Sergi Gallardo (2000) ha abandonado su vida en Barcelona para viajar y conocer mundo mientras trabaja en diferentes países. Ahora se encuentra en Nueva Zelanda. Llegar a fin de mes es complicado en España, y esta realidad ha impulsado al joven catalán a buscarse la vida en el extranjero.
Tras estudiar el grado superior de Marketing y Publicidad, con especialización en el ámbito digital, Sergi estuvo trabajando en la profesión durante dos años. Sin embargo, un viaje a Laponia en agosto de 2023 cambió la vida del joven por completo.
Sergi siempre ha tenido mucha facilidad para relacionarse con las personas, y eso le brindó la oportunidad de conocer a quien le abriría las puertas a una nueva forma de vivir. Durante su estancia en la Laponia finlandesa le ofrecieron un contrato de temporada de 8 meses para trabajar como camarero en un hotel 5 estrellas.
"Siendo camarero en Finlandia cobraba el doble que en España con el 'marketing'. Ganaba unos 3.000 € al mes", cuenta Sergi Gallardo en conversación con EL ESPAÑOL. Esto permitió al joven ahorrar el suficiente dinero para disfrutar de un largo verano viajando por el Sudeste Asiático: "Quise ver mundo. Estuve viajando tres meses por Tailandia y otro en Vietnam, me pegué las vacaciones de mi vida", relata alegre el joven catalán.
Durante sus intensas vacaciones, este español aventurero aprovechó a conocer muchas de las playas tropicales del continente, además de sacarse allí los cursos de buceo.
Sergi Gallardo, en sus vacaciones por el Sudeste Asiático.
"Aunque en Finlandia he vivido un invierno muy largo, te acostumbras. No echo de menos el calor sofocante de España. Prefiero ahorrar trabajando aquí y luego poder permitirme viajar disfrutando de playas paradisíacas", cuenta con seguridad.
Al terminar su viaje, Sergi volvió a trabajar otra temporada de ocho meses en el mismo hotel. Fue en esta segunda temporada cuando el joven catalán conoció el amor y decidió volver a cambiar el rumbo de su vida para ir a vivir a Nueva Zelanda.
Junto a su pareja, aplicó un visado temporal de trabajo para conseguir una residencia en Auckland, isla sur de este país ubicado en el suroeste del océano Pacífico. Allí se asentaron durante un mes, pero el espíritu nómada de Sergi terminó por llevarle a abandonar esta vida y comenzar una nueva en Queenstown.
Vida en Nueva Zelanda
Actualmente trabaja como camarero en una de las pistas de esquí más importantes de Queenstown. "Aquí trabajan ingenieros, informáticos, profesores... gente con muchos estudios. Y estamos sirviendo patatas fritas, pero es que se cobra mejor que en España", explica Sergi Gallardo.
A pesar de que el joven se ha formado con estudios en Marketing y Publicidad, no está trabajando de ello. Sin embargo, por el momento no tiene pensado regresar a España. "Estoy viviendo experiencias, si en un futuro quiero volver a España me puedo reincorporar en el mundo laboral del marketing porque ya tengo experiencia. No es tarde", relata con convicción.
PREGUNTA.– ¿Le ha costado adaptarse a esta nueva forma de vida?
RESPUESTA.– Al principio sí que se me hizo bastante raro, sobre todo en Finlandia. Los primeros meses estás en modo supervivencia. Además, tenía la mente muy ocupada como para acordarme de lo que había dejado atrás en España.
Con la rutina ya empiezas a echar de menos lo que tenías antes. Ahora en Nueva Zelanda he vuelto al modo supervivencia.
Despedirse de la gente que conoces en cada sitio nuevo es lo peor. Las temporadas de trabajo son muy intensas, estás las 24 horas del día con las mismas personas. En Finlandia incluso llegué a echar raíces.
Sergi Gallardo viendo las auroras boreales en Finlandia.
Sergi Gallardo aprovecha los meses de descanso entre temporada y temporada para regresar a su ciudad natal en Cataluña. Sin embargo, tiene claro que no quiere asentarse en España. "No quiero esclavizarme. En España me sentía atrapado, con mucha monotonía", relata el joven catalán.
