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Hablar de Nuria Marín, colaboradora de La familia de la tele, es hacerlo de una periodista con una consolidada trayectoria en televisión, sobre todo en formatos de Mediaset y relacionados con la crónica social. Comenzó como presentadora en Cazamariposas, en Divinity y Cuatro, pasando, posteriormente por Mad in Spain y el reality La casa fuerte.

Marín también ha sido colaboradora de Hable con ellas, Socialité, Sálvame y, en su último formato, el controvertido programa de Televisión Española, donde compartió plató con María Patiño, Inés Hernand y Aitor Albizua.

En la actualidad, la periodista tiene un nuevo proyecto, pero lejos de la televisión, ya que se trata del podcast Reales y Revueltos en la plataforma Podimo, donde desvela los secretos más ocultos y jugosos de la realeza.

Nuria Marín (i) en La familia de la tele. TVE

EL ESPAÑOL ha podido charlar con Marín en las oficinas centrales de Podimo en Madrid para profundizar en su podcast y aclarar la polémica surgida por unos de sus capítulos, donde debatía sobre el futuro funeral de Juan Carlos I. Además, también hemos hecho un repaso de la breve vida que ha tenido La familia de la tele en La 1.

Una familia que no gustó

La llegada de La familia de la tele a Televisión Española el 5 de mayo fue toda una revolución en la cadena pública y, en general, en los medios. El equipo del programa encabezado por María Patiño, Inés Hernand y Aitor Albizua, apoyados por colaboradores como Belén Esteban o la propia Nuria Marín estaba llamado a marcar una época en las tardes de La 1.

Pero el público no les acompañó, las audiencias no fueron las esperadas y, el 18 de junio, RTVE decidió cancelar el formato y retirarlo de la parrilla, ocupando su lugar el programa de actualidad Malas lenguas, presentado por Jesús Cintora.

Nuria Marín en 'Cazamariposas'.

PREGUNTA.– ¿Qué le ha parecido todo lo sucedido con La familia de la tele?

RESPUESTA.– Fue tan abrupto... Acabábamos de empezar y, prácticamente, terminamos. No funcionó, no lo compró la audiencia, intentamos que nos quisieran, pero no pudimos conseguirlo. Y ya está. En la tele es más fácil que las cosas vayan mal que bien. De hecho, la excepción es que las cosas funcionen. Entonces, ¿se hizo todo lo posible para que funcionara? Sí. ¿Ha funcionado? No. La familia de la tele ha durado cinco minutos, pero no he visto ningún programa del que se haya hablado tanto. Se ha terminado y se siguen publicando artículos. Igual tampoco lo hicimos tan mal. Dimos mucho de qué hablar.

P.– ¿Se le exigió demasiado al programa desde el primer día?

R.– Supongo que sí. Habíamos generado muchas expectativas, había mucha gente que tenía ganas de ver de vuelta a Belén Esteban, a María Patiño, a Kiko Matamoros, a Lidia Lozano. Yo fui con toda la ilusión del mundo a ser colaboradora, primero dos veces a la semana y, luego, una. Me hizo mucha ilusión volver a reunirme con ellos. Hacía dos años que no trabajábamos juntos. Me habría encantado que La familia de la tele hubiese funcionado, la verdad.

P.– No es lo mismo triunfar en un canal como Ten que en La 1.

R.– Creo que cuando te lanzas a la piscina con un proyecto así, con un programa de ese tipo, sabes que hay un porcentaje de fracaso. Somos profesionales y sabemos que a veces las cosas funcionan y a veces no. Yo creo que se hizo un trabajo que no funcionó y nos tocó pasar el duelo lo más rápido posible para pensar en el futuro. Estoy convencida de que la productora va a hacer más cosas y espero que cuente conmigo (risas).

Una nueva ilusión

Nuria Marín estrenó el pasado 5 de junio en Podimo el podcast Reales y Revueltos, en el que destapa, sin filtros y sin censura, los secretos más ocultos de casas reales de todo el mundo. "Tratamos todos los temas con rigor histórico y periodístico, siempre aplicando el pensamiento crítico y promoviendo el debate y la conversación con los oyentes", reconoce la presentadora sobre este nuevo reto.

La periodista destaca que Reales y Revueltos es un podcast valiente que plantea cuestiones incómodas sobre la monarquía europea y que desempolva asuntos guardados en cajones, "como el pasado nazi de los royals o el maltrato a reinas como Juana de Castilla". También plantea cuestiones que todo el mundo conoce, "pero nadie se atreve a abordar, como, por ejemplo, cómo será el funeral del rey emérito Juan Carlos I".

P.– ¿Cómo surgió el proyecto de Reales y Revueltas?

R.– Tengo una cuenta en TikTok donde tengo una sección que se llama Royal Salseo, donde hablo de familias reales y a raíz de ahí me llegó la propuesta por parte de Podimo y de Agencia de Genyas para hacer un podcast sobre la realeza que tuviese un toque periodístico, de investigación y divulgativo, con valor cultural, no sólo de salseo, porque la realeza también tiene esa parte de historia que nos permite hacer un retrato de la sociedad en cada momento. Contamos con periodistas especializados en política, en protocolo, en corazón, en realeza… todo para tener programas completos, muy críticos, que no contrarios a la realeza, porque nos gusta que la gente piense y que 'la corte del chisme', que son nuestros oyentes, se pregunten cosas.

