Publicada
Actualizada

El doble crimen de Lorca destila tufo a marihuana. Todo ello, a la vista del currículum de sus dos protagonistas. El primero, el "mafioso" italiano Giuliano Velo, condenado por un alijo de 2,6 toneladas de plantas de maría, tiroteado en su casa rural de El Cantar, y el segundo, un ciudadano marroquí, vinculado al mundo de los vuelcos de droga, cuyo cuerpo perforado por plomo yacía en un Peugeot en Ramonete.

"El cadáver localizado en el maletero del coche pertenece a un hombre que conoce a personas que trafican con hachís y marihuana, incluso que hacen vuelcos a narcos", tal y como desvelan un par de fuentes legales a EL ESPAÑOL. "Es un ciudadano marroquí, pero aún no ha aparecido ningún familiar a reclamar el cuerpo. A lo mejor no es un vecino de Lorca o no tiene familiares por la zona".

El Peugeot, modelo 5008, de color blanco, cuyo maletero ocultaba una macabra sorpresa, estaba aparcado a unos metros del Restaurante Ramonete, un negocio de menú batallero por 14 euros, para llenar de combustible a los currantes y que los fines de semana prepara arroces que quitan el 'sentío', siempre bajo la supervisión de su propietario: Antonio Navarro.

"¡Cómo iba a pensar que la Guardia Civil buscaba un muerto en un maletero!", clama Antonio, después de 33 años detrás de la barra, tiempo en el que pensaba que había visto de todo, hasta que este martes presenció la escena de un crimen, por un ajuste de cuentas, y que encima podría tener vínculos con el mundo del narcotráfico o la Cosa Nostra.

El Peugeot 5008 donde apareció un cadáver en su maletero. José Verdugo

- ¿Usted vio al conductor del Peugeot intervenido por la Guardia Civil?

- Antonio Navarro: Ese coche estaba aparcado desde antes de las dos de la tarde del miércoles. No vi quién lo aparcó. Yo pienso que el conductor lo dejó estacionado y vino otro coche a recogerlo.

- ¿Por qué sospecha eso?

- El Peugeot estaba con el motor arrancado y con el aire acondicionado puesto. La ventanilla del copiloto estaba bajada. El coche lo dejaron aparcado en batería, frente a la carretera nacional de Puntas de Calnegre, a unos 200 metros de mi restaurante. El morro apuntaba a la carretera y el maletero a la valla y los contenedores de basura. Tuvieron que ser décimas de segundo, el conductor aparcó sin quitar las llaves del contacto del Peugeot y otra persona vino a recogerle y se marcharon con mucha rapidez.

Este hostelero, de 68 años, no le dio importancia a que el vehículo estuviera arrancado porque pensó que su conductor se habría acercado a la agencia de transportes o al almacén agrícola que hay en la zona. Pero cuando el reloj enfilaba las tres de la tarde, los clientes del Restaurante Ramonete dejaron de comer y emularon a la vieja del visillo de José Mota, para presenciar el despliegue de la Guardia Civil, en plenas Fiestas de la Virgen del Rosario.

"De repente, aparecieron cuatro o cinco coches de la Guardia Civil y rodearon el Peugeot. Nosotros pensábamos que estarían buscando algo en su interior. Los agentes no nos dejaron ni arrimarnos. Pasado un rato llegó una ambulancia y cuando apareció el coche fúnebre, entendimos que no era por capricho".

Ese coche se ha convertido para la Policía Judicial en un buen hilo del que tirar, para analizar si hay restos biológicos del supuesto autor o autores de la muerte de este ciudadano marroquí, cuyo cuerpo estaba maniatado y metido en el maletero con heridas por arma de fuego. De hecho, este diario ha accedido a imágenes que muestran un charco de sangre que la víctima pudo derramar sobre el asfalto. 

Un charco de sangre, este miércoles, junto a la carretera que conecta Ramonete con Puntas de Calnegre. Cedida

En esta pedanía lorquina, con menos de 1.500 habitantes, solo se habla del doble crimen y los bares son el centro social donde hacerlo. Tal es el caso del Restaurante Ramonete de Antonio: "Cada cliente dice una cosa, unos hablan de tráfico de drogas y otros de un ajuste de cuentas".

Lo cierto es que el ajuste de cuentas es una de las hipótesis de la investigación que la Policía Judicial ha declarado bajo secreto, para aclarar la motivación de ambas ejecuciones y si guardan relación. Otra certeza que tiene la Policía Judicial es que detrás de estas ejecuciones hay algún grupo organizado, incluso no se descarta a la mafia italiana.

Todo ello, a la vista de que se produjeron con un modus operandi similar, mediante el uso de un arma de fuego, en una franja horaria próxima, durante la jornada de este martes y en una zona geográfica próxima en el término municipal de Lorca, puesto que hay diez kilómetros de distancia, entre la casa rural del paraje de El Cantar donde residía Giuliano, y la zona de Ramonete donde apareció el cadáver del marroquí.  

