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La calle Angostura, una vía estrecha del barrio grancanario de La Isleta, amaneció este miércoles con olor a humo y un silencio que no es habitual ni siquiera de madrugada. Eran las cuatro de la mañana cuando el 112 recibió una alerta por incendio en una vivienda ocupada ilegalmente.

Al llegar los servicios de emergencia, se encontraron a una menor de edad calcinada casi por completo. Caminaba, o más bien se arrastraba, fuera del inmueble. Su cuerpo presentaba quemaduras en el 95%. Apenas podía hablar.

Él es Abdelrafia, de 20 años, origen marroquí. La Policía Nacional lo ha detenido por tentativa de asesinato en el marco de una agresión machista. Vivía con la víctima, una joven de 17 años, en el mismo piso okupa.

Ella residía formalmente en un centro de menores de la isla, pero, según explican a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a la investigación, había pasado los últimos días —y las noches— en esa vivienda sin agua corriente ni electricidad, en la periferia degradada de Las Palmas de Gran Canaria.

Quemada viva

Según los investigadores, el joven habría rociado a la chica con algún tipo de líquido inflamable. Luego, le habría lanzado presuntamente un papel ardiendo. El fuego hizo el resto. En estos momentos, ella permanece en estado muy grave en la Unidad de Críticos del Hospital Universitario Doctor Negrín y, debido a la gravedad de sus heridas, se estudia su traslado urgente durante las próximas horas a la Unidad de Quemados de Sevilla.

El caso ha sido calificado desde el primer momento por los investigadores como presunta violencia de género. Las pesquisas se centran ahora en reconstruir cómo llegaron ambos a convivir en ese lugar, fuera de los radares del sistema de protección, y hallar el móvil del presunto crimen.

No hay denuncias previas. No hay informes de seguimiento. No hay nadie —por ahora— que dé explicaciones sobre cómo una menor tutelada acabó emparejada con un adulto en un entorno de extrema vulnerabilidad. Sólo hay un dato, en estos momentos: la chica ardía viva cuando los vecinos llamaron al 112.

Nueva agresión

La presunta agresión ha vuelto a encender las alarmas en Canarias, donde ya se habían producido otros episodios mortales este mismo año. El último, el 25 de junio, cuando un hombre de 57 años asfixió a su pareja en el extrarradio de la capital y luego se suicidó. Aquella vez, fue una de las hijas quien encontró el cuerpo. Esta vez, fue el vecindario quien presenció el horror.

Con el caso de La Isleta, ya son 22 mujeres asesinadas o gravemente agredidas por sus parejas o exparejas en lo que va de 2025. Desde que se empezó a contabilizar oficialmente la violencia de género en 2003, son ya 1.316 mujeres.

Vecinos de La Isleta, un barrio que destaca por su origen como pueblo trabajador, confirman a este medio que la vivienda había sido ocupada hace varios meses por jóvenes en situación de exclusión. Algunos de ellos aseguran haber escuchado gritos antes del incendio. Otros lograron grabar cómo las llamas salían de la casa, en la que ahora trabajan efectivos de la Policía Nacional.

Es este cuerpo policial quien se ha hecho cargo del caso. El joven permanece detenido y se espera que pase a disposición judicial en cuanto reciba el alta hospitalaria, después de que fuera también ingresado por inhalación de humo. La menor, de momento, lucha por su vida.

El titular de esta noticia se rectificó el 18 de septiembre, tras la puesta en libertad del joven a consecuencia de la declaración exculpatoria de la víctima, al precisar que trató de ayudarla.