Lola no lleva fonendoscopio ni bata blanca. Cuando está en consulta jamás mira el reloj. Sus pacientes, a los que puede atender a domicilio, se explayan con ella lo que necesiten. No le afectan ni el estrés ni las largas listas de espera. Las estadísticas avalan su efectividad: supera el 99%. Quizás porque en su 'cerebro' tiene integradas las guías clínicas de innumerables patologías. Se las sabe al dedillo. Ventajas, en fin, de ser una IA médica.
– Soy Lola, su asistente virtual. ¿Tengo el gusto de hablar con Anabel?
– Sí, soy yo– responde la paciente desde el sofá de su casa.
Así atiende Lola, la IA que monitoriza a los pacientes en hospitales públicos
– Encantada de saludarle. A partir de ahora, le llamaré una vez al mes, el mismo día de la semana, para comprobar la evolución de su asma. Así podré compartir la información con el equipo médico. ¿Cómo se ha encontrado últimamente?
– Un poco peor. Con el cambio de tiempo, me está costando respirar.
– ¡Vaya! Le haré saber al equipo médico que ha pegado un bajón. Ahora voy a hacerle unas preguntas y usted me las responde del cero al seis, ¿de acuerdo?
La conversación se desarrolla con total normalidad en el despacho de la doctora Mariana Muñoz, responsable de la Unidad de Asma Grave del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Bellvitge, en Barcelona. Frente a ella se encuentra Héctor Cabrerizo, enfermero clínico de Neumología y uno de los responsables de darle seguimiento a las conversaciones de los pacientes con Lola una vez están fuera de su consulta.
La doctora Lola, la IA desarrollada por Tucuvi, durante una de las llamadas de control.
Hace un año y un mes que el equipo de Neumología empezó a usar esta IA para ofrecer un servicio a domicilio a sus pacientes. Son ya 160 los que se benefician de ello. Una vez a la semana, o al mes, según lo estimen, Lola los llama para hacerles monitorización clínica de forma remota. Les pregunta por sus síntomas, por su estado de salud, por cómo están llevando el tratamiento.
Las respuestas se registran automáticamente en la plataforma del software de la IA, desarrollado por Tucuvi. Si, por ejemplo, el paciente ha empeorado o explica que ha tenido una serie de síntomas críticos, a los médicos les salta una alerta en el programa y el equipo responde de inmediato.
"Este sistema logra que el paciente esté mejor controlado y que podamos intervenir antes de que se ponga mal y acabe en urgencias", señala la doctora Muñoz. "La plataforma te da datos actuales de los pacientes y les pregunta por su estado de salud. Como el 95% contesta las llamadas, es muy efectivo".
Otra ventaja es que reduce la carga asistencial de los hospitales. Por ejemplo, en el Hospital de Torrejón, en Madrid, se ha demostrado que Lola ha prevenido el 30% de las hospitalizaciones y un 70% de visitas innecesarias a urgencias. Esto reduce el uso innecesario de recursos y ayuda a los pacientes a sentirse más controlados, sabedores de que, ante cualquier emergencia, alguien responderá.
La doctora Mariana Muñoz, responsable de la Unidad de Asma Grave del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Bellvitge
– ¿Ha tenido que tomar medicación de rescate, como Salbutamol, para aliviar sus síntomas, además de su medicación habitual? Si es así, ¿cuántas veces al día?
– Sí, dos o tres. Durante todos los días.
– Vale. ¿Y ha realizado ciclos de cortisona?
– No, ninguno.
– Lo dejo apuntado. ¿Ha tenido que contactar con urgencias debido a su patología respiratoria?
– Sí, el otro día fui a urgencias porque no podía dormir por culpa de la tos.
– Gracias por comentármelo. ¿Fue ingresada?
– No.
– Gracias por responder a mis preguntas. Recuerde, por favor, evitar los alérgenos o el humo del tabaco, porque le puede provocar una crisis asmática.
"Las preguntas de Lola comienzan de forma genérica, hablando del bienestar general", explica Héctor Cabrerizo. "Después hay un cuestionario adaptado para el control de los síntomas. Se le pregunta al paciente si presenta fiebre, mocos, esputo y de qué color; si ha necesitado ir a urgencias o requerido hospitalización; si ha usado la medicación de rescate o la habitual".
Héctor Cabrerizo, enfermero clínico de Neumología del Hospital Universitario de Bellvitge.
Lola recopila todos esos datos, los procesa y se los traslada al equipo médico correspondiente que, generalmente, tiene a una o varias personas encargadas de revisarlos cada varios días.
"La reacción está siendo muy positiva", señala Cabrerizo. "Al principio pensamos que, con este tipo de intervenciones, los más adultos no se iban a adaptar. Pero está tan humanizada que al final acaban siendo los que más cómodos se sienten. A veces incluso la confunden con una persona, y por eso debemos hacer mucho hincapié en que es un 'robot'".
