De madrugada, en patinete y con un casco negro en el brazo. Así circulaba el presunto violador detenido en Valencia que ha agredido sexualmente a seis mujeres en cuatro días. Por su forma de hablar podía llegar a ser un agente de policía. De hecho, esa parecía su intención.
No era policía, más bien al contrario. Su único contacto con las fuerzas de seguridad del Estado habían sido otras identificaciones anteriores, ya que este violador en serie cuenta con numerosos antecedentes.
De esas 'experiencias' aprendió la jerga de los agentes, que usaba en la 'ronda' de caza de víctimas. El agresor, argentino y de 33 años, se hacía pasar por policía y guardia civil para acercarse a ellas. Por la manera de expresarse podía resultar creíble, aunque su forma de actuar le delataba.
El violador se acercaba a su víctima y la intimidaba. Se asemejaba a alguien con autoridad por, según él, ser agente. Así que amenazaba a la mujer en cuestión. Le decía que tenía todos sus datos y que, si no hacía lo que él decía, habría consecuencias.
Después, pasaba a la acción. Alegaba que debía registrarla. Y era en ese momento cuando aprovechaba para cometer la agresión sexual.
Las seis mujeres violadas comparten un par de factores, según adelantó el diario Levante-EMV y confirmó EL ESPAÑOL. El principal es simple: todas ellas iban caminando solas por la calle de madrugada. La otra coincidencia es la edad. Todas ellas son jóvenes y tienen entre 19 y 28 años. Cuatro de ellas son españolas, una es boliviana y otra, italiana.
No son de una misma zona, ni de un mismo barrio. Al agresor no le hacía falta, ya que con su medio de transporte particular, en las madrugadas del 15 al 18 de agosto se dedicó a circular por diferentes puntos de Valencia en busca de sus víctimas.
No se centraba en calles poco transitadas ni recónditas de la ciudad. Eso le daba igual. De hecho, una de las agresiones se produjo en el conocido Puente de las Flores. Esta vía conecta el paseo de la Alameda con el centro de Valencia, y sirve como zona de paso para acudir a locales de ocio que existen tanto a una parte como a la otra del jardín del Turia.
Dentro de la gravedad de las seis agresiones, una destaca sobre el resto. Esta se cometió en el portal de un edificio del barrio de Trinitat, zona cercana a los clásicos Jardines de Viveros.
En dicho portal citó a una mujer en situación de prostitución. Antes, le había asegurado que sabía que ella se encontraba en situación irregular. Cuando llegó allí, el hombre la amenazó de muerte y la agredió sexualmente con penetración. Después se llevó su ropa interior y su teléfono móvil.
No se esperaba al momento perfecto, y cometía las agresiones a cara descubierta. Esto ha permitido a los agentes de la Policía Nacional, los de verdad, interceptar a este hombre y detenerlo. Todas lo describían como un hombre con barba que hablaba con jerga propia de policías.
Con esas indicaciones se realizó la investigación. Una vez los agentes habían cruzado toda la información que proporcionaron las víctimas, desde la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, citaron al hombre sospechoso de haber cometido estos delitos.
A primera hora del jueves 21 de agosto, acudió a la propia Jefatura Superior de Policía, donde procedió a ser detenido.
Además de violar a mujeres, les robó a varias de ellas. Ahora, con seis delitos de agresión sexual (dos con el agravante de acceso carnal), dos delitos de robo con violencia y de usurpación de funciones públicas, pasó a disposición judicial la pasada semana.
El juzgado de Instrucción número 15 de Valencia acordó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.
No es el único
Otro violador en serie ha sido detenido este mismo año en Valencia: Iván Colom. Agredió a 17 mujeres en portales de edificios de la ciudad.
Llevaba, al menos desde enero de 2024, saliendo de madrugada en bici para violar. Diecisiete víctimas identificadas. Cuatro violaciones consumadas. Nueve tentativas. Todas, mujeres jóvenes que regresaban solas a casa.
El modos operando era parecido al del violador del patinete: agarraba a las mujeres por el cuello con una técnica mal aplicada del matalón, las empujaba hacia el rellano o las escaleras, y allí las agredía.
La Policía Nacional, a través de la UFAM fue la primera en ver el patrón. Diecisiete mujeres, en distintos barrios de Valencia, agredidas en un mismo horario. Entre las tres y las seis de la madrugada. Todas volvían solas a casa. Todas fueron seguidas hasta el portal. A todas las atacó desde atrás.
