos kilómetros del casco urbano de San Javier, en la partida rural de La Grajuela, la situación de algunos vecinos como Luis, se antoja terrible para la economía familiar porque este jubilado, de 81 años, no sabe cómo podrá hacer frente a los destrozos que le ha causado 'Alice': "No soy capaz de calcular todos los daños, pero como mínimo voy a tener que pagar 10.000 o 12.000 euros porque el agua alcanzó medio metro de altura en la planta baja de mi casa".

Luis Riquelme, presidente de la Asociación de Belenistas de San Javier, y su esposa, Luisa, de 76 años, explican que se han salvado porque se "refugiaron" de la dana en la primera planta de su casa: "No podíamos estar abajo de todo el agua que había". "Era algo exagerado".

A este pensionista, muy conocido en la zona por su labor con los belenes, le ha tocado remangarse para limpiar el lodo que cubre su bonito jardín y su piscina, convertidos en un vergel de plantas enfangadas y figuras de cerámica rotas.

El estado que presenta la casa de Luis en la partida rural de La Grajuela. Cedida

Luis afronta esta difícil tarea con la ayuda de amigos y vecinos que durante todo el sábado, no paran de demostrar su solidaridad con las personas más afectadas por la dana.

- ¿Cómo está su vivienda en estos momentos?

- Luis Riquelme: He tenido que tirar a la basura todo el mobiliario de dos dormitorios: camas, armarios, sofás, ropa... Espero que el Gobierno de España declare zona catastrófica San Javier porque no sé cómo vamos a pagar todo esto. 

La respuesta de este jubilado resume el sentir de los vecinos, comerciantes y hosteleros de San Javier y de Los Alcázares que esperan que el Gobierno declare zona catastrófica, ambas localidades ribereñas, para que las ayudas contribuyan a retomar la normalidad lo antes posible. Especialmente, para las "personas vulnerables" que según la Policía Local pasarán la noche en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Los Narejos por culpa de la peor 'turista' que ha pasado por el Mar Menor: 'Alice'.