Además de por las aventuras, el otro motivo por el que este español ha decidido emprenderse en una nueva vida es el económico. "Ahora mismo hay malas condiciones laborales en España, no se puede ahorrar, mientras que aquí por trabajar un domingo te pagan alrededor de 450 €".
PREGUNTA.– ¿Se ha planteado volver a España?
RESPUESTA.– Por el momento no, aunque sí creo que es una buena opción el venir aquí unos años para ahorrar dinero y después regresar a España. Mi intención es invertir en algo con lo que tener ingresos pasivos que no me hagan depender del sistema español.
Ahora estoy solo y quiero vivir experiencias, hasta los 30 años puedo seguir disfrutando de los visados temporales. Además, estos son países muy caros como para venir solo de viaje, pero si vienes a trabajar te puedes permitir conocerlos.
Sergi se encuentra muy feliz trabajando en Nueva Zelanda. Está viviendo en una casa grande junto a otros cuatro chicos que, como él, han emigrado de sus ciudades natales para ganarse la vida en el extranjero. La dueña de la casa vive en Australia, y allí conviven un francés, un indio, dos colombianos y, Sergi, español.
El Salario Mínimo Interprofesional en Nueva Zelanda es de 2.281,3 € al mes con 12 pagas anuales, muy alejado de los 1.183,7 € en 14 pagas de SMI en España.
Asimismo, al contrario que en España, donde el pago de los salarios es mensual, en Nueva Zelanda los cobros del sueldo son semanales. "Se dice que aquí puedes ser pobre a final de semana y hacerte rico a principios de la siguiente", dice Sergi con humor.
El joven catalán se encuentra compartiendo habitación por 500 €. "No es un alquiler barato para las circunstancias, pero es complicado conseguir una casa en un sitio tan turístico como este. Normalmente la gente suele vivir en un 'hostel', con habitaciones compartidas de hasta 24 personas", cuenta Sergi Gallardo a EL ESPAÑOL.
"Ahora mismo no estoy aquí para ahorrar dinero, sino más bien por vivir la experiencia", reconoce el joven. "Viviendo así sacrifico el estar asentado. Son modos de vivir diferentes, y los dos están bien. Yo prefiero vivir de aventuras, pero hay quien prefiere quedarse más tranquilo en España".
Asegura que "la convivencia es espectacular". "Todo muy limpio. Tenemos establecidas unas normas, y al final no deja de ser un sitio solo para ir a dormir. Yo hago vida fuera", relata.
Sergi en Queenstown, Nueva Zelanda.
"Es un no parar"
La vida de ocio de Sergi en Nueva Zelanda es muy activa. "Los lunes hacemos salsa y bachata, los martes hay fiestas latinas, los miércoles pasamos la tarde jugando al Mario Kart... ¡Es un no parar! Aquí hay actividades todos los días", cuenta entre risas.
En una conversación con interferencias a causa de las 12.000 millas entre España y Nueva Zelanda, y una diferencia horaria de diez horas, Sergi acaba de salir de trabajar y se dirige contento a comprar algo de beber para reunirse con sus nuevos amigos. La dependienta de la tienda también es catalana, se conocen bien.
Al llegar al lugar de encuentro con quienes, al igual que Sergi, han empezado una nueva vida en el extranjero, el joven español dice gracioso: "¡Me están entrevistando!". Estos le están esperando para tomar unas cervezas y seguir compartiendo juntos la experiencia.
Cuando acabe la temporada de trabajo, Sergi Gallardo tiene pensado mudarse a una pequeña isla del suroeste del océano Pacífico. "Allí sí que se hace mucho dinero", asegura que le han confirmado sus conocidos.
Desde España, los amigos de Sergi sienten una gran admiración por él, incluso alguno ha bromeado en aventurarse en su misma experiencia. "Me pido una excedencia en el trabajo y me voy a vivir contigo", cuenta que le dice su amigo de la infancia, Carlos, cuando se llaman por teléfono.
