El verano de Gary Kelly terminó en Ibiza Rocks contrario al slogan que da la bienvenida al hotel: "Tu verano empieza aquí". Está escrito en inglés, el idioma que hablan la mayoría de los visitantes de este sitio ubicado en el corazón de Sant Antoni de Portmany, Ibiza, en donde se aprecia una de las puestas de sol más famosas del mundo.
Kelly era escocés. Estaba de vacaciones con amigos, despejándose por un instante de sus tareas diarias y de su prometedora carrera como jugador de hockey sobre hielo de los Dundee Stars. La noche del 21 de julio murió tras caer del tercer piso del Ibiza Rocks. Tenía 19 años.
Tan solo dos semanas antes, el 7 de julio, Evan Thompson murió en circunstancias similares en el mismo hotel. También era originario de Escocia y llegó a Ibiza Rocks para celebrar su cumpleaños número 26 en las famosas fiestas de piscina que se hacen en este lugar. En un momento de la noche se lanzó desde el sexto piso y murió, según reportó el diario británico The Sun.
Este cartel da la bienvenida a los visitantes del Ibiza Rocks.
Antes de los dos escoceses, otras dos mujeres extranjeras murieron en este mismo hotel. El 27 de abril, en los primeros días de verano, una joven turca de 19 años que vivía en Italia cayó desde la cuarta planta mientras se pasaba de un balcón a otro. La joven llegó muy tarde de fiesta y al percatarse de que no traía su tarjeta para entrar a la habitación, decidió entrar por el balcón. Su cadáver fue encontrado hasta las 9:00 de la mañana del siguiente día por una trabajadora del hotel.
Y tan solo tres días después, otra mujer británica de 33 años fue encontrada muerta en su habitación. Portaba un desfibrilador automático implantable, un dispositivo que suelen llevar las personas con alto riesgo de arritmias graves.
Gary Kelly, de 19 años.
La prensa británica ya conoce el Ibiza Rocks como "El hotel de la muerte". Incluso algunos vecinos de Sant Antoni reconocen el sitio con este apodo.
El slogan que dice "Tu verano empieza aquí" se encuentra en la entrada del callejón que lleva al hotel en la Carrer de l`Estrella. Aquí, algunos turistas practican el 'balconning' que consiste en pasarse de un balcón a otro, o lanzarse desde una altura considerable a una piscina.
También están postrados varios camellos que ofrecen drogas a los turistas que llegan a las famosas fiestas de tarde en el hotel. Se hacen entre las 12:00 de la mañana y las 23:00 de la noche para no molestar con el ruido a los vecinos.
Unos pasos más adelante, una enorme púa de guitarra en color rosa que tiene grabado el nombre del lugar. A la izquierda de un paseo de palmeras está la recepción seguida por un supermercado que también es del hotel y en donde los turistas compran principalmente gorras, gafas de sol y cerveza. Mucha cerveza. Son las 12:00 de la mañana y la fiesta está por comenzar.
El callejón que lleva al hotel Ibiza Rocks.
Como si no ha pasado nada
Cualquiera que visita el Ibiza Rocks no pensaría que aquí hayan muerto cuatro personas en menos de tres meses. La música, el alcohol, el descontrol y la fiesta sigue en los mismos lugares donde ha corrido la sangre.
Desde muy temprano hay síntomas de embriaguez en los visitantes. Van en chanclas, bañadores, bikinis y con riñoneras al hombro. Llevan la piel enrojecida y quemada por el sol. Todos hablan en inglés, y de vez en cuando se escucha alguna frase en francés o italiano. El sitio parece estar creado para angloparlantes porque hasta en su sitio web y en sus redes sociales, sus comunicaciones son en inglés.
P.– ¿Sabes que aquí han muerto personas? - preguntamos a un turista.
R.– No tenía ni idea – responde mientras se aleja por el callejón.
"¿A quién le importa?", responde otra británica mientras rompe en risas con sus amigas. Casi no llevan equilibrio en sus piernas, pero caminan sin tirar sus cervezas hasta llegar al supermercado en busca de más alcohol.
En la recepción del hotel hay una larga fila de turistas que buscan hacer su check in. Dos chicas preguntan por la fiesta de esta tarde y un joven amablemente les explica que deben caminar hacia el final del callejón en donde están unos hombres corpulentos vestidos de negro y con walkies en la cintura que les harán pasar a la piscina.
Los patios del hotel tienen capacidad para organizar fiestas de 2.500 personas.
