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En el mundo del motociclismo hay pocos cascos tan icónicos como el de Jorge Lorenzo de Chupa Chups, de la empresa murciana NZI Helmets, con el que el piloto pasó a la historia tras ganar el Mundial de 250 cc en 2006 y 2007. Aquellos éxitos no solo sirvieron para consagrar al palmesano en la élite de las motos; también fueron un escaparate para la empresa responsable de proteger su cabeza.

Este año, NZI Helmets cumple 42 años en los que ha superado los 21 millones de unidades vendidas en más de 65 países. Cerraron 2024 con una facturación de 6,9 millones de euros, y una venta de más de 350.000 unidades. Aunque su CEO, Nazario Ibáñez (Yecla, 1977), anticipa a EL ESPAÑOL que "este año esperamos que la facturación crezca por encima de un 45%".

Unas cifras positivas con las que esta empresa con sede en el municipio murciano de Yecla aspira a volver a comerse el mundo. Y es que, tras una profunda reestructuración con motivo de la crisis económica de 2008, NZI Helmets cuenta con cinco fábricas en China, una en Pakistán, y otra que está a punto de abrir sus puertas en Argelia.

Aunque su CEO explica que "el 15% de la facturación de la empresa se produce en la planta de fabricación de Yecla". 

Jorge Lorenzo, con un casco NZI. Cedida

Hoy, este gigante es la única empresa de cascos de moto del mundo que cotiza en bolsa, junto a la japonesa Shoei. Pero tras este imperio que vuelve a vivir un momento dulce tras un pasado glorioso que se truncó por el contexto económico, hay una historia familiar que se remonta a los años 80.

Nazario Ibáñez es hijo de otro Nazario Ibáñez, el hombre que plantó la semilla de NZI "desde un pequeño taller de motos en Yecla, que era una de sus grandes pasiones", tal y como explica el actual CEO.

De hecho, el propio Nazario hijo también hizo sus 'pinitos' como piloto de motos, porque se trata de una afición que lleva grabada en el ADN: "Yo antes de tener bici tuve una moto", confiesa, entre risas.

El actual CEO de NZI Helmets, Nazario Ibáñez, posando con una moto de competición customizada con el diseño de la empresa. Cedida

"En casa hemos nacido con la gasolina. Llegué a competir dos años en el campeonato interregional, en la categoría de 125. Mi padre, de joven, también competía, al igual que mi tío".

"Ellos, en aquellas carreras tuvieron algún accidente en el que sus cascos acabaron destrozados porque tenían muy poca calidad, y cuando querían comprar otro, había tan poca oferta que se tenían que ir a marcas que costaban mucho y eran difíciles de encontrar".

"Por eso, mi padre decidió fabricarse sus propios cascos en su taller, sin ningún interés comercial. Pero con el tiempo, acabó invirtiendo 7 millones de pesetas en crear los moldes y las estructuras. De manera que en el 82 decidió empezar a venderlos".

Nazario Ibáñez padre, posando con sus cascos NZI. Cedida

Los comienzos fueron complicados, en un momento en el que en España no era obligatorio ponerse un casco para montarse en una moto. Pero cuando hacerlo se volvió obligatorio en 1992, comenzó lo que Nazario II denomina "la edad de oro de la empresa".

"Llegamos a tener más del 60% de la cuota del mercado en España. Mi padre decidió apostar por colaborar con niños que se metieran de lleno en el mundo del motociclismo, y esto fue un acierto porque cuando algunos de esos muchachos crecieron, llegaron a disputar mundiales".

"En 2006, de los tres campeonatos, dos de ellos los ganaron pilotos que llevaban nuestros cascos: Bautista en 125 y Lorenzo en 250". Aunque la lista de pilotos célebres que han protegido sus cabezas con NZI se extiende a otras leyendas, como Álex Crivillé y Marc Márquez.

