En Zaragoza todavía no son capaces de asimilar la muerte de David Lafoz. Y en muchas zonas rurales de España, tampoco. Después de que este joven agricultor de solo 27 años fuera encontrado sin vida -tras haber dejado un sobrecogedor mensaje de despedida-, muchos de sus compañeros de profesión de todo el país han lanzado una ola de mensajes de frustración y cariño al enterarse de la noticia.
Y es que su pérdida ha demostrado que David era mucho más que un joven belchiteño aficionado desde chico a la profesión por la que dio su vida: "Era la única esperanza de que esa generación de agricultores pudiesen tirar para adelante".
El que habla es Rubén Blasco, agricultor zaragozano y portavoz de la asociación Aragón es Ganadería y Agricultura (AEGA), de la que David fue uno de los fundadores.
"En mi pueblo, en los últimos 20 años no se ha quedado nadie en el campo. Te das cuenta poco a poco cómo es un sector que está desapareciendo. La esperanza era David, y con su pérdida, esa esperanza se disipa", explica a EL ESPAÑOL.
Una de las imágenes que han inundado las redes sociales este jueves del joven agricultor David Lafoz, en su tractor.
Y ese difícil relevo se debe también a la dureza de las condiciones legales y administrativas que enfrentan estos trabajadores cada día. Estas razones motivaron a David a participar muy activamente en actos de protesta por todo el país, y dada su juventud y su actividad crítica por redes sociales, se convirtió en uno de los mayores activistas de esta causa.
"Él se había mojado mucho el año pasado en las protestas, y esto le causó una persecución clara de inspecciones de trabajo, de Hacienda... Cuando a un trabajador lo meten en ese círculo, le buscan la ruina. A nadie le es de agrado que estén mirando con lupa todo lo que hace cada día".
En su mensaje de despedida, el joven belchiteño lamentaba que no podía "aguantar más presión": " No aguanto estar discutiendo todos los días con gente, no aguanto más inspecciones de Hacienda ni de trabajo, no aguanto trabajar 18 horas para vivir".
En este sentido, Rubén Blasco explica que "él era el dueño único de su empresa, y no había cobrado las ayudas de la PAC de este año pasado. No queda claro a qué se ha debido esto, ni qué problemas han surgido para que no le lleguen esas ayudas que a todo el mundo se nos conceden". Desde el Gobierno de Aragón explican que sí ha sido perceptor de la PAC en los últimos años, que nadie se la ha denegado, y que este año la hubiera percibido en los plazos fijados.
El propio David realizó un post en Facebook denunciando esta situación: "Dos años de sequía seguidos, vas a hacer la declaración de Hacienda y como el año pasado no tuviste ningún ingreso agrícola debido a la sequía y la PAC te supone más del 25% de los ingresos agrícolas, te sale a pagar a la hora de hacer la declaración".
David (6d), entre los miembros del convoy aragonés que acudieron en ayuda por las inundaciones de la Dana, el pasado 2 de noviembre.
"En resumen, hay sequía, tienes pérdidas y aun así tienes que pagar a Hacienda. Total, más pérdidas. ¿Le ha pasado a algún agricultor más o soy el único tonto que no sabe hacer las cosas y le pasa esto?", lamentó el chico, el pasado 20 de junio.
Este tipo de situaciones le llevaron a ser uno de los fundadores de AEGA en 2024, porque David llevaba la profesión por dentro como pocos, tal y como recalca el portavoz, Rubén Blasco. "Ayudaba a la asociación en lo que podía, porque al final esto es algo voluntario y te supone perder tiempo personal. De hecho, muchas veces no se podía conectar porque tenía mucho trabajo".
"En una ocasión le hicieron una entrevista en la que contaba que la gente le decía lo extraño que era que un chico de su edad se quedara en el campo. Pero él estaba siempre sonriente e ilusionado".
Según un estudio publicado por la plataforma SOS Rural, "la edad media de los agricultores españoles es de 62 años, más de la mitad de ellos tiene más de 65 años y casi el 70% es mayor de 56".
Esto se traduce en que dentro de diez años el 70% de estos empleados tendrán la edad de jubilación. Un dato alarmante, teniendo en cuenta que el sector agroalimentario aporta aproximadamente el 9% del PIB nacional, y más del 11% del empleo -INE-.
Por esta razón, la muerte de David supone la pérdida de un potencial referente para otros jóvenes. "Esta noticia es un golpe. Es muy difícil convencer a la gente para que se quede en el campo. Y ahora, con lo que ha pasado, va a ser más complicado todavía", lamenta Blasco.
"Ninguno de nosotros nos podíamos imaginar cuando empezamos en este sector que nos iban a arrinconar de esta manera. Es un acoso y derribo planificado desde arriba, no entendemos por qué se han hecho a la idea de que sobramos".
Homenaje del campo
Tanto este jueves por la tarde como este viernes por la mañana, la gran repercusión que ha tenido la muerte de David ha llevado a decenas de agricultores por todo el país a mostrar sus respetos.
Algunos han detenido sus máquinas de cultivo y sus tractores para guardar emotivos minutos de silencio en honor del chico que no faltó a un solo acto de protesta en el último año.
"Coincidí con él en varias ocasiones en las manifestaciones, y me marcó", explica a este diario Álvaro, agricultor zaragozano. "La última vez que lo vi fue en Belchite, en mayo. Estuvimos tomando algo, y lo vi jodido. Yo también lo estaba, y casi me animó él más a mí que yo a él".
Desde AEGA no descartan organizar alguna movilización en memoria de David: "Ahora estamos centrados en acompañar a la familia, y todo lo que se haga, queremos que cuente con su aprobación".
Otros colectivos ya han convocado concentraciones, como la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independiente (UNASPI), que ha llamado a sus seguidores a acudir este sábado 12 a la Plaza de España de Plasencia, a las 12.30 horas, "en memoria de David Lafoz".
Pero el mayor homenaje tuvo lugar en el atardecer de este jueves en el pequeño municipio natal de David, Belchite. El pueblo entero se volcó en un emotivo homenaje, donde familiares y allegados llevaron a hombros el féretro, seguidos por decenas de tractores que precedieron el cuerpo del joven, en clara señal de respeto.
Belchite llevaba desde la Guerra Civil sin llorar tanto. Y es que la grandeza del muchacho quedó reflejada en la triste procesión de vehículos agrarios que no solo despedían a un amigo y compañero. También lamentaban la pérdida de un gran referente para un sector que pide, a gritos, auxilio desde hace tiempo.