El cadáver de Giuliano Velo, de 67 años, fue localizado por su mamma a las dos de la tarde de este martes, tras ser tiroteado desde un Audi A-3, de color negro, con los cristales tintados. Todo pasó en su casa. Allí se dedicaba oficialmente a plantar frutas y verduras, en particular mangos, por su margen de beneficio. Pero lo cierto es que estaba en libertad provisional tras pagar una fianza hace un año, para salir de prisión porque el Juzgado de Instrucción número 4 de Lorca le tenía en la diana como supuesto miembro de una banda dedicada a construir narcolanchas para hacer portes de droga.

La citada organización criminal que próximamente será juzgada, estaba compuesta por ciudadanos de Europa del Este y de Marruecos, de modo que podría ser uno de los hilos de los que tira la Guardia Civil, para ver si existe -o no- algún vínculo con el ciudadano marroquí que ha aparecido maniatado y con olor a pólvora en el maletero de un Peugeot 5008 aparcado en Ramonete. "A Giuliano le relacionaban con la mafia calabresa, pero vete tú a saber porqué le han ejecutado", apunta una persona que le conoce.

La casa ruraI donde residía el italiano Giuliano Velo en El Cantar. Google Maps

"Este hombre se mueve en círculos de gente que le puede haber matado por un ajuste de cuentas por drogas, por dinero o algún negocio turbio". Todo ello, sin olvidar que fue detenido en Albania, el 27 de septiembre de 2018, por su supuesta vinculación con la muerte de Giuseppe Nirta, de 54 años, conocido por el sobrenombre de 'El Italiano' y que estaba relacionado con la 'Ndrangheta: la mafia calabresa. 'El Italiano' recibió varios disparos a las puertas de su chalé de Águilas, a manos de un encapuchado, algo parecido a lo que le ha ocurrido ahora a Giuliano. 

Este martes, la mamma de Giuliano fue la que alertó de que habían tiroteado a su hijo desde un coche de alta gama. Lo primero que se le vino a la cabeza a la patrulla de la Policía Local que acudió allí fue el crimen de 'El Italiano': un caso que se saldó sin ningún culpable porque a Giuliano lo sacaron de la ecuación antes del juicio y la principal sospechosa, Cristina, la pareja de Giuseppe Nirta, la absolvió un jurado popular.

De modo que la Guardia Civil tiene presente la posibilidad de que la mafia calabresa siguiera sin perdonar la muerte del capo después de siete años. Por aquel asunto, Giuliano pasó una temporada en prisión y La 7 logró hablar en exclusiva con el italiano, en 2018, a su salida del penal: "Un año y un mes inocente, por una sospecha. Lo mejor es que me vaya a casa". Allí ha encontrado la muerte en medio de un paraje natural.

La Policía Judicial tiene muchos casos que revisar, para ver si guardan relación con la ejecución de Giuliano, ya que también se libró de un doble crimen en Málaga. Una de las pocas veces que entró en prisión fue por un alijo de 2.600 plantas de maría y logró escaparse de la cárcel de Murcia donde cumplía condena. Aprovechando un permiso, se largó a Albania y se escondió tanto tiempo, que logró que prescribiera su condena. Era un tipo listo como así lo demuestra que se rodeaba de penalistas de primer nivel como Manuel Maza.

El despacho de Maza Abogados asumía su defensa en la causa de la banda de narcolanchas y lograron sacarle en libertad provisional tras un año a la sombra. Este martes, a Giuliano lo mandaron al otro barrio, y a continuación, apareció un segundo cadáver con supuestos vínculos con el tráfico de drogas y los vuelcos, en Ramonete, en sendas escenas de crímenes que parecen de la Cosa Nostra italiana, pero sigue siendo la Región de Murcia.

A pie de calle, en Águilas, como ocurre en Lorca, el tema es la comidilla. "La gente comenta que el italiano salió en libertad por haber cantado y que por eso lo han asesinado", cuenta una vecina.

Hace tiempo que la Policía Local y la Guardia Civil vienen alertando a este diario de que en la costa de Águilas, a la sombra de Cádiz, se están estableciendo grupos relacionados con el narco que presagian malos tiempos: "Giuliano era un mafioso italiano que llevaba años por aquí". "Cada vez se asienta gente más peligrosa y mucho mejor organizada".

Prueba de ello es este doble crimen que provocó que la Guardia Civil enviara una alerta interna a patrullas policiales de pueblos próximos, como Mazarrón, cuando estaban buscando al pistolero -o pistoleros- de estos asesinatos, por tierra, movilizando varias patrullas, y por aire, mediante las batidas de un helicóptero. Un agente resume el contenido de ese mensaje: "Nos dijeron que debíamos extremar la precaución en los controles". Esta gente no habla, solo dispara.