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"Cuando tenía unos 20 años, tomé LSD por primera vez y sentí como si alguien me hubiera dado el don del pensamiento crítico. Empecé a cuestionarme muchas cosas, en primer lugar, por qué estaba borracho casi a diario".

Roger, el ciudadano alemán de 30 años administrador de Archetyp Market, el mayor mercado de droga a través de la dark web, arrancaba así una entrevista concedida a un medio bávaro. Prácticamente, la única que ha concedido. Y embozado, por supuesto. Pero, ahora, ha sido detenido.

También conocido como Big Boss Chef Of Archetyp, ASNT, o Yosemite Ghost Write lideró durante cinco años el punto de encuentro de, al menos, 612.000 usuarios. Traficantes, en su mayoría, que alcanzaron unas transacciones de hasta 250.000.000 de euros.

El ya arrestado aseguró que creció en un entorno económico "precario". A muy temprana edad, Roger comenzó a beber alcohol a diario. "Es la peor droga", consideró.

"De joven, me consideraba invencible. Creía ser más inteligente que los demás, así que hábilmente ignoraba cada advertencia y hacía lo que me apetecía cada día", agregó.

Salía con frecuencia a la calle con sus amigos para "causar problemas, en una especie de ritual de masculinidad". "Solíamos estar bastante borrachos para desinhibirnos", dijo.

Cuando Roger probó el LSD a los 20 años, comentó: "Estoy muy feliz de esta experiencia. Después de mi primer viaje, estaba desesperado por volver a tomar LSD y tomé cuatro viajes en pocos meses".

Pero luego cambió el argumento: "Me di cuenta de que estaba muy lejos de lo que había imaginado para mi futuro de niño".

En la entrevista sostuvo que quería ser trabajador social para "ayudar a los demás". Se formó, tanto mental como físicamente, y comenzó a leer libros sobre emprendimiento y a realizar artes marciales mixtas.

Hasta que conoció Silk Road, el mercado por antonomasia y más conocido de droga en internet. Maravillado por la cantidad de adeptos que atraía semejante narcocatálogo, Roger decidió lanzar su negocio en la internet oscura.

"No temo en absoluto una redada"

A pesar de manejar un volumen de 600.000 cuentas creadas, 250.000.000 euros, 17.000 sustancias en venta y 3.200 vendedores registrados, el big boss no subestimaba a las autoridades: "No temo en absoluto una redada y les respeto profundamente".

En Archetyp Market se podían encontrar diferentes sustancias estupefacientes, tales como anfetaminas, cannabis, heroína, cocaína o el más mediático fentanilo.

Los pagos se realizaban exclusivamente mediante la criptomoneda Monero, una divisa que equivale en el mercado actualmente a unos 279 euros que "garantiza la privacidad y descentralización".

Bajo el paraguas de este criptoactivo, el treintañero alemán se siente seguro: "Seguirá siendo mi protección durante mucho tiempo".

Se regodea, además, de que su negocio ilícito "no tiene rastros de papel (documentos ni registros)". "Toda la infraestructura se financia con dinero que no puede vincularse conmigo", apostilló.

El capo de la trama fue detenido el pasado 13 de junio cerca de Barcelona por los agentes de la Policía Nacional, en colaboración con las autoridades alemanas, suecas y Europol.

También fueron intervenidos numerosos relojes y dos vehículos de alta gama, dinero en efectivo y múltiples dispositivos informáticos.

Como resultado de la investigación se ha podido intervenir la infraestructura de la plataforma de la dark web en Países Bajos.

Se han realizado 25 entradas y registros en Alemania, Suecia y Estados Unidos y se ha detenido a siete de los vendedores más activos, no descartándose la detención de más miembros de la organización criminal.

La red de tráfico de drogas operaba a través del servidor Tor, el más utilizado en la internet oscura, con al menos cuatro dominios.

El administrador de Archetyp Market indicó que "no somos la razón por la que la gente ansía drogas más que nunca". E incluso lanza una "solución" a su propio negocio:

"Se dedican a perseguir con enormes recursos a comerciantes y operadores de servicios como el nuestro en lugar de abordar el problema de raíz, es decir, sus causas".

"Nada es seguro para siempre, y estoy planeando cada paso para garantizar mi anonimato no solo hoy, sino también dentro de 10 años", concluye Roger, quien se equivocó en su vaticinio y ahora está entre rejas.