El mismo joven después nos explica que no puede hacer comentarios sobre las muertes que han sucedido en el hotel, que no hay ningún responsable que pueda recibirnos, que enviemos un correo y que ya nos responderán. Le insistimos en que queremos conocer qué medidas de seguridad están aplicando, pero insiste en que responderán solo por correo. Por último, nos pide que nos retiremos.
Al salir de la recepción, EL ESPAÑOL envió un correo electrónico solicitando una entrevista con el propietario Andy McKay o con autoridades del hotel, pero hasta el cierre de este reportaje no respondieron nuestra solicitud.
Ibiza Rocks tiene ocho bloques con 362 habitaciones y dos piscinas en sus patios en donde se organizan fiestas todos los días. Está ubicado en el centro de 'Sanan', como le llaman los británicos a Sant Antoni, un pueblo ubicado en la costa oeste de Ibiza. En su escenario se han presentado artistas como Ed Sheeran, Dua Lipa, David Guetta, Franz Ferdinand, Artic Monkeys y más.
Su propietario el británico Andy McKay, es uno de los pioneros de las fiestas de piscina en Ibiza. A mediados de los noventa trajo Manumission, una de las fiestas más icónicas del mundo. Hace 20 años fundó el Ibiza Rocks y desde entonces, un total de siete personas han muerto en su hotel. Las últimas cuatro solo en este año.
No hay señales que indiquen que el hotel sea responsable de las muertes, pero los familiares de Evan Thompson, muerto el 7 de abril de 2025, dijeron a medios británicos que las autoridades del hotel limpiaron la sangre del joven y continuaron con la fiesta como si no hubiese pasado nada.
"Escuchamos los chorros de agua que limpiaban el área donde murió Evan y solo habían pasado unos 90 minutos desde que lo encontraron. Eso fue lo peor que pudimos oír. La rapidez con la que intentaron volver a la normalidad", dijo Blair Robertson, amigo de Evan, a medios británicos.
James Shand, otro amigo, también comentó que "verlos publicar '¿Están todos listos para el próximo evento?' a pocas horas de que ocurriera (la muerte de Thompson) fue repugnante. Si algo así ocurriera en el Reino Unido el lugar sería clausurado".
Evan Thompson.
Por su parte, los amigos de Gary Kelly exigieron una investigación rigurosa tras su muerte. Han dicho que el hotel tiene barandillas pequeñas que no llegan ni a la cintura en los balcones lo cual habría provocado la caída del joven desde la tercera planta.
EL ESPAÑOL habló con algunos turistas que confirman esta descripción de los balcones. "No miden más de un metro. Debes tener cuidado porque si vas muy borracho o te acercas de más, puedes caer y morir", dijo un joven irlandés.
"No estaría mal que pusieran algún otro tipo de protección, pero debes ser muy tonto para caerte o estar muy drogado", señaló otra chica. Algunos visitantes también aseguraron ver a los hombres corpulentos vestidos de negro con linternas revisando los balcones durante la fiesta, además de hacer inspecciones en el interior del hotel.
Tras la muerte de Thompson, Ibiza Rocks publicó en sus redes sociales el 21 de julio un comunicado en inglés anunciado la pausa de sus eventos. "La seguridad y el bienestar de nuestros huéspedes ha sido y siempre seguirá siendo nuestra máxima prioridad. Dada la gravedad de la situación y por respeto a los implicados, creemos que es oportuno pausar nuestro programa de eventos anunciados en este momento”.
Sin embargo, esta pausa duró menos de una semana. El 25 de julio anunciaron que reanudarían sus conciertos. Así, la música, el alcohol y la fiesta siguen siendo protagonistas en Ibiza Rocks.
Ibiza Rocks queda en un barrio del centro de Sant Antoni.
Un hotel molesto para los vecinos
El Ibiza Rocks está anclado en el centro de una zona residencial de Sant Antoni. Desde afuera se ve como un enorme mastodonte blanco de cuatro plantas del que brota música, ruido y vibraciones que se cuelan en las casas de sus vecinos. Pero ese no es el único problema.
"Cada mañana que salgo a por el pan o a pasear al perro, encuentro todo esto con guiris borrachos, vomitadas, orinadas. Es una cosa asquerosa esta calle", se queja una vecina del hotel.
Ella es una de las más de 400 personas que asegura que ya se han quejado formalmente con el Ayuntamiento de Sant Antoni. "Dicen que tenemos que soportar porque estamos en verano, que es la mejor temporada para la isla, que esto nos da de comer".