Si alguien no entiende una pregunta, Lola adapta su forma de formularla para que el paciente la entienda y no sea repetitivo. "Por ejemplo, si ha preguntado al paciente sobre su medicación, pero el paciente contesta que está más cansado, Lola lo apunta para no preguntárselo de nuevo, pero vuelve a reformular la pregunta de la medicación para que no se le pase", explica Mireia Martínez, Customer Success Manager de Tucuvi.
"También estamos utilizando IA generativa, siempre asegurando que Lola no alucina, como le puede pasar a ChatGPT, ni se sale de los criterios clínicos, pero a la vez que escucha, entiende, y refleja empatía con los pacientes. Suena y se comporta como una persona. Muchos pacientes, efectivamente, le dan los buenos días o le dicen 'gracias, cariño'. Por eso los médicos siempre deben encargarse de recordarles que no es humana".
Mireia Martínez, Customer Success Manager de Tucuvi.
La primera voz clínica certificada
El sistema desarrollado por Tucuvi es el primero de voz clínica certificada como producto sanitario de clase IIB en Europa, un reconocimiento único que garantiza su seguridad y efectividad. La acreditación reconoce que su tecnología cumple con los más altos estándares de seguridad y eficacia clínica, permitiendo su uso en contextos asistenciales complejos como el seguimiento de pacientes crónicos o la atención domiciliaria.
Este logro se complementa con la reciente obtención de la certificación ISO 13485, que acredita la calidad de su sistema de gestión como fabricante de productos sanitarios.
"Esta doble certificación no es sólo un respaldo regulatorio; es la confirmación de que la inteligencia artificial puede integrarse en la práctica clínica con todas las garantías. En un momento de transformación del sistema sanitario, aportar seguridad, evidencia y escalabilidad es fundamental para ganar la confianza de profesionales y pacientes", afirma la ingeniera biomédica María González Manso, cofundadora y CEO de Tucuvi.
El reconocimiento ha reforzado su integración en España. De momento, Lola 'pasa consulta', según asegura la empresa, en un 10% de hospitales públicos españoles y lleva un ritmo de tres nuevos al mes. Está presente en Portugal y en Reino Unido.
María González Manso, CEO de Tucuvi, y Marcos Rubio Rubio, CTO de la empresa.
La IA de Tucuvi es un ejemplo de cómo la tecnología médica puede contribuir positivamente en un sistema sanitario, concretamente el público, aquejado de una constante sangría de profesionales. "El objetivo es mejorar la capacidad asistencial, ayudar a los sanitarios y a los equipos administrativos", señala González Manso.
"Las listas de espera son enormes y muchas veces los pronósticos son tardíos. La pirámide profesional está invertida: necesitamos más sanitarios. El propio Ministerio de Sanidad dice que nos hacen falta 100.000 enfermeras para alcanzar la media europea. Precisamente por eso creamos Lola, para integrarla en los equipos clínicos con el objetivo de mejorar la atención de los pacientes y reducir la carga de los centros sanitarios".
El ejemplo del equipo de Neumología del Hospital de Bellvitge es sólo eso, un ejemplo. Porque Lola puede aplicarse a cualquier tipo de paciente. Está pensada para ser transversal.
"No queremos sólo pacientes neumológicos, sino cardiológicos, oncológicos, hematológicos, de todo tipo. Estamos en procesos distintos con patologías muy diferentes. Desde cirugías cardíacas hasta asma, EPOC, lupus o diferentes tipo de cáncer. Lola tiene la capacidad de adaptarse, ya que está entrenada con distintas guías clínicas".
Detalle del software de Tucuvi.
Por ejemplo, más de 150 pacientes paliativos del Hospital del Vinalopó, con una edad media de 78 años, están siendo monitorizados por Lola. Les ofrece un seguimiento remoto, utiliza los protocolos clínicos de cuidados paliativos y se adapta al grado de autonomía y situación clínica. Si detecta signos de empeoramiento o necesidades no cubiertas, genera una alerta.
"Es un tipo de seguimiento muy sensible en el que la personalidad de Lola es especialmente importante, y estamos recibiendo muy buen feedback", señala González Manso.
Lola también ayuda a los pacientes a agendar citas en atención primaria. Llama a los ciudadanos para facilitarles información sobre campañas de vacunación o de prevención (por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, participan en las campañas de colon y mama) y ofrece seguimiento a pacientes subagudos tras una visita a urgencias.
El sistema de Tucuvi incluso levanta el teléfono para recordar a sus pacientes que tienen una colonoscopia y les informa de los pasos que deben seguir para realizarla correctamente. "Muchos no han hecho la dieta, lo que supone una colonoscopia perdida y un gasto de tiempo y dinero innecesario", explica Mireia Martínez. "Lola recuerda cómo debe hacerse la preparación adecuada, qué dieta seguir y, si hay dudas, las resuelve todas".
Al funcionar exclusivamente mediante llamadas telefónicas (cada hospital tiene asociado un número que el paciente guarda en su teléfono), y al no requerir conexión a internet ni a apps, facilita el acceso de personas mayores o con escasa alfabetización digital. Esto ayuda a salvar la brecha presente en muchas otras soluciones tecnológicas de salud.