Marc Márquez de niño, con un casco NZI. Cedida

Todo ello, con el 100% de la producción ubicada -en aquel momento- en su histórica fábrica de Yecla: "Mi padre no se quería ir a países de bajo coste porque apostaba por seguir ampliando el negocio en España, dando trabajo a las mismas personas que habían formado parte de la empresa desde el principio".

Sin embargo, ese fatídico año 2008 les pasó factura. "Cuando entré como CEO me llevé el peor tortazo posible: la crisis. Las matriculaciones de motos de mediana y gran cilindrada cayeron en más de un 70%".

"Esto fue grave para nosotros, porque ajustábamos nuestra producción en función de cuántas motos se matriculaban: calculamos que cada moto necesita, de media, dos cascos cada cuatro años".

Los Nazario Ibáñez padre e hijo, en las oficinas de NZI Helmets. Cedida

El no haber diversificado sus productos ni haberse deslocalizado cuando las marcas de la competencia sí lo habían hecho, contribuyó a ponerles las cosas todavía más difíciles: "Tuvimos que despedir a muchísima gente porque no éramos competitivos".

- ¿Cómo superaron esta crisis?

- Nazario Ibáñez: Decidimos salir a bolsa y buscar nuevos mercados. Percibimos que en otros lugares del mundo se estaban dando una enorme cantidad de matriculaciones, sobre todo en mercados emergentes como los continentes africano, asiático y sudamericano.

En muchos de esos lugares hay grandísimos problemas de movilidad, por lo que los gobiernos recomiendan usar la moto. Esto lleva a que haya crecido el número de siniestros, lo que a su vez ha supuesto que se promueva la obligatoriedad de llevar cascos. Gracias a ello, empezamos a volver a crecer poco a poco.

A esto se sumó su salida a bolsa en junio del año pasado, en el segmento BME Growth, vendiendo el 30% de su capital social. Y los resultados de estas últimas decisiones de la empresa están dibujando un panorama cada vez más alentador.

"En lo que llevamos de año, las acciones han subido más de un 35%", celebra Nazario, dando por finalizada una época de reestructuración donde tuvo que coger el toro por los cuernos para salvar un negocio que no solo ofrece productos de calidad, sino que se ha convertido en un icono a nivel nacional.

El actual CEO de NZI Helmets, Nazario Ibáñez. Cedida

IA para personalizar cascos

Otra de las claves del éxito de la empresa en los últimos años reside en la constante apuesta por la innovación. Por eso Nazario ha decidido subirse al carro de las grandes compañías que echan mano de la inteligencia artificial (IA) como herramienta para mejorar sus servicios.

"Uno de los proyectos más importantes que tenemos en la fábrica de Yecla es lo que denominamos 'Decoración 3D', que nos permite hacer colecciones exclusivas ofreciendo cascos con gráficas únicas".

"En nuestra web le proporcionamos a los compradores la posibilidad de personalizar su propio casco a través de una serie de plantillas. Pero desde hace un año estamos trabajando con otra gran marca italiana para incorporar una IA que ayude al usuario a realizar este diseño".

Nazario Ibáñez muestra a EL ESPAÑOL uno de sus cascos NZI Helmets, desde su fábrica de Yecla (Murcia). Cedida

Este sistema funcionará mediante un cuadro de texto en el que el comprador podrá escribir qué diseño gráfico quiere que aparezca en su casco para que la inteligencia artificial lo plasme, ahorrando al usuario todo el trabajo que requeriría este proceso si se hiciera de forma manual.

"El cliente escribe lo que quiere tener y la IA le va ofreciendo diseños hasta que consiga el que le gusta". En concreto, tienen previsto que esta funcionalidad esté disponible a partir de este septiembre.

De manera que Nazario ya está preparando los próximos movimientos de la empresa, mientras continuamente reivindica sus orígenes, orgulloso de formar parte de una familia tan vinculada al mundo del motor.

"Estamos preparando para sacar a la venta una biografía de mi padre. Lo que obtengamos lo quiero donar a la Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual de Yecla".