Esta mujer que prefiere preservar su identidad trabaja como camarera en un restaurante de la isla. Por las tardes llega a su casa para echarse una siesta y trabajar por la noche, pero en muchas ocasiones no puede descansar por el ruido.
Otro vecino en una calle más al norte se queja de que los camellos que venden drogas se apostan en su pared, cerca de su puerta y sus clientes aprovechan para orinar en ese mismo sitio. "Es que salgo para el curro, veo esto y me da una cólera por dentro", dice mientras señala un charco de orina sobre la vereda.
Este ibicenco dice que cada verano se va a vivir a casa de una familiar para no tener que soportar la convivencia con los turistas borrachos que salen del Ibiza Rocks tras la fiesta. "Los autóctonos terminamos yéndonos para que gente de fuera venga de fiesta. A ver dime tú si le encuentras algún sentido", reclama.
Andy 'Manumission'
Andy Mckay llegó a Ibiza a mediados en 1994 desde Manchester junto a su pareja Dawn Hidel, su hermano Mike y su cuñada. Para entonces, Andy tenía 23 años y en Reino Unido había sido promotor de grandes fiestas hasta que las "grandes mafias" le obligaron a dejar su ciudad y así llegó al archipiélago balear, según cuenta en una entrevista publicada en el sitio web del hotel Pikes Ibiza, también de su propiedad.
Un mes después de llegar a la isla, Andy lanzó la icónica fiesta Manumission en la discoteca KU, que luego pasó a llamarse Privilege. Diez años más tarde, el evento ya era un referente mundial de la isla en el que los asistentes eran libres de hacer lo que quisieran, inclusive actos sexuales. Para entonces a McKay ya le conocían como "Andy Manumission".
Andy McKay, propietario de Ibiza Rocks.
En 2005 fundó el Ibiza Rocks en el que promovió este concepto de fiestas en una piscina con música en vivo. En sus primeros años trajo a la banda británica Artic Monkeys y luego desfilarían artistas como Ed Sheeran, Dua Lipa, David Guetta, Calvin Harris, Ellie Goulding, Craig David, Becky Hill y muchos más.
Con los años, las fiestas del hotel empezaron a ser frecuentadas por famosos como modelos, artistas o futbolistas que no querían perderse la emoción de una tarde de excesos en Ibiza, a tan solo tres cuadras de uno de los atardeceres más bellos del mundo.
En 2019, se filtraron fotos del futbolista del Manchester United, Jadon Sancho junto a sus compañeros de la selección inglesa Raheem Sterling y Aaron Wan-Bissaka de fiesta en Ibiza Rocks.
Los futbolista Raheem Sterling y Jadon Sancho junto al rapero Stormzy en Ibiza Rocks.
Junto a la fama del hotel también ha estado presente la tragedia. La primera persona que murió en Ibiza Rocks fue un turista británico llamado Michael Robertson, de 23 años. Fue en el verano de 2008 cuando se desvaneció tras consumir éxtasis. El joven fue trasladado al Hospital Can Misses de la isla, pero cuando llegó era demasiado tarde.
Años más tarde, en 2014, el jugador británico de rugby Luke Rhoden, de 25 años, murió después de haber consumido estupefacientes y de que la Guardia Civil haya usado "fuerza excesiva" para tranquilizar al joven, según concluyó un tribunal de Bolton.
Aquel 2 de septiembre de 2014, Rhoden corría por los pasillos del hotel bajo los efectos de estupefacientes mientras gritaba "alguien está tratando de matarme". Luego se lanzó desde el balcón de la primera planta.
Amy Connor de 23 años murió en 2020 en Ibiza Rocks.
La Guardia Civil intervino, lo cogieron del cuello y lo tiraron al suelo. Un paramédico contó después en medios de comunicación que él advirtió a uno de los guardias de que estaba asfixiando a Rhoden, pero este le respondió que sabía lo que estaba haciendo.
El padre de Rhoden pidió una investigación y un tribunal de Bolton determinó en 2016 que el jugador de rugby murió por asfixia causada por los agentes de la Guardia Civil, y una reacción adversa al consumo de drogas.
Y en agosto de 2020, Amy Connor de 23 años murió mientras dormía en el hotel. La joven irlandesa estuvo tomando el sol con su hermano y amigos antes de regresar a su habitación para ducharse y tomar una siesta, pero después la encontraron inconsciente en la cama. Según reportó el Diario de Ibiza en aquel entonces, los agentes de la Guardia Civil encontraron estupefacientes en su habitación.