P.– ¿Qué escuchan esos oyentes que no ven en TikTok?

R.– El contenido que trabajo en redes sociales es muy corto por las limitaciones de ese formato. Hay poco espacio para la reflexión o desarrollo profundo y detallado sobre los temas. En Reales y Revueltos, el oyente va a encontrar mucho más trabajo de investigación y la intervención de expertos. Además, por su complejidad, muchos temas que tratamos en el podcast son inéditos porque jamás me había atrevido a tratarlos en mis redes. Ahora lo he hecho gracias a un equipo estupendo.

Nuria Marín en 'Reales y revueltos'. Podimo

P.– ¿Qué tiene la realeza que tanta curiosidad despierta?

R.– Reúne tres cosas que a mí me encantan, que son política, corazón y glamour. Es que me hice periodista del corazón por Isabel Preysler, yo quería ir a su casa a tomar el té y entrevistarla. Como eso todavía no ha sucedido, ahora mi sueño es tomar el té en Zarzuela (risas). En el mundo del corazón se ha perdido mucho el glamour, en algunos aspectos se ha encutrecido un poco, creo que a cualquier persona que no tiene trayectoria la convertimos en personaje del corazón. El otro día vi una entrevista a Anita Williams, que ha estado en Supervivientes, y, yo lo siento, esta chica igual es majísima, pero ni hilaba las frases: sujeto, verbo y predicado. Tampoco es tan difícil.

P.– ¿Qué mensaje se transmite?

R.– ¿Que cualquiera puede ser famoso? Siento que el nivel está un poco bajo. Cuando me hice periodista del corazón, los famosos eran actores de España y Hollywood, cantantes… no quiero ser clasista, que yo también he trabajado en Mediaset muchos años y he disfrutado mucho con concursantes como Sofía Suescun, que tenía más nivel que Anita; Nagore Robles, que es una tía con un coco alucinante; o Alba Carrillo, por ejemplo, que es listísima. Siento que el nivel cada vez está más bajo, y la realeza es el último reducto del glamour en la prensa del corazón. Lo siento, ya lo he dicho.

P.– ¿Qué opina de la polémica que surgió cuando hablaron en el programa del funeral de Juan Carlos I?

R.– Es que se debería hablar de ese asunto porque es un tema que nos concierne a todos, somos una sociedad absolutamente infantil que no queremos mirar a los ojos a los problemas. El emérito algún día se morirá y vive en Abu Dabi, es un marrón para todos porque hay una serie de protocolos que hay que seguir y me surgen algunas dudas: ¿Quién va a pagar eso? ¿Qué tipo de funeral va a tener? ¿Será uno de Estado? ¿Cómo van a ser esos homenajes? ¿Cómo será la reunión de la familia real? ¿Dónde va a ser el velatorio? Hay muchas cosas que no estamos afrontando, estamos a la espera y ya improvisaremos...

P.– ¿Le gustaría tener a alguien de la Casa Real como colaborador del programa?

R.– Por supuesto, Iñaki Urdangarin me encantaría, tiene muchísimas cosas que contar, ahora dicen que va a sacar unas memorias... También Victoria Federica o Froilán, ambos están invitados si quieren ser colaboradores (risas).

P.– ¿Qué opina de la figuras de Felipe VI y Letizia Ortiz?

R.– Para mí Letizia es víctima absoluta del clasismo, porque la Familia Real española está apoyada principalmente por las altas esferas que son más bien ultraconservadoras y muy clasistas y Letizia, al final, es de una ideología más progresista, divorciada, periodista… Últimamente estoy detectando que en algunos medios ya se la trata directamente como la consorte, pero de forma despectiva. A nivel de imagen, Letizia ha sido clave, y más después de las pifias que ha tenido la familia real.

P.– ¿Cree que Leonor será una buena reina, si llega a serlo?

R.– Llegará a ser reina porque, por ahora, no veo ningún movimiento político serio que haya puesto encima de la mesa una idea de referéndum para que la gente vote si República o Monarquía. Es más, no veo por la labor a ningún partido. Podemos sí que lo ha hablado, pero tampoco ha tenido la representación parlamentaria suficiente como para llevar eso a cabo. Pienso que tendría que pasar algo muy gordo, que dentro de unos años saliera, por ejemplo, que Felipe VI también ha sido corrupto o algo así, pero yo creo que no es el caso. Leonor sí que va a llegar a reinar, lo que pasa es que creo que el papel institucional cada vez es más descafeinado y, por lo tanto, tendría que tener un papel más destacado en la política.

Nuria Marín en 'Sálvame'.

P.– ¿Qué opina de su hipotético reinado? ¿Cómo la imagina?

R.– Va a ser una buena reina y me gusta mucho que sea mujer, creo que se está formando muy bien, además tiene la mano de Letizia, que quiere que tenga también una formación distinta a la que tuvo Felipe y las infantas, la reina estará muy pendiente de que tenga conocimientos de la sociedad, de la ciudadanía y, espero, que sea un poco más moderna.

P.– ¿En su opinión Felipe VI no es un rey moderno?

R.– Lo está intentando poco a poco, pero estaría bien que, por ejemplo, cuando va a un evento o a un acto, que hiciera un guiño a alguna cosa que tenga que ver con la sociedad, saliéndose un poco de los chistes de fútbol, que es a lo que recurre